Un templo del grabado

La Albertina, instituci¨®n vienesa consagrada al arte gr¨¢fico en sus m¨¢s variadas manifestaciones, constituye una de las mayores y m¨¢s importantes colecciones del mundo de dibujos, estampas y fotograf¨ªas. Tiene su origen en la actividad coleccionista del duque Alberto de Sajonia-Teschen (1738-1822), del que toma el nombre, quien inici¨® la compra de obras de arte en la d¨¦cada de los setenta, favorecido por la importante dote recibida tras su matrimonio con Mar¨ªa Cristina, una de las hijas de la emperatriz Mar¨ªa Teresa. Cuando la pareja dej¨® Hungr¨ªa, donde el duque hab¨ªa sido gobernador, se instal¨® en Viena en el palacio del basti¨®n agustino, actual sede del museo, que fue puesto a su disposici¨®n por el emperador Francisco I. Desde ese momento hasta su muerte, acaecida en 1822, el duque dedic¨® una especial atenci¨®n a la ordenaci¨®n y crecimiento de su colecci¨®n, compuesta esencialmente por dibujos y estampas de los principales artistas del Renacimiento y el Barroco, como Leonardo, Miguel ?ngel, Rafael, Rubens, Van Dyck, Rembrandt y Durero, entre muchos otros, que la convirtieron ya en su ¨¦poca en una colecci¨®n ¨²nica e inigualable, que sus descendientes continuaron incrementando, con el objetivo de ofrecer un amplio recorrido por el arte desde la Edad Media. En 1919, tras la ca¨ªda de la monarqu¨ªa, la colecci¨®n pas¨® a poder de la Rep¨²blica de Austria, continuando su pol¨ªtica de adquisiciones y centrando desde entonces gran parte de su inter¨¦s en la adquisici¨®n de notables colecciones de artistas del siglo XIX y el XX. En la actualidad, la colecci¨®n re¨²ne unos 50.000 dibujos, 900.000 estampas, 100.000 fotograf¨ªas y alrededor de 50.000 planos y bocetos arquitect¨®nicos.

Como tantos otros a comienzos del siglo XXI, la Albertina emprendi¨® en 2000 la modernizaci¨®n y ampliaci¨®n de su sede hist¨®rica para dotarla de los nuevos servicios que requiere un museo de nuestros d¨ªas. Al tiempo inici¨® una ambiciosa pol¨ªtica de exposiciones centrada fundamentalmente en la obra de los grandes artistas del pasado y el presente, en las que junto a las obras sobre papel se exponen pinturas, ofreciendo de este modo una visi¨®n ¨ªntegra de la actividad creativa cuyo objetivo ¨²ltimo es no s¨®lo mantener a la Albertina como un referente mundial entre las colecciones hist¨®ricas de arte gr¨¢fico, sino tambi¨¦n convertirla en centro de actividad expositiva en una ciudad de tanta competencia museal como Viena.

Jos¨¦ Manuel Matilla es jefe del departamento de dibujos y estampas del Museo del Prado.