"El Partido Pirata es una nueva dimensi¨®n"

La industria cultural est¨¢ logrando avances para vencer a su bestia negra: la descarga ilegal de archivos. Ha conseguido multas millonarias en Estados Unidos y duras leyes como la sueca, la brit¨¢nica y la francesa, que permiten identificar y perseguir a los internautas que se bajen canciones o pel¨ªculas sin pagar derechos de autor. Espa?a planea legislar de forma similar. ?Pero es una guerra perdida? Millones de internautas contin¨²an desafiando cada d¨ªa al sistema establecido y, desde el pasado 7 de junio, cuentan, para esc¨¢ndalo de los ortodoxos, con representaci¨®n propia en el Parlamento Europeo. Los 215.000 votos obtenidos en Suecia por el Partido Pirata le han granjeado un esca?o, que ocupar¨¢ el ingeniero inform¨¢tico sueco Christian Engstr?m.

"la privacidad est¨¢ por encima de los intereses de unas pocas empresas"

"que el 'copyright' dure hasta cien a?os no tiene ning¨²n sentido"

"una buena obra siempre ser¨¢ copiada. es un hecho que hay que aceptar"

La progresi¨®n de esta formaci¨®n pol¨ªtica ha sido espectacular. Naci¨® en enero de 2006 y a finales de ese mismo a?o s¨®lo consigui¨® 35.000 votos en las elecciones nacionales suecas. Tres a?os m¨¢s tarde ha sumado 215.000 sufragios para el Parlamento Europeo (el 7,1% de los votos) y est¨¢ implantada en toda Europa, incluida Espa?a, aunque el mayor logro lo ha alcanzado en Alemania, con 229.000 votos, lo que, dada la dimensi¨®n del pa¨ªs, no le ha valido para lograr otro esca?o.

Esta entrevista tiene lugar en la terraza de un caf¨¦ de la plaza de Luxemburgo, frente al imponente edificio de la Euroc¨¢mara en Bruselas. Engstr?m ha venido a preparar su desembarco, pero todav¨ªa no dispone de despacho, y los funcionarios ni siquiera le permiten depositar su maleta un par de horas antes de coger el avi¨®n de vuelta a Estocolmo. Su victoria ha salvado a su partido de la quiebra t¨¦cnica, seg¨²n ¨¦l mismo confiesa. Un esca?o en la Euroc¨¢mara supone disfrutar de un magn¨ªfico sueldo (alrededor de 9.000 euros mensuales o m¨¢s, dependiendo de la actividad y las dietas) y de medios suficientes para disponer de un par de ayudantes. Tal triunfo es, adem¨¢s, una plataforma excepcional para intentar convencer al mundo de que el libre intercambio de archivos no es una manera de robar, de que hay que reformar las leyes de derecho de autor (copyright) y de que es imprescindible abolir las patentes; las tres piedras angulares de su programa pol¨ªtico. Hay algo en su discurso que retrotrae a los movimientos ¨¢lter mundialistas de los albores del milenio.

Usted siempre ha trabajado en la inform¨¢tica, como ingeniero de programas de ordenador, as¨ª que supongo que utiliz¨® el 'copyright' y alguna patente. No, nunca. Las patentes no son necesarias para el negocio inform¨¢tico y los programas de ordenador. El copyright s¨ª que es necesario, pero s¨®lo para empresas como Microsoft que venden millones y millones de copias. Lo cierto es que en la mayor¨ªa del sector de tecnolog¨ªas de la informaci¨®n el copyright no es necesario, sobre todo para empresas peque?as que trabajan para unos pocos clientes.

?Y nunca bloque¨® sus programas o productos con 'copyright'? No, de verdad.

?C¨®mo lograba, entonces, mantener el valor de sus innovaciones? ?C¨®mo logr¨® vender una empresa o parte de ella sin tener tales cartas en la mano? El valor de la empresa era el conocimiento que nosotros ten¨ªamos sobre un campo tan especializado como el lenguaje inform¨¢tico. De todos modos, sobre el copyright le dir¨ªa que los programadores seguimos manteniendo un interesante debate en Internet. Tanto el copyright como las patentes est¨¢n permanentemente en nuestras discusiones.

