El orgullo gay, dividido
Las calles del centro de Barcelona se volvieron a convertir ayer en una fiesta al paso de la tradicional manifestaci¨®n del orgullo gay y l¨¦sbico. Los partidos pol¨ªticos y las asociaciones de activistas homosexuales que participaron en la marcha, sin embargo, echaban en falta la unidad de a?os pasados. Y es que a este acto reivindicativo, heredero de la primera marcha de gays espa?oles que, en 1977, destaparon sus anhelos de libertad en la capital catalana, le ha salido un competidor: esta tarde Barcelona vivir¨¢ por primera vez un desfile con menos pancartas y m¨¢s carrozas, m¨¢s festivo que el acto de ayer y, seg¨²n criticaban muchos manifestantes, m¨¢s comercial.
"Ha de ser posible salir todos juntos a la calle", dec¨ªa ayer el hist¨®rico activista gay Armand de Fluvi¨¤ al frente de la manifestaci¨®n. Representantes de Esquerra Unida, Iniciativa y Esquerra Republicana, que tambi¨¦n acudieron al acto, insistieron igualmente en tratar de recuperar el a?o que viene la unidad perdida.
Los integrantes de asociaciones de activistas homosexuales presentes en la marcha eran algo m¨¢s cr¨ªticos. "Nuestra sexualidad no est¨¢ en venta", gritaban los manifestantes de la Plataforma Revolucionaria Antipatriarcal, y una de las integrantes de este grupo independentista aseguraba que el desfile de hoy "est¨¢ convocado por el capitalismo rosa". "Esta mercantilizaci¨®n nos perjudica, crea estereotipos", a?ad¨ªa Laura Palomer, del colectivo Sin Verg¨¹enza, que a?ad¨ªa que este a?o han tenido m¨¢s problemas para dar a conocer la marcha porque muchas personas la confund¨ªan con el desfile de hoy.El clamor un¨¢nime de pol¨ªticos y activistas homosexuales para recuperar el a?o que viene la unidad que no tendr¨¢n esta vez los actos de conmemoraci¨®n del d¨ªa del orgullo gay y l¨¦sbico no empa?¨® la marcha de ayer. Al ritmo festivo de los grupos de batucada, la colorida manifestaci¨®n arranc¨® de la plaza de la Universitat e hizo uso de un privilegio que no comparte con el resto de los actos reivindicativos que se convocan en Barcelona: entrar por La Rambla. En la misma v¨ªa en la que un grupo de travestidos destap¨® sus pechos ante una Espa?a pacata en 1977, ayer los curiosos y los turistas asist¨ªan animados al paso de las pancartas y las banderas con los colores del arco iris. "Hemos hecho realidad nuestras reivindicaciones, ahora toca acabar con la homofobia", opin¨® all¨ª Armand de Fluvi¨¤.
Una vez en la plaza de Sant Jaume, los organizadores leyeron el manifiesto, que este a?o se centr¨® en reclamar la erradicaci¨®n de la homofobia en la educaci¨®n. Los asistentes no llegaron a llenar la plaza, pese a que la organizaci¨®n asegur¨® que hab¨ªan acudido 8.000 personas, cifra que la polic¨ªa municipal rebaj¨® a 2.500.
Pese a esta concurrencia modesta, los organizadores se esforzaron en limar las diferencias con el desfile de hoy. Pero la cr¨ªtica a la mercantilizaci¨®n lat¨ªa entre los asistentes: "Lesbiana no es una marca", rezaba una pancarta. "En nuestra sociedad se mercantiliza todo, incluso la disidencia", dijo Sandra Ezquerra, de Revolta Global. Una compa?era subray¨® que la de hoy no ser¨¢ una manifestaci¨®n como la de ayer, sino un desfile. "Busca silenciar a aquellos que decimos que Barcelona no es como nos la venden, que aqu¨ª a¨²n sufrimos discriminaci¨®n", critic¨®.
Y mientras los viejos barceloneses se debat¨ªan entre la pancarta y el "capitalismo rosa", los nuevos barceloneses se limitaban a disfrutar. "Aqu¨ª gozo de m¨¢s libertad", celebraba Jes¨²s, almeriense. Y para celebrarlo, hab¨ªa escogido un traje de pubilla que inclu¨ªa una senyera y una peluca lila.
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