"Nosotros no queremos vivir aqu¨ª por el morro"
Los vecinos del sector 1, en Coslada, esperan que sus viviendas se legalicen
"Empezamos a rayar cada uno un cachito de suelo", cuenta M¨¢ximo Carrasco, jubilado de 70 a?os. Fue hace m¨¢s de 20 a?os. Antes all¨ª no hab¨ªa nada. "Pusimos nosotros mismos el agua. Nos junt¨¢bamos los fines de semana para hacer pozos. Al final de la calle hab¨ªa un transformador y de all¨ª cog¨ªamos la luz". As¨ª, poco a poco, un grupo de vecinos de Coslada fue levantando los pisos que se erigen en la avenida de Santiago, en la Ca?ada Real.
Luego, el Ayuntamiento les mand¨® una carta inst¨¢ndoles a pagar los gastos, recuerda M¨¢ximo. Desde entonces abonan la luz, el agua, el gas o la recogida de basuras. El ¨²nico problema es que no tienen escrituras de su casa de dos plantas (dos salones, cuatro habitaciones, dos ba?os y un patio sombreado por vides). Nunca compraron el terreno. "Si vinieran ma?ana a cobr¨¢rnoslo, mejor que pasado", exclama Santiaga Berrocal, la mujer de M¨¢ximo, cuando se entera de que el suelo sobre el que viven va a dejar de ser una v¨ªa pecuaria protegida.
El sector 1 de la Ca?ada Real Galiana ocupa terrenos de Coslada y de Madrid. As¨ª lo explican sus vecinos. Como M¨¢ximo y Santiaga hay cerca de cien familias que pagan todos los gastos de estas casas, seg¨²n los c¨¢lculos del que fuera vicepresidente de la Asociaci¨®n de Vecinos. "Esto se hizo con mucho sacrificio", recuerda Alberto D¨ªez cerca del huerto donde cr¨ªa gallinas y palomas. A ¨¦l la noticia le pilla m¨¢s enterado. Tras varias reuniones con las administraciones se muestra optimista: "Estamos convencidos de que no se van a tirar las casas".
A medida que se avanza por la calle los edificios cambian. Aparecen algunos chalets, protegidos por verjas. Tras ellas viven familias como la de Jos¨¦ Antonio ?lvarez, de 63 a?os. Nacido en la propia ca?ada, compr¨® un huerto en una zona en la que a¨²n no hab¨ªa construcciones y en ¨¦l se hizo una vivienda. Cuando sus cuatro hijos crecieron, dividi¨® salom¨®nicamente el terreno para que cada uno pudiera hacerse su propia casa. Ahora sus nietos corretean de uno a otro de los cinco modernos chalets de dos pisos. "Nosotros no queremos vivir aqu¨ª por el morro", explica, "queremos pagar lo que nos pidan".
As¨ª, tal vez, normalizar¨ªan su situaci¨®n. Porque estas viviendas no s¨®lo son diferentes por fuera. A esta parte de la carretera no llega la luz ni el agua. Los vecinos, relatan, se cansaron de esperar respuesta a sus solicitudes de servicios para sus viviendas. Y decidieron pagar ellos mismos el asfaltado, un colector de agua y un tendido el¨¦ctrico. Todav¨ªa conservan en las paredes las marcas de las inundaciones que asolaron Coslada en el oto?o de 2008. Tambi¨¦n entonces tuvieron que encargarse ellos mismos de limpiarlo todo. "De esto no quer¨ªa saber nada nadie", dice uno de los miembros de la prole. Ahora tienen nuevas esperanzas de ser vecinos normales de un barrio m¨¢s.
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