Supongo que ustedes son conscientes de que hay much¨ªsima gente que no acaba de comprender las propuestas que ustedes hacen. Gente que no entiende c¨®mo es posible que un autor no pueda obtener recompensa econ¨®mica por el trabajo que hace. Hablo de m¨²sicos, cineastas o, incluso, periodistas. Lo entiendo, pero sepa que el Partido Pirata no quiere abolir el copyright; s¨®lo reformarlo. En t¨¦rminos generales, se podr¨ªa decir que queremos que siga como hasta ahora, pero que los plazos de protecci¨®n se acorten. Porque hoy ese plazo dura toda la vida de un autor m¨¢s setenta a?os, lo cual es totalmente rid¨ªculo. Las normas actuales no tienen sentido porque en ning¨²n negocio se puede trabajar con la idea de recuperar el dinero durante cien a?os. Lo l¨®gico es acortar los plazos. Cinco a?os, por ejemplo, desde la publicaci¨®n. En pr¨¢cticamente todos los casos, un buen producto hace dinero durante cuatro o cinco a?os. Eso es lo normal. Pero nuestra propuesta m¨¢s controvertida es la de establecer que las copias de obras sean totalmente libres siempre que no tengan finalidad comercial; que el intercambio de archivos sea totalmente legal, y eso significa tambi¨¦n que Wikipedia? Le explico. Si se fija, no hay demasiadas fotograf¨ªas en Wikipedia porque cada fotograf¨ªa est¨¢ protegida por una tremenda burocracia. Deber¨ªa tener fotos, pero no las tiene. Tampoco puede ofrecer m¨²sica ni videoclips. As¨ª que si usted busca informaci¨®n sobre Elvis Presley podr¨¢ encontrar ah¨ª much¨ªsima informaci¨®n, pero no podr¨¢ escuchar ninguna de sus canciones, ning¨²n corto sobre su vida o su filmograf¨ªa. ?As¨ª c¨®mo puedo entender bien a Elvis Presley? Y eso es as¨ª por culpa del copyright. Por eso, volviendo a nuestra propuesta, si recort¨¢ramos los plazos de protecci¨®n del copyright a cinco a?os, todo el mundo podr¨ªa encontrar en Wikipedia una informaci¨®n much¨ªsimo m¨¢s interesante, incluso sobre artistas recientes.

Los artistas nuevos siempre pueden darse a conocer, colgar en Internet sus canciones, por ejemplo, sin necesidad de facilitar su descarga. S¨ª, pero lo que nosotros defendemos es que sea totalmente legal el intercambio privado de archivos que no tenga finalidad comercial. Porque se trata de un intercambio privado.

S¨ª, pero si yo le env¨ªo a usted un archivo m¨ªo, usted entonces lo puede enviar a un mont¨®n de gente? S¨ª, y eso es absolutamente fant¨¢stico.

S¨ª, en un sentido, pero tambi¨¦n puede ser muy lesivo para el autor. No. No lo es. Para empezar, es importante tener en cuenta que el intercambio de archivos no es algo nuevo. Es algo que se hace, de manera masiva, desde hace por lo menos diez a?os, cuando en 1999 apareci¨® Napster. As¨ª que, como le digo, tenemos ya diez a?os de experiencia. ?Y qu¨¦ ha pasado en la sociedad con este intercambio masivo de archivos en Internet? Analizando las estad¨ªsticas, el resultado para la industria cultural es que sus ingresos permanecen e incluso aumentan ligeramente en un entorno general de crisis. La gente est¨¢ gastando m¨¢s dinero en productos culturales, m¨²sica, cine, etc¨¦tera, que antes. Analizando m¨¢s concretamente el negocio musical, lo que ha pasado es que antes la gente compraba discos y la mayor¨ªa del dinero iba a parar a las compa?¨ªas discogr¨¢ficas, porque un contrato t¨ªpico otorgaba a los artistas un 7% y el resto se lo quedaba la compa?¨ªa. Ahora, la venta de discos ha ca¨ªdo a la mitad, y la gente que ama la m¨²sica tiene m¨¢s dinero en el bolsillo a final de mes y se lo gasta en acudir a grandes conciertos o a escuchar a peque?as bandas en un pub. Y todo esto es fant¨¢stico para los artistas porque el t¨ªpico acuerdo de un directo es repartir al 50% los beneficios entre los artistas y los gestores.

?Pero por qu¨¦ regalar las canciones que uno compone? ?No es m¨¢s justo pagar por ellas tambi¨¦n en Internet a trav¨¦s de sistemas como iTunes? Si usted encuentra m¨¢s conveniente pagar por un archivo, estupendo. No estamos en contra del pago. Pero debe ser totalmente legal tambi¨¦n intercambiar canciones. De nuevo, si analizamos las estad¨ªsticas, ese intercambio no est¨¢ da?ando al sector cultural. Al contrario. Quiz¨¢ est¨¢ perjudicando a las discogr¨¢ficas, pero es absolutamente fant¨¢stico para los artistas. El mundo progresa y las cosas cambian. Unos pierden y otros ganan. Es lo normal. Pero lo cierto es que los grupos est¨¢n ganando m¨¢s dinero gracias al intercambio de archivos.

