El Comit¨¦ de ?tica de los Mossos tambi¨¦n vigilar¨¢ a las polic¨ªas locales

El Comit¨¦ de ?tica del Departamento de Interior, creado tras el esc¨¢ndalo de las palizas en la comisar¨ªa de los Mossos d'Esquadra de Les Corts, tambi¨¦n vigilar¨¢ a todas las policias locales de Catalu?a. As¨ª lo establece el proyecto definitivo del C¨®digo de ?tica de la Polic¨ªa de Catalu?a, que ultima el departamento de Joan Saura (ICV) y en cuya redacci¨®n se ha tardado casi un a?o.

El c¨®digo da al comit¨¦ un poder suave que, al estilo del S¨ªndic de Greuges, influya sobre la actuaci¨®n de los Mossos y las polic¨ªas locales sin tener autoridad ni poder sancionador real sobre ellos. La herramienta para lograrlo ser¨¢ el informe anual que elaborar¨¢ el comit¨¦, en el que se recoger¨¢n las malas pr¨¢cticas en las que puedan incurrir los agentes. Interior conf¨ªa en que dar publicidad a esas actuaciones -"un reproche moral", seg¨²n el texto del c¨®digo- servir¨¢ para que los responsables policiales tomen medidas para acabar con ellas. El comit¨¦ no intervendr¨¢ en el caso de irregularidades graves o actuaciones delictivas, que seguir¨¢n su tr¨¢mite actual en los tribunales y los ¨®rganos disciplinarios internos.

El organismo no tendr¨¢ poder para sancionar a los agentes

Las cuestiones ¨¦ticas en las actuaciones policiales tienen una especial relevancia porque los agentes son los ejecutores del "monopolio leg¨ªtimo de la violencia" que se reserva el Estado, recuerda el texto. Los agentes gu¨ªan sus actuaciones seg¨²n la formaci¨®n y las instrucciones recibidas, y dentro de los l¨ªmites marcados por la ley. Pero en ese marco, afirma el proyecto, cuentan "con un notable grado de discrecionalidad" que ejercen "en momentos cr¨ªticos o conflictivos" para los que "no existen reglas predeterminadas".

Las recomendaciones del c¨®digo pretenden lograr un doble objetivo. A nivel individual, dar a los agentes un marco de referencia que les sirva de gu¨ªa para enfrentarse a esas situaciones. A nivel colectivo, "si las polic¨ªas catalanas ajustan su comportamiento profesional a los deberes establecidos por este c¨®digo, se ver¨¢ reforzada su identidad como polic¨ªa democr¨¢tica".

Los 128 art¨ªculos del c¨®digo se dividen en cuatro grandes bloques. El primero establece los principios generales que deben guiar la actuaci¨®n de los agentes, como el de imparcialidad, no discriminaci¨®n, sumisi¨®n al inter¨¦s general y respeto a los derechos de los ciudadanos, entre otros. El segundo entra a explicar c¨®mo deben actuar los polic