Porra y p¨ªo

No se sabe qu¨¦ posee m¨¢s encanto, si las instalaciones de esta diminuta hospeder¨ªa que ocupa una antigua casona antequerana del siglo XVII o su restaurante, cuyas mesitas se alojan en el patio interior, absolutamente entra?able. Si la visita merece la pena es por el estilo de la cocina casera que pone a punto la propietaria del local, Charo Carmona, que ofrece platos dif¨ªciles de encontrar en otros lugares y ha sido galardonada por su receta del cabrito de raza malague?a a la pastoril. Entre sus especialidades figuran una gran porra antequerana (gazpacho espeso, r¨¦plica fiel del salmorejo), que se adorna con tropezones de huevo duro y at¨²n, y tambi¨¦n la porra blanca o cr¨²a, carente de tomate, especialidad algo anodina, pero rara y at¨ªpica en la hosteler¨ªa lugare?a. Y adem¨¢s, dos sopas fr¨ªas adicionales, el ajo blanco de habas secas y el m¨¢s refinado de almendras.

En el listado no falta el p¨ªo antequerano, compuesto por tropezones de bacalao, naranja y cebolla; no desmerecen en absoluto sus cuatro tipos de croquetas (pollo, bacalao, gambas y espinacas con pi?ones), ni tampoco el pisto malague?o con huevos fritos, muy fino, sin grasas superfluas, que proporciona una idea de la ligereza de sus propuestas. Es una l¨¢stima que los revueltos de la casa, como el de collejas, demasiado secos, desmerezcan del resto. Sin duda, su plato estrella es el lomo de orza, suculento y bastante jugoso, que se sirve con cabezas de ajos confitados. Al disfrute tambi¨¦n contribuyen los postres, de corte casero. Y como complemento, algunos vinos de la tierra y unas rega?¨¢s (pan crujiente sin levadura) capaces de acompa?ar con acierto toda la comida.