Ciertamente, nunca se hab¨ªa escuchado tanta m¨²sica por parte de tanta gente. Exacto, pero m¨¢s importante que eso es el hecho de que el intercambio de archivos es una pr¨¢ctica a la que no se le puede poner coto porque simplemente es un intercambio privado. Es como intentar parar la corriente de un r¨ªo. Si usted pone un dique, el r¨ªo sencillamente buscar¨¢ otro curso diferente para seguir fluyendo. Tratar de acotar esto significa intentar controlar cada una de las comunicaciones existentes entre las personas. Si yo quiero enviarle a usted una canci¨®n tengo varias posibilidades. ?Qu¨¦ hacer frente a ello? ?Controlar todos los e-mails, todos los chats?

?Por qu¨¦ no? Ya hay algo parecido fuera del mundo de la inform¨¢tica. Si usted pretende mantener una actividad comercial en su casa, el Estado est¨¢ capacitado para exigirle los impuestos aplicables a tal actividad. Pero es que en este caso ese control entra en conflicto con los principios fundamentales suscritos por Europa. El art¨ªculo 8 de la Convenci¨®n de Derechos Humanos dice que todo el mundo tiene derecho a correspondencia privada. Intentar controlar toda la correspondencia supondr¨ªa vulnerar la legislaci¨®n europea. Porque, adem¨¢s, en este caso no hay finalidad comercial como puede haberla en esa situaci¨®n que usted describe. S¨®lo se est¨¢ enviando informaci¨®n a otro. Si permitimos a los Gobiernos controlar esto, entonces los europeos deber¨ªamos rechazar esa Convenci¨®n. El intercambio de archivos es bueno para el sector cultural, pero, aunque no lo fuera, hay detr¨¢s un derecho fundamental que no se puede vulnerar y que est¨¢ en la base de nuestras democracias.

Como sabe, no siempre el intercambio de archivos est¨¢ exento de finalidad comercial. Ah¨ª tiene casos como el de Napster, ahora convertido en tienda virtual totalmente legal, o el de otras firmas no permitidas que han logrado sustanciosos beneficios. Parece l¨®gico que los Gobiernos persigan este tipo de p¨¢ginas. Nosotros defendemos el intercambio de archivos sin fines comerciales, as¨ª que las compa?¨ªas que ayudan a la gente a realizar algo que ser¨ªa legal deber¨ªan ser totalmente legales tambi¨¦n. Google es una compa?¨ªa totalmente comercial y es legal porque ayuda a la gente a encontrar contenido que a su vez es legal. La base para el resto de los contenidos debe ser similar. Esas p¨¢ginas, aunque sean marcas comerciales, ofrecen infraestructuras al ciudadano para que puedan realizar intercambios que deben ser legales.

Mucha gente discrepa. Le leo una frase del cineasta Milos Forman: "Descargar contenidos de Internet es robar". Oh [con gesto de gran disgusto], es un argumento est¨²pido. Verdaderamente odio que la gente hable as¨ª y hable de robo, porque eso significa que ni siquiera est¨¢n dispuestos a intentar un debate serio. Copiar cosas en Internet o descargar contenidos nunca puede ser un robo porque estamos hablando de jurisdicciones diferentes. No estamos en el terreno penal. En todo caso, se puede hablar de infringir la ley de copyright, lo que es muy diferente. La gente que habla de robo lo hace porque no tiene ning¨²n argumento serio. Simplemente pretende etiquetar algo con un duro calificativo que impide una discusi¨®n seria. Puedo aceptar que las descargas son ilegales en este momento. Pero, justamente, lo que muchos queremos es cambiar las leyes.

Seg¨²n sus argumentos, la ¨²nica salida para un m¨²sico que no quiera que la gente se copie gratuitamente la canci¨®n que acaba de crear y grabar es no facilitarla nunca a trav¨¦s de Internet. ?O plantean ustedes tambi¨¦n leyes diferentes o sistemas distintos que permitan a un autor recuperar de alguna manera, a trav¨¦s de Internet, el tiempo y el dinero invertidos? La cuesti¨®n es que si es una buena canci¨®n siempre habr¨¢ inter¨¦s por copiarla, as¨ª que la ¨²nica manera de evitarlo es no publicarla. Si la deja metida en un caj¨®n de su casa bajo llave nadie la copiar¨¢. Si la publica, en el formato que sea, ser¨¢ copiada. Si es buena, claro. Es simplemente un hecho. Un m¨²sico es s¨®lo un m¨²sico cuando interpreta, y ¨¦sa es la ¨²nica manera de ganar dinero. Hay que aceptar la realidad. La gente s¨®lo paga si se le ofrece algo por lo que est¨¦ dispuesta a pagar. Y hoy en d¨ªa la copia masiva es un hecho. Es algo que uno tiene que tener en cuenta si se introduce en un determinado sector como el sector musical.

