El sacerdote asesinado en Cuba fue torturado

El sacerdote espa?ol Mariano Arroyo Merino, de 74 a?os, pudo ser torturado antes de morir apu?alado en la parroquia habanera de Regla, donde trabajaba desde 2004. Seg¨²n fuentes de la Iglesia cat¨®lica, el cad¨¢ver del cura, natural de Cabez¨®n de la Sal (Cantabria), fue hallado maniatado y amordazado en su cama y con quemaduras en los pies y en una mano, adem¨¢s de las cuchilladas que le ocasionaron la muerte.

Seg¨²n su sacrist¨¢n, Orlando Arocha, un vigilante vio en la madrugada del lunes que sal¨ªa humo de la casa parroquial de Regla y avis¨® a un trabajador que ten¨ªa acceso a la iglesia. "El humo que sal¨ªa del colch¨®n del cuarto no lo dej¨® darse cuenta de lo que le pasaba al padre. Lo carg¨® para sacarlo de la habitaci¨®n y entonces not¨® que estaba muerto y ensangrentado", declar¨® Arocha a la agencia Efe poco despu¨¦s del crimen.

Hasta el momento, la polic¨ªa no ha ofrecido ninguna versi¨®n oficial de lo sucedido ni ha explicado las posibles causas del homicidio, que ha conmocionado a la localidad de Regla s¨®lo cinco meses despu¨¦s de que otro sacerdote espa?ol, Eduardo de la Fuente Serrano, de 61 a?os, fuera apu?alado en La Habana. Se da la circunstancia de que los dos sacerdotes eran amigos y que De la Fuente hab¨ªa viajado a Cuba animado por Arroyo.

De la Fuente era p¨¢rroco de la iglesia de Santa Clara, en la barriada obrera de Lawton, y fue estrangulado y apu?alado el pasado 13 de febrero. Su cad¨¢ver fue hallado en una carretera a las afueras de La Habana, lejos de su coche, que estaba calcinado. Al parecer, hay dos detenidos por ese asesinato.

"Estoy asustado"

El cura espa?ol Isidro Hoyos, amigo de los dos sacerdotes asesinados, declar¨® ayer a Efe que esos cr¨ªmenes han sido muy similares en los procedimientos y no parecen una "casualidad", y agreg¨® que se siente asustado porque "no hay dos sin tres". "En mi tierra dicen que no hay dos sin tres, pero no quiero pensar en eso", afirm¨® Hoyos, de 75 a?os, que lleg¨® hace una d¨¦cada a la isla para atender la Iglesia de San Martin de Porras, en la barriada de Alamar, en el este de la capital.

"Yo no soy supersticioso, pero ayer [por el lunes] hac¨ªa justo cinco meses de la muerte de Eduardo, y parece que el procedimiento es el mismo, la tortura, el ensa?amiento... Es algo tan atroz", dijo.