Una nueva oportunidad
Hace ya diez a?os, siendo Magdalena ?lvarez consejera de Econom¨ªa y Hacienda en el Gobierno de la Junta de Andaluc¨ªa, se abri¨® por primera vez el debate sobre la necesidad de reducir el n¨²mero de cajas de ahorro en nuestra comunidad, lleg¨¢ndose a hablar incluso de la posibilidad de que se fusionaran todas en una gran caja andaluza de manera similar a lo que ocurre con CajaMadrid.
Las reacciones a la simple sugerencia sobre la necesidad de empezar una reflexi¨®n seria sobre la inadecuaci¨®n del tama?o de las instituciones financieras andaluzas para las necesidades de nuestra econom¨ªa, fue de la virulencia a la que, por desgracia, estamos acostumbrados en esta tierra, en la que el debate sobre cualquier tema se enrarece como consecuencia de la combinaci¨®n de un provincialismo exacerbado con un centralismo estatal subyacente, que configura unos prejuicios de tal entidad que dificultan cuando no imposibilitan que se est¨¦ dispuesto siquiera a escuchar a quien tiene una opini¨®n distinta de la que cada uno de los interlocutores tiene ya preconstituida.
El resultado fue el que fue. Lo que era, no hubiera podido ser, sino era, una ocasi¨®n excelente para haber podido proceder a una reestructuraci¨®n del sector financiero andaluz en un momento econ¨®mico de alt¨ªsimo crecimiento que todav¨ªa se prolongar¨ªa durante bastantes a?os, se dej¨® pasar y ahora nos encontramos con que hay que hacer lo que entonces no se hizo, pero en un entorno econ¨®mico mucho m¨¢s dif¨ªcil y con una posici¨®n de mucha mayor fragilidad de las cajas andaluzas.
De nada vale lamentarse ya por lo que pod¨ªa haber sido y no fue, aunque no est¨¦ de m¨¢s recordarlo para no volver a tropezar si no en la misma piedra, s¨ª en otra parecida. Porque lo que puede estar en juego ahora es mucho m¨¢s de lo que estuvo en juego hace diez a?os. En aquel momento se pod¨ªa controlar el proceso de reestructuraci¨®n del sector financiero andaluz desde Andaluc¨ªa sin ninguna duda, entre otras cosas porque no hab¨ªa ninguna entidad financiera que corriera el m¨¢s m¨ªnimo riesgo de solvencia que pudiera exigir la intervenci¨®n del Estado y del Banco de Espa?a. Hoy en d¨ªa no podemos estar tan seguros de que as¨ª sea y, en consecuencia, si no hacemos bien las cosas, puede ocurrir que Andaluc¨ªa pierda en parte el control sobre dicho sector financiero en nuestra comunidad, debilitando nuestra posici¨®n en el conjunto del Estado.
Este es un terreno en el que ser¨ªa de importancia capital un pacto entre todos los partidos y en particular entre el PSOE y el PP, a fin de introducir racionalidad en el proceso de fusi¨®n, que va a ser insoslayable. Cualquiera de los dos grandes partidos puede hacer que el proceso descarrile o que acabe haci¨¦ndose de manera inapropiada para los intereses de nuestra comunidad. Ning¨²n partido, ni siquiera el que tiene mayor¨ªa parlamentaria absoluta y ocupa el Gobierno, puede dirigir el proceso por s¨ª solo. La distribuci¨®n del poder en el sistema de cajas es de tal naturaleza que ¨²nicamente con un pacto global y provincial se puede conseguir que el acuerdo sea satisfactorio.
Una caja peque?a, pero que, por lo que parece, ha estado bien gestionada y tiene una solvencia notable, Caja de Ja¨¦n, ha dado un primer y buen paso, poniendo de manifiesto su voluntad de entrar en el proceso de fusi¨®n al que est¨¢ llamando cada vez con m¨¢s intensidad el Banco de Espa?a. Esperemos que esa voz de la caja jiennense sea escuchada y que, en un plazo razonable, podamos contar con un sector financiero andaluz correctamente dimensionado. Ser¨ªa una manera de salir fortalecidos de la crisis por la que estamos pasando. Crucemos los dedos para que no dejemos pasar esta nueva oportunidad.
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