Total, que lo que ustedes proponen es poner todo patas arriba; una revoluci¨®n del sistema. Definitivamente. Es una revoluci¨®n. Internet es el cambio cultural m¨¢s importante ocurrido desde la invenci¨®n de la imprenta, que cambi¨® totalmente la sociedad al poner en manos de todo el mundo la informaci¨®n y el conocimiento. La Iglesia quem¨® a tantos herejes como pudo y eso fue as¨ª porque previamente la Biblia se hab¨ªa puesto al alcance de todo el mundo. Sin la imprenta, el protestantismo no habr¨ªa llegado jam¨¢s. La guerra entre cat¨®licos y protestantes nunca hubiera ocurrido sin la imprenta. Yo espero que en estos tiempos seamos capaces de hacer la transici¨®n sin quemar a herejes y sin iniciar un mont¨®n de guerras. Pero hay que tener en cuenta que la magnitud del cambio es la misma o mayor.

En cierto modo, la guerra ya ha comenzado. Hay leyes ya aprobadas o en marcha para evitar las descargas ilegales en Suecia, en Francia, en el Reino Unido, en Espa?a? Francia es un buen ejemplo. Ha introducido la horrible ley Hadopi [normativa que intenta frenar las descargas ilegales], convirtiendo a la gente en sospechosa. A petici¨®n de la industria y las empresas, se puede bloquear el acceso a Internet sin necesidad de obtener la orden de un juez. De nuevo, vulnera la Convenci¨®n de Derechos Humanos suscrita por Europa. Si eso es lo que estamos dispuestos a aceptar, entonces hay que desmontar nuestros derechos fundamentales.

Todo eso suena un poco exagerado. Pero ¨¦sa es la realidad. Y defender y mantener los derechos civiles es mucho m¨¢s importante que preservar los intereses de unas cuantas grandes empresas.

Si de preservar la intimidad se trata, tienen ustedes mucho trabajo por delante. En el ¨¢mbito europeo se han aprobado normas que respetan bien poco la privacidad, permitiendo a las operadoras almacenar datos de comunicaciones y a las compa?¨ªas a¨¦reas registrar las de sus pasajeros. S¨ª, se est¨¢ adoptando una mal¨ªsima legislaci¨®n en la Uni¨®n Europea. En parte, por el inter¨¦s de las grandes compa?¨ªas de detentar el derecho al intercambio de archivos, y por otro lado, por el p¨¢nico terrorista generado por los ataques del 11 de septiembre. Es un mal camino, y Europa debe mantenerse en la defensa de una sociedad libre. Por eso estoy extremadamente contento de poder estar aqu¨ª.

Ustedes reclaman la abolici¨®n de las patentes, pero si ¨¦stas fueran m¨¢s ¨¢giles y baratas, ?las aceptar¨ªan? No, estamos por la abolici¨®n total. Sabemos que ello llevar¨¢ tiempo, pero creemos que deber¨ªamos iniciar una seria discusi¨®n sobre ello. Todo el mundo tiene una buena opini¨®n de las patentes porque cree que generan ganancias y promueven la innovaci¨®n. Pero un an¨¢lisis profundo demuestra todo lo contrario. Las patentes son un obst¨¢culo a la innovaci¨®n, lo cual resulta natural si se reflexiona sobre ello de manera l¨®gica. La patente es un monopolio que se otorga a una compa?¨ªa para que desarrolle ella sola una buena idea durante varios a?os. Cuando una compa?¨ªa tiene una patente, el resto de las empresas europeas no tienen el derecho de utilizar o desarrollar esa buena idea.

