Desplantes Camps
El presidente de la Generalitat valenciana calla mientras intenta de nuevo evitar el banquillo
Como pol¨ªtico, el presidente de la Generalitat valenciana, Francisco Camps, se presenta ante los ciudadanos ardiendo en deseos de decir la verdad (aunque se niega a hablar), pero como imputado se resiste como gato panza arriba con todos los recursos a su alcance: ahora quiere la suspensi¨®n de la causa como paso previo a su archivo definitivo. Son condiciones -las de pol¨ªtico e imputado- muy distintas, que responden a intereses distintos, pero al confluir en la misma persona deber¨ªan propiciar un discurso un poco m¨¢s coherente y menos contradictorio.
El resultado es que Camps reh¨²ye explicarse de manera clara y cre¨ªble respecto de la acusaci¨®n de cohecho que pesa contra ¨¦l ante la ¨²nica instancia legitimada para exonerarle: los tribunales. No s¨®lo ante los ciudadanos ni ante sus votantes, a quienes los medios p¨²blicos de la Comunidad Valenciana -especialmente Canal Nou- hurtan informaci¨®n sobre el proceso abierto: siguen en esto el vergonzoso ejemplo presidencial de responder con silencios y evasivas l¨ªricas cada vez que se le pregunta. Con esta conducta intolerable, cuyo cl¨ªmax se alcanz¨® el martes en la conferencia de prensa con el ministro de Fomento en Madrid, Camps no menosprecia a los periodistas, como ¨¦l cree: menosprecia al conjunto de los ciudadanos (tambi¨¦n a sus votantes), merecedores de otro trato en una sociedad democr¨¢tica.
Ayer, en la vistilla previa a la decisi¨®n de apertura de juicio oral, se consum¨® el ¨²ltimo intento por parte de la defensa de evitar a su cliente sentarse en el banquillo ante un jurado popular. Es arriesgado predecir las resoluciones judiciales, y no es procedente hacerlo, pero la experiencia ense?a que es altamente improbable que un juez instructor desautorice su trabajo, sobre todo si tiene la solidez del realizado por el magistrado Flors.
El despiece del caso G¨¹rtel en tres trozos, al tiempo que priva a la mayor¨ªa de los imputados no aforados del juez predeterminado por la ley -la Audiencia Nacional-, beneficia al menos de momento al peque?o grupo de aforados dependientes del Tribunal Supremo y del Tribunal Superior de Valencia. En el caso de Camps y los otros imputados valencianos, el despiece ha prefigurado un proceso por cohecho impropio, que deja fuera la posibilidad de investigar si los trajes y dem¨¢s prendas de vestir recibidas de la trama corrupta de Correa han tenido algo que ver con los contratos por m¨¢s de siete millones de euros otorgados por la Administraci¨®n valenciana a Orange Market.
En el marco de este proceso no cabe investigar ni imputar al que hace el regalo, como ayer decidi¨® Flors, que remiti¨® esa investigaci¨®n al Tribunal Superior de Madrid. ?Pero qu¨¦ pasar¨ªa si en el proceso de Madrid apareciesen indicios de que los trajes regalados a Camps y compa?¨ªa han favorecido las buenas relaciones de Orange Market y su jefe ?lvaro P¨¦rez con los diversos departamentos auton¨®micos facilitadores de los contratos?
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