Algo se mueve en el PP de Arenas
La reflexi¨®n sobre la necesidad de mejorar ya se oye en voz alta en las filas populares
El PP de Javier Arenas ha navegado siempre como un barco estable y perfectamente herm¨¦tico al que s¨®lo ha mecido la voz de su presidente. Estrategias y consignas, tuvieran mayor o menor acierto, se han seguido con devoci¨®n y, a veces, con fogosidad. Nadie remaba en otra direcci¨®n, y quien hiciera un adem¨¢n extra?o era desembarcado en el primer puerto. Muchos se fueron yendo en patera por su propia voluntad. Ya no es as¨ª. Desde que Manuel Chaves dio un salto con p¨¦rtiga a Madrid -y al marcharse de la Junta andaluza echara abajo toda la estructura de oposici¨®n dise?ada hasta las elecciones de 2012-, en el PP de Arenas algo se mueve. Voces como la de la portavoz parlamentaria, Esperanza O?a, cuestionando el repetido c¨¢ntico de la pronta victoria -hay tres provincias, dijo tras las elecciones europeas, en las que la distancia con el PSOE es demasiado amplia-, y la colosal pifia de la marcha atr¨¢s de la querella contra Manuel Chaves en el Supremo, por la subvenci¨®n a la empresa donde trabaja su hija, son s¨ªntomas preocupantes. Si a ello se suma el cansancio de sus propios votantes respecto a la figura de Arenas del que hablan las encuestas (m¨¢s de la mitad quiere un relevo), el hecho de que la nave del PP andaluz ha dejado de ser completamente estanca empieza a verse con claridad.
En la tropa popular hay un cierto desencanto. El examen de las elecciones europeas se ha suspendido. Ni hab¨ªa empate t¨¦cnico, como repet¨ªan en cadena sus l¨ªderes (animados por los sondeos de antes de primavera), ni la sorprendente y veloz sustituci¨®n de Chaves por Jos¨¦ Antonio Gri?¨¢n ha supuesto merma alguna para la hegemon¨ªa socialista. Siguen ocho puntos por encima, casi lo mismo que en los comicios auton¨®micos de 2008, lo que repite la proyecci¨®n de otra mayor¨ªa absoluta.La malograda querella contra Chaves es una metedura de pata de las que hacen historia. La direcci¨®n popular andaluza a¨²n no ha salido del estupor, aunque la t¨¢ctica sea tirar para adelante, impasible el adem¨¢n. Tras atacar durante a?os por flancos como la restauraci¨®n del Palacio de San Telmo, la cuenta corriente de Chaves o su cesant¨ªa, el equipo de Arenas ha cre¨ªdo hallar por fin un punto verdaderamente vulnerable: la Junta concedi¨® una subvenci¨®n de 10 millones de euros a la empresa Minas de Aguas Te?idas (Matsa), donde trabaja la hija del ex presidente, y ¨¦ste presidi¨® el Consejo de Gobierno que la aprob¨®. Los juristas del PP est¨¢n convencidos de que se ha vulnerado la Ley de Incompatibilidades. Por eso, todo se ha cuidado al m¨¢ximo y los tiempos se han medido minuciosamente.
Sin embargo, una mano an¨®nima (nadie se ha responsabilizado) ha estropeado parte de lo pacientemente larvado. En el Tribunal Supremo se registr¨® el lunes pasado una querella por malversaci¨®n y tr¨¢fico de influencias (seg¨²n fuentes del partido, tiene pocos visos de prosperar) sin que lo supiera el abajo firmante: el PP andaluz. El espect¨¢culo roz¨® el absurdo, el equipo de Arenas, y ¨¦l mismo, negaron una denuncia que llevaba inequ¨ªvocamente su r¨²brica.
