La segunda muerte de Luis D¨ªaz
Absueltos por prescripci¨®n los posibles responsables de la muerte de un obrero
Luis D¨ªaz P¨¦rez muri¨® el 5 de noviembre de 1991. Ten¨ªa 28 a?os. Se precipit¨® al vac¨ªo desde un cuarto piso en una obra en construcci¨®n en San Vicente del Raspeig (Alicante), que no ten¨ªa barandillas protectoras ni las adecuadas medidas de seguridad. Dieciocho a?os despu¨¦s, Luis D¨ªaz ha vuelto a morir. Esta vez, de desidia.
Ya en el siglo XVII el escritor franc¨¦s Jean de la Bruy¨¨re dec¨ªa que "una cualidad de la Justicia es hacerla pronto y sin dilaciones; hacerla esperar es injusticia". En este caso, ni eso, porque han tenido que pasar 18 a?os para que el arquitecto y el gerente de la empresa constructora se sentaran en el banquillo de los acusados, pero no se ha hecho justicia. El fiscal calific¨® los hechos de homicidio imprudente y solicitaba para los presuntos responsables un a?o de prisi¨®n, que no iban a cumplir, y una indemnizaci¨®n de 210.000 euros para Celsa, la viuda de Luis, y su hija Ana, que acababa de hacer dos a?os cuando muri¨® su padre. Exigua compensaci¨®n para quien ha perdido a un padre o a un marido.
De Rosa: "La justicia deber¨ªa haber llegado un poco antes"
Pero la magistrada encargada del caso, a la vista del retraso en juzgar los hechos, atribuible al colapso de los juzgados, ha absuelto a los acusados por aplicaci¨®n de la prescripci¨®n, esa figura legal por la que se extingue la responsabilidad criminal debido al transcurso del tiempo, porque el derecho del Estado a perseguir a los culpables no debe de ser eterno. Y as¨ª nos va.
Sostiene Lola Beccaria en El arte de perder, que hoy d¨ªa los pactos ya no se hacen con el diablo, sino con los b¨ªfidus activos, y debe de tener raz¨®n. Fernando de Rosa, vicepresidente del Consejo del Poder Judicial, que hasta ser nombrado para el cargo a propuesta del PP fue conseller de Justicia de la Generalitat valenciana y que, por tanto, alguna responsabilidad debe de tener en el colapso de los juzgados de su comunidad, descubri¨® el Mediterr¨¢neo cuando, preguntado por el caso de Luis, dijo que "la justicia deber¨ªa de haber llegado un poco antes". ?Un poco?
Fue clarividente cuando razon¨® que "un asunto de 1991 que se juzgue en 2009, no supone que la justicia ha funcionado de forma correcta". Y, sin duda, fue voluntarioso, cuando prometi¨® que si el caso llegara alg¨²n d¨ªa hasta el Consejo se estudiar¨ªa si existe alguna responsabilidad judicial en el retraso. ?C¨®mo si los restantes casos que llegan al Consejo no se estudiaran! O igual es que el se?or De Rosa, que parece aficionado a las declaraciones em¨¦ticas -acaba de afirmar que "cada vez que creamos un juzgado, creamos un fracaso"-, cuenta con otras informaciones a las que no tenemos acceso los ciudadanos.
Los retrasos judiciales no son nuevos. El Tribunal Europeo de Derechos Humanos acaba de condenar a Espa?a por dos casos de violaci¨®n del derecho a un juicio justo en un plazo razonable. El m¨¢s sangrante se refiere a un caso por estafa, falsificaci¨®n y aumento fraudulento de los precios en Santa Cruz de Tenerife, en 1988. Diez a?os despu¨¦s, la Audiencia aprob¨® una indemnizaci¨®n de 84 millones de euros para los estafados, pero la sentencia nunca fue ejecutada.
Que unas v¨ªctimas hayan dejado de cobrar 84 millones de euros por las ineficacias de los jueces se ha saldado, 20 a?os m¨¢s tarde, con una condena a Espa?a y una compensaci¨®n de 8.000 euros para los perjudicados. No parece que sea para estar satisfechos.
Volviendo al caso de Luis D¨ªaz, ahora, la Justicia dispone de varias v¨ªas para que la viuda y la hija de Luis puedan prolongar su sufrimiento y su peregrinar jur¨ªdico. Por un lado, pueden presentar un recurso, de incierto futuro, contra la sentencia; por otro, pueden acudir a la v¨ªa civil para reclamar la indemnizaci¨®n que la jurisdicci¨®n penal les ha negado; tambi¨¦n pueden denunciar a los jueces por retardo malicioso en la administraci¨®n de la Justicia o demandar a la Administraci¨®n por mal funcionamiento de los servicios p¨²blicos. Quiz¨¢ dentro de otros 18 a?os alguien les d¨¦ la raz¨®n y una miseria de indemnizaci¨®n y Luis pueda morir por tercera y definitiva vez.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.