El pacto da aire al tripartito en la recta final de la legislatura

El Gobierno tripartito catal¨¢n respir¨® ayer tranquilo despu¨¦s de un a?o de zozobra que ha llevado al Partit dels Socialistes, liderado por Jos¨¦ Montilla, a niveles de enfrentamiento nunca vistos con el PSOE. A las tres de la tarde, Esquerra Republicana dio el s¨ª definitivo al acuerdo de financiaci¨®n que el jueves cerraron la vicepresidenta Elena Salgado y el consejero Antoni Castells.

ERC se sum¨® al pacto que sus socios ya aceptaban tras escenificar un ¨²ltimo forcejeo con el Gobierno para elevar hasta los 3.855 millones la cifra que corresponder¨¢ a Catalu?a. "Catalu?a ha demostrado que sabe decir no, cuando toca. Y que sabe decir s¨ª, cuando la propuesta es justa y estatutaria", dijo Montilla, consciente de que el pacto refuerza su Gobierno a poco m¨¢s de un a?o de las elecciones auton¨®micas.

Montilla: "El acuerdo no es una victoria de Catalu?a contra Espa?a"

Fue una ma?ana de nervios. Aunque nadie en el Gobierno catal¨¢n tem¨ªa un portazo de ERC, las negociaciones de los republicanos para elevar el techo del acuerdo mantuvieron en vilo a sus socios del PSC y de Iniciativa.

Durante el fin de semana, el presidente de ERC, Joan Puigcerc¨®s, y su secretario general, Joan Ridao, negociaron directamente con Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez Zapatero y hablaron una veintena de veces con la vicepresidenta Salgado.

Las negociaciones permitieron, seg¨²n fuentes republicanas, pasar de los aproximadamente 3.450 millones que consolidaba el modelo ofertado el jueves por el Gobierno central hasta cerca de 3.885. La diferencia se explicar¨ªa porque el Gobierno central acept¨® dotar con 50 millones adicionales la partida derivada del gasto motivado por la situaci¨®n de biling¨¹ismo. Tambi¨¦n dot¨® con 370 millones m¨¢s el fondo dedicado a transporte metropolitano, que beneficia sobre todo a Madrid y Catalu?a, as¨ª como una tercera partida para la dotaci¨®n de material ferroviario de Cercan¨ªas. Estas dos ¨²ltimas partidas est¨¢n fuera del modelo, reconocieron fuentes republicanas, pero un euf¨®rico Joan Puigcerc¨®s no dud¨® en calificar el pacto de "gran acuerdo para Catalu?a".

Los grupos del tripartito se conjuraron para defender la legalidad del acuerdo frente a una Converg¨¨ncia i Uni¨® que se qued¨® sola en el rechazo al modelo.

Montilla se esmer¨® en situar el pacto en lo establecido por el Estatuto catal¨¢n. Ni m¨¢s ni menos. A sabiendas de que el PP dirigir¨¢ ahora toda su artiller¨ªa al supuesto trato de favor hacia Catalu?a, el presidente de la Generalitat lanz¨® una suerte de mensaje preventivo. "Este acuerdo no ser¨¢ una victoria de unos contra otros. Ni de Catalu?a contra Espa?a. Ni del Gobierno de Catalu?a contra el Gobierno espa?ol. Ni de unas comunidades contra otras. Ni tampoco de unas fuerzas pol¨ªticas contra otras. Ser¨¢ la victoria de la justicia", apuntill¨®.

CiU opt¨® por una respuesta contundente, pero su l¨ªder, Artur Mas, cedi¨® el protagonismo a su n¨²mero dos en el partido, Felip Puig. ?ste no escatim¨® vocabulario para expresar su rechazo al acuerdo "de renuncias", "insuficiente en calendario, cifras y modelo", "negativo y preocupante", "que enga?a" y que "incumple el Estatuto e hipoteca a Catalu?a". En opini¨®n de Puig, "si Catalu?a acepta, le est¨¢ haciendo el trabajo sucio al Tribunal Constitucional aceptando una rebaja del Estatuto".

El PP catal¨¢n dio una respuesta a¨²n m¨¢s prudente para que su discurso no desafinara con el de G¨¦nova. Por eso ni siquiera entr¨® a valorar una cifra. "Es decepcionante", se limit¨® a decir el diputado auton¨®mico Enric Millo.