Una de cada tres operaciones por c¨¢ncer de mama es innecesaria
Un estudio revela que se tratan tumores no da?inos por no poderse distinguir
Nadie duda de que el cribado de c¨¢ncer de mama contribuye a detectar muchos tumores que, de otro modo, no se tratar¨ªan a tiempo. Sin embargo, tambi¨¦n ocurre que una de cada tres mujeres que pasan por una mamograf¨ªa acaba siendo sobrediagnosticada. Como consecuencia, se les practican cirug¨ªas y terapias que no ser¨ªan necesarias. A esta conclusi¨®n ha llegado un estudio que publica British Medical Journal (BMJ), realizado por Karsten Jorgensen y Peter Gotzsche, del Centro N¨®rdico Cochrane de Copenhague, en el que se han analizado datos de mujeres del Reino Unido, Canad¨¢, Australia, Suecia y Noruega.
El sobrediagn¨®stico se refiere a la detecci¨®n de tumores cancerosos no da?inos, que no llegar¨ªan a causar s¨ªntomas en toda la vida y que acaban pasando por el quir¨®fano y otros tratamientos sin que sea necesario. Ocurre cuando se trata de un tumor regresivo, que puede desaparecer sin haber dado ning¨²n s¨ªntoma, o de un tumor durmiente, con un crecimiento tan lento que la mujer fallece antes. El problema es que, seg¨²n reconocen los autores del estudio, actualmente no hay ninguna t¨¦cnica que permita distinguir entre un c¨¢ncer letal y otro que no causar¨¢ da?os.
El cribado conlleva sobrediagn¨®stico, tambi¨¦n con el c¨¢ncer de pr¨®stata
Gilbert Welch, del Dartmouth Institute of Health Policy, afirma en BMJ que los resultados concuerdan con otros estudios. "El cribado es una oportunidad para ayudar a algunas mujeres, pero tambi¨¦n puede llevar a que otras sean tratadas de un c¨¢ncer innecesariamente, y eso no es algo trivial", afirma Welch, quien a?ade otro dato: por cada 1.000 mujeres que pasan por una mamograf¨ªa, entre 100 y 500 pasar¨¢n por una falsa alarma. Y entre ¨¦stas, a la mitad se le practicar¨¢ una biopsia de tejido para verificar si se trata de un tumor maligno o no.
Los datos que revelan Jorgensen y Gotzsche no resultan del todo nuevos. En estudios anteriores, los mismos autores determinaron que por cada 2.000 mujeres que pasan por el cribado en un periodo de 10 a?os, una se beneficiar¨¢ al no morir por causa de un c¨¢ncer de mama, pero otras 10 ser¨¢n operadas innecesariamente. "Sab¨ªamos que el cribaje comporta un sobrediagn¨®stico, que tambi¨¦n ocurre en el c¨¢ncer de pr¨®stata", reconoce Merc¨¦ Peris, directora de prevenci¨®n del Instituto Catal¨¢n de Oncolog¨ªa (ICO). Pero esto no obliga a replantear los programas de cribado que, claramente, suponen un beneficio, opina esta especialista. "Se trata de poner en una balanza los riesgos y los beneficios".
De hecho, un estudio realizado por Nieves Ascunce, jefa de la Secci¨®n de Detecci¨®n Precoz del Instituto de Salud P¨²blica de Navarra, que fue la primera comunidad de Espa?a donde se implant¨® el cribado a mujeres mayores de 50 a?os, muestra que la detecci¨®n precoz reduce la mortalidad por c¨¢ncer de mama. En una muestra de mujeres a las que se sigui¨® entre 1975 y 2004, se pudo ver que entre las que hab¨ªan seguido programas de cribado, la mortalidad por c¨¢ncer de mama se redujo en un 62%. Entre las que no se hicieron mamograf¨ªas, s¨®lo disminuy¨® en un 22%, gracias a los mejores tratamientos pero no a la detecci¨®n precoz.
Los resultados obtenidos por el Centro Cochrane s¨ª que invitan a reflexionar, indica Peris: "Es importante continuar evaluando los programas de cribado. Y hay que informar a las mujeres mejor sobre los beneficios pero tambi¨¦n sobre los efectos adversos de la mamograf¨ªa, porque actualmente se informa poco". El rotativo brit¨¢nico The Times publicaba a principios de este a?o una carta firmada por 24 especialistas y representantes de asociaciones de pacientes, en la que se reprochaba esta falta de informaci¨®n por parte de su Sistema Nacional de Salud en los folletos que distribu¨ªa.
Tambi¨¦n es urgente encontrar marcadores biol¨®gicos para que, cuando una mamograf¨ªa detecta un tumor, se pueda discriminar entre los que tendr¨¢n un comportamiento benigno y los letales. "El problema es que ahora los vemos a todos iguales", afirma Peris. "Indirectamente, el conocimiento sobre la gen¨¦tica de los tumores ayudar¨¢ a encontrar biomarcadores", concluye.
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