De momento, las culpas se han volcado en el abogado habitual, quien siempre act¨²a a las ¨®rdenes de Federico Trillo, responsable de Justicia. Pero lo cierto es que el PP, especialmente el de Javier Arenas, es el que ha quedado en evidencia, no s¨®lo porque con esta chapuza han restado cr¨¦dito a la presunta gravedad del asunto en s¨ª de la subvenci¨®n, tambi¨¦n por la exhibici¨®n de ambig¨¹edad y titubeo de su c¨²pula, pues durante horas nadie dio la cara para aclarar si era s¨ª o era no. Finalmente, la querella se retir¨® con la excusa de que iba a ser completada con nuevos datos, cuando una querella siempre se puede ir ampliando sin necesidad de desistir. Arenas oblig¨® a la sede de G¨¦nova a beber el c¨¢liz de la rectificaci¨®n y fue la organizaci¨®n nacional la que oficializ¨® la marcha atr¨¢s.
Aunque la idea es volver sobre los pasos dados, lo rid¨ªculo del episodio es un motivo m¨¢s de decepci¨®n, junto al chasco de las elecciones europeas, que demostraron que el triunfo en las auton¨®micas est¨¢ bastante m¨¢s all¨¢ de la vuelta de la esquina, como asegura Arenas. Quien le ha puesto voz a la tozuda realidad, Esperanza O?a -no precisamente con estas palabras, desde luego- ha recibido un aguacero de cr¨ªticas. Un d¨ªa despu¨¦s de que la tambi¨¦n alcaldesa de Fuengirola dijera: "El PP tiene un problema electoral en las provincias de Sevilla, Huelva y Ja¨¦n", el secretario general, Antonio Sanz, sali¨® a desmentirla con br¨ªo, y el enfado interno, seg¨²n varias fuentes, fue monumental.
"Esperanza ha dicho lo que piensa mucha gente: que las cosas no van bien o, por lo menos, lo suficientemente bien para ganar en un plazo razonable al PSOE", se?ala un miembro del partido. ?Por qu¨¦, entonces, tanto revuelo? Otro militante del PP lo explica as¨ª: "La reacci¨®n ha sido desmedida, en circunstancias distintas [de hecho, O?a dijo lo mismo despu¨¦s de las elecciones auton¨®micas], habr¨ªa sido una cosa m¨¢s de Esperanza, pero Javier Arenas est¨¢ especialmente sensible porque le preocupa que cunda el des¨¢nimo".
La encuesta que public¨® EL PA?S el pasado 28 de febrero ya apuntaba que un 43% de los votantes del PP apostaban por sustituirle en la candidatura a la Junta. Un sondeo de El Correo de Andaluc¨ªa, del d¨ªa 22, habla de un 55%. "El matiz de estas consultas es que no se refiere a los militantes sino a los votantes, algo que puede llegar a preocupar mucho en el partido", reflexiona un dirigente. O?a, en su pol¨¦mica comparecencia, roz¨® en este sentido un terreno peligroso, ya que, de manera indirecta, sugiri¨® que la imagen de Arenas no es la panacea de la movilizaci¨®n electoral: "Los alcaldes deben tener un papel m¨¢s relevante y protagonista en las pr¨®ximas citas electorales". Quiz¨¢s no quiso decir eso, pero lo dijo, de ah¨ª los nervios.
?Significa esto que O?a asoma como la punta del iceberg de un supuesto sector cr¨ªtico? Todos los consultados dicen que no de manera rotunda. Ni ella lo pretende (no consta ning¨²n movimiento) ni ser¨ªa viable en estos momentos, en el que las cartas est¨¢n ya echadas y el relevo es impensable. Sustentada por una lustrosa y reiterada mayor¨ªa en Fuengirola, Esperanza O?a es una dirigente singular. A veces vuela por libre -reivindica en los m¨ªtines a Esperanza Aguirre, declarada enemiga de Arenas-, y sus relaciones con Sanz son p¨¦simas. Con un pie en su pueblo y otro en Sevilla, es un secreto a voces que se siente relegada, y que los hombres de Sanz apenas la dejan tocar bola en los temas relevantes de la C¨¢mara. Sin duda, una circunstancia que emborrona la fluidez: la mano derecha y e izquierda de Arenas nunca se estrechan.
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