Es verdad que ha habido abusos con las patentes, pero tambi¨¦n, que en ocasiones es la ¨²nica manera de que las empresas recuperen el dinero y el tiempo que invirtieron en investigar. Es el caso de las compa?¨ªas farmac¨¦uticas. El negocio farmac¨¦utico es un caso especial. En todos los sectores, eliminar las patentes ser¨ªa fant¨¢stico para la innovaci¨®n y todo seguir¨ªa igual, pero con menor burocracia y con un poco m¨¢s de innovaci¨®n. Las patentes farmac¨¦uticas son algo diferentes. Es verdad que se necesita algo en ese sector. Pero, de nuevo, si se analizan las estad¨ªsticas y los n¨²meros con los informes anuales de las compa?¨ªas, entonces se comprueba que, en Europa, el 8% de los ingresos de tales compa?¨ªas proviene de los Gobiernos. As¨ª que resulta que les estamos pagando bastante dinero precisamente para que investiguen y para que vendan bien sus medicamentos. Y resulta que recibimos en compensaci¨®n muy poco por ello. Porque las compa?¨ªas aseguran que la investigaci¨®n les resulta enormemente cara. Tampoco es verdad. En esos mismos informes anuales se comprueba que las compa?¨ªas s¨®lo gastan un 15% de sus ingresos en investigaci¨®n y que, sin embargo, los nuevos medicamentos se venden a precios que multiplican hasta por 100 el precio real que cuesta fabricarlos. Los Gobiernos europeos son muy conservadores y deber¨ªan cambiar sus sistemas, adjudicando m¨¢s dinero a la investigaci¨®n y concediendo una especie de bonos extra a las que permitan la fabricaci¨®n de sus nuevos medicamentos en el Tercer Mundo. Creo que cambiando el sistema, adem¨¢s, los Gobiernos tendr¨ªan mayor control sobre la investigaci¨®n farmac¨¦utica. Porque sabemos que muchas veces las compa?¨ªas acometen m¨ªnimos cambios en una mol¨¦cula para prorrogar la patente, cuando ese cambio no tiene ning¨²n beneficio nuevo, salvo el de aumentar los tremendos beneficios econ¨®micos de la propia compa?¨ªa.

Hablando con usted de todo esto puedo imaginar f¨¢cilmente a la Organizaci¨®n Mundial del Comercio discutiendo en el futuro sobre el intercambio de archivos y las descargas ilegales. Sin duda, porque es realmente una important¨ªsima cuesti¨®n. Pero d¨¦jeme que le diga que Estados Unidos, por razones pol¨ªticas, no est¨¢ dispuesto a liderar la batalla por una sociedad de la informaci¨®n abierta, y que Europa tiene, por tanto, una fant¨¢stica oportunidad para conducir esta revoluci¨®n.

El Partido Pirata cuenta, fundamentalmente, con seguidores muy j¨®venes. ?Es as¨ª? No s¨®lo. La mitad de nuestros seguidores o un poco m¨¢s tienen menos de 30 a?os. Pero la otra mitad tienen m¨¢s de 30. As¨ª que no se puede pensar en una militancia adolescente.

?C¨®mo est¨¢ el movimiento pirata en toda Europa? Cuando empezamos en 2006 hubo un mont¨®n de iniciativas para crear tambi¨¦n partidos piratas. La mayor¨ªa de ellos, desgraciadamente, quedaron en nada. Porque realmente esto acarrea mucho trabajo y es ingrato. Lo puedo decir por propia experiencia. El Partido Pirata alem¨¢n ha obtenido ahora un 0,9% de los votos, que parece poco, pero de hecho ha obtenido m¨¢s votos que nosotros (229.000). Obviamente, Alemania es un pa¨ªs m¨¢s grande que Suecia [se r¨ªe]. Pero creo que el potencial es enorme. Y que estar presentes en el Parlamento Europeo y poder influir en el resto de los partidos es muy importante. Hay partidos pol¨ªticos que ya est¨¢n copiando nuestra agenda, y en todos los pa¨ªses hay una plataforma que atrae a la gente joven hacia este progreso de la sociedad de la informaci¨®n.

?No es una provocaci¨®n llamar Pirata a su partido? Las asociaciones de internautas se desga?itan rechazando que ellos defiendan la pirater¨ªa. De marcas comerciales s¨¦ algo, y, cr¨¦ame, el nombre es fant¨¢stico. Porque es ¨²nico, explica claramente de qu¨¦ producto se trata y es comprendido a nivel internacional. Partido Pirata es una marca ¨²nica y muy descriptiva que explica por s¨ª sola su agenda. Es una marca buen¨ªsima desde el punto de vista comercial.

Ustedes se han incorporado al grupo de Los Verdes en el Parlamento Europeo, pero estaban abiertos a otros y consideran que todos terminar¨¢n acogiendo sus propuestas como hicieron con la ecolog¨ªa. S¨ª, definitivamente. Este partido no es de izquierdas o de derechas.

?No es un poco m¨¢s de izquierdas que de derechas? No, de verdad. En absoluto. ?ste no es un asunto de derechas o de izquierdas. Es, simplemente, una nueva dimensi¨®n.?