El toro salta la valla
Osborne licencia el icono dise?ado en 1954 por Manolo Prieto. Habr¨¢ pines, corbatas y chanclas
Ese toro atento a lo que sucede en el horizonte dif¨ªcilmente pod¨ªa imaginar lo que le deparaba su propio horizonte. Dif¨ªcilmente pod¨ªa imaginar en lo que iba a convertirse cuando fue creado a mediados de los a?os cincuenta. El hombre que lo dibuj¨®, sin embargo, vio la primera se?al de que aquel toro negro era algo m¨¢s que la publicidad de un brandy en el a?o 1970. Sal¨ªa Manolo Prieto de su garaje, cercano a la madrile?a plaza de Legazpi, junto a su hijo, cuando se encontr¨® un mini que en el centro del radiador incorporaba un mapa de Espa?a con el toro de Osborne. "?Anda, esto qu¨¦ es, a m¨ª nadie me ha pedido permiso!", se pregunt¨® el dibujante, seg¨²n recuerda su hijo Manolo. Algunos a?os despu¨¦s fue una agencia de turismo alemana la que utiliz¨® la silueta del toro. Llegado el a?o 1979, Manolo Prieto firmaba un contrato de cesi¨®n total de sus derechos sobre el toro de Osborne a cambio de un apartamento en la sierra madrile?a, relatan sus familiares. El toro que dibuj¨® va a generar ahora un volumen de negocio cercano a los diez millones de euros. Osborne, que detenta la propiedad intelectual del logo, lo licencia para que se hagan toallas, pines, corbatas, naipes, imanes, chanclas, raquetas de playa y muchas cosas m¨¢s. El toro va a empezar a aparecer por todas partes. Desde diciembre de 2008 se han firmado trece acuerdos de licencia. Y hay otros cuatro a punto de ser firmados, seg¨²n confirman desde Osborne.
"?A este toro me lo est¨¢n afeminando. Parece una cabra!", se quejaba su creador en el proceso de gestaci¨®n de la valla
Ya es dif¨ªcil que un icono publicitario desencadene campa?as en su defensa, como ocurri¨® en 1994, y que el Parlamento acabe indult¨¢ndolo, excluy¨¦ndolo de una Ley General de Carreteras que prohib¨ªa toda publicidad que distrajera a los conductores. Ya es dif¨ªcil que un logo se convierta en cuasi sin¨®nimo visual de un pa¨ªs, que acabe insertado en la bandera que los hinchas exhibieron en la Eurocopa de f¨²tbol, que acabe bordado en las zapatillas que Rafa Nadal utiliz¨® en 2007 para jugar la copa Davis ante Suiza. Por si algo faltaba, la semana pasada la Junta de Andaluc¨ªa retomaba la declaraci¨®n de las vallas met¨¢licas del toro de Osborne como bien de inter¨¦s cultural. No hay demasiados iconos que puedan alardear de semejante trayectoria.
Resulta curioso que en su proceso de gestaci¨®n, unos y otros temieran por su condici¨®n animal, o sexual. "?A este toro me lo est¨¢n afeminando... Parece una cabra!", gritaba Manolo Prieto por los pasillos de su casa en Legazpi. Los berrinches que se llev¨® el dibujante-pintor-ilustrador durante el proceso de gestaci¨®n fueron de a¨²pa. "No se dejaba mandar por nadie, era un temperamento", recuerda con una sonrisa Emilia Rodr¨ªguez, su viuda, de 94 a?os.
La casa de Emilia y Manolo (que falleci¨® en 1991) es un museo de paredes atiborradas de carteles, cuadros y medallas dise?adas por el artista. El toro aparece por todos los frentes. Uno de los primeros bocetos, del a?o 1955, est¨¢ enmarcado y colgado en la pared. Sobre un aparador, una escultura del toro que realiz¨® el artista. Cuenta su hijo Manolo que es el boceto para un proyecto que le propusieron a su padre all¨¢ por los a?os setenta. Se trataba de hacer una especie de Estatua de la Libertad, pero con el toro. Un toro que se pudiera visitar por dentro.
La idea no gust¨® demasiado en Osborne cuando fue presentada en 1954 por Azor, la agencia de publicidad para la que trabajaba Prieto. Eso cuentan sus familiares. Se dijo que era m¨¢s adecuado para una ganader¨ªa que para un brandy. La familia Osborne lo niega.
Prieto dibuj¨® un toro que, al pasar por las manos del herrero F¨¦lix Tejada, el hombre que lo convirti¨® en valla, fue perdiendo sus formas originales. Simplificaron las orejas. Acortaron el rabo. Redujeron los test¨ªculos. Vamos, que no resulta extra?o que el pobre Manolo Prieto sufriera en el proceso de desarrollo de su idea. Dur¨® tres a?os. Hasta mayo de 1957, fecha en que qued¨® instalada la primera valla en el kil¨®metro 55 de la carretera Madrid-Burgos (Nacional 1), a la altura de Cabanillas de la Sierra. El primer ejemplar, de madera, med¨ªa siete metros de altura. A partir de 1961 empieza a fabricarse en chapa met¨¢lica. El toro actual mide catorce metros, como un edificio de cuatro pisos; pesa cuatro toneladas. Hay 90 distribuidos por toda Espa?a.
Jos¨¦ Antonio Osborne, el hombre que a partir de 1964 fue recorriendo carreteras para buscar emplazamientos para el toro, recuerda lo que le cont¨® su padre Ignacio, presidente de la compa?¨ªa, de aquel d¨ªa en que fue a ver la valla de Cabanillas de la Sierra. "La primera vez que pasaron por all¨ª, mi padre iba fumando un pitillo y no vio nada", recuerda entre risas Jos¨¦ Antonio Osborne, de 74 a?os, accionista y consejero. Cuando le se?alaron la valla, Ignacio Osborne dijo: "M¨¢s parece una vaca que un toro, me gustar¨ªa m¨¢s pintado de negro". La identidad sexual del toro en entredicho. ?Explicaci¨®n?: lo que hab¨ªa visto el padre era una maqueta de madera que a¨²n no hab¨ªa sido pintada.
Jos¨¦ Antonio Osborne desmiente la versi¨®n de la familia Prieto. Dice que el dise?o no fue rechazado en un principio. Sostiene que se presentaron varias ideas, adem¨¢s de la del toro, y que ¨¦ste recibi¨® todo tipo de alabanzas; adem¨¢s, destaca que se realiz¨® una gran labor de adaptaci¨®n para simplificar las l¨ªneas y hacer del toro una valla.
Tras d¨¦cadas dominando las carreteras y tras a?os de reproducci¨®n ilegal en banderas y pegatinas -el 40% del trabajo del equipo jur¨ªdico de Osborne se dedica a cuestiones de fraude y en los ¨²ltimos diez a?os, se han producido incautaciones de m¨¢s de 500.000 art¨ªculos por un valor estimado de 3 millones de euros-, el toro da ahora el salto al mundo souvenir. Mundo souvenir, casco de moto, accesorio de coche, reloj, delantal. L¨ªneas de negocio con las que Osborne ingresar¨¢ unos royalties que podr¨ªan oscilar entre el 10% y el 15%. Es decir, podr¨ªan suponerle entre un mill¨®n y un mill¨®n y medio de euros de ingresos.
Manolo Prieto, que fue un activo militante comunista, cre¨® sin saberlo un s¨ªmbolo de la espa?olidad. Un s¨ªmbolo que ahora se convierte en negocio. En su familia siempre recuerdan estas palabras suyas: "Es curioso, al final, yo voy a ser conocido por el toro".
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