Prada pide a la juez que interrogue a ocho presuntos esp¨ªas de Aguirre

El ex consejero de Aguirre y miembro de la direcci¨®n nacional del PP Alfredo Prada quiere agilizar la investigaci¨®n judicial del espionaje que sufri¨® por agentes de la Comunidad de Madrid. Para ello, ha pedido la declaraci¨®n como imputados de ocho agentes de la Consejer¨ªa de Interior que dirige Francisco Granados y que se les someta a una prueba caligr¨¢fica para cotejarla con los partes del seguimiento. Tal iniciativa de Prada, que evit¨® realizar antes de los pasados comicios europeos para no perjudicar a su partido, tiene un claro contexto. La investigaci¨®n del espionaje por agentes del Gobierno de Esperanza Aguirre al ex consejero de Justicia y ex vicepresidente madrile?o Alfredo Prada y al vicealcalde de Madrid Manuel Cobo -ambos afines a Rajoy- avanza lentamente. Tres meses despu¨¦s de que el fiscal jefe del Tribunal Superior de Justicia de Madrid, Manuel Moix, solicitase a Telef¨®nica los posicionamientos de los m¨®viles de seis de los funcionarios sospechosos durante los meses del seguimiento a ambos pol¨ªticos del PP (marzo a mayo de 2008, en v¨ªsperas del congreso por el liderazgo del PP), la respuesta a¨²n no se ha incorporado al sumario que instruye la juez Carmen Valcarce por un presunto delito de malversaci¨®n de fondos.

El ex alto cargo espiado reclama que se practique ya una prueba caligr¨¢fica

Tampoco ha sido citado ninguno de los sospechosos ante dicho juzgado, el n¨²mero cinco de Instrucci¨®n de Madrid, que asumi¨® la denuncia de Cobo y las pesquisas de la fiscal¨ªa a resultas de otra denuncia de Prada. Por ¨²ltimo, tampoco ha sido ordenada una prueba pericial para cotejar los partes de los esp¨ªas con la graf¨ªa de los agentes de Aguirre sospechosos. Ni siquiera Prada, v¨ªctima destacada de este espionaje, ha sido interrogado por la juez.

Por todo ello, Prada ha remitido un escrito al juzgado en el que solicita, como primera medida, que le tome declaraci¨®n para ratificar y ampliar su denuncia de hace medio a?o ante Moix.

Prada pide que la juez interrogue como imputados a los siguientes ocho agentes de la Consejer¨ªa de Interior, a las ¨®rdenes de Granados: Jos¨¦ Manuel Pinto y Jos¨¦ Palomo trabajadores de la Consejer¨ªa que puso bajo su mando directo el ex director general de Seguridad Sergio Gam¨®n; los ex guardias civiles fichados por Granados Jos¨¦ Oreja, Antonio Coronado y Jos¨¦ Luis Caro; y tres ex polic¨ªas con los que Gam¨®n trabaj¨® en anteriores destinos: Bel¨¦n Esparteros, Jos¨¦ Manuel Rodr¨ªguez y Roberto Casielles.

Pinto, de baja en el servicio junto con Palomo desde hace meses a ra¨ªz del esc¨¢ndalo, fue identificado por una doble pericial caligr¨¢fica encargada por este diario como el autor de varias anotaciones manuscritas que figuraban en los partes donde los esp¨ªas relataban todas sus observaciones sobre los movimientos de Prada y Cobo. La lentitud del proceso es tanto m¨¢s notable si se tiene en cuenta que Moix orden¨® las primeras pesquisas policiales el 30 de enero a ra¨ªz de las informaciones publicadas por este diario que destaparon este esc¨¢ndalo.

Buena parte de los agentes cuyo interrogatorio judicial exige ahora Prada ya declararon ante la polic¨ªa bajo las ¨®rdenes de Moix. Todos alegaron no recordar d¨®nde estaban en los momentos descritos por los partes del espionaje a Cobo o a Prada, y que tampoco ten¨ªan una agenda a la que acudir para refrescar su memoria. Su tono fue calcado.

Ahora se ver¨¢n en la tesitura de mantener tal versi¨®n ante la juez con el riesgo de que, si los posicionamientos tel¨¦fonicos o cualquier prueba colateral (repostajes, facturas, dietas...) la contradice, podr¨ªan verse en un serio problema jur¨ªdico en su af¨¢n por ocultar un delito del que no son presuntamente autores, ya que la malversaci¨®n de fondos que persigue la juez salpica, en principio, s¨®lo a sus jefes en la Consejer¨ªa de Interior. Granados hasta ahora ha proclamado que ¨¦l no orden¨® tal espionaje, pero no pone la mano en el fuego por la actuaci¨®n de todos sus agentes en torno a tales hechos. Cunde el desamparo entre el colectivo de esp¨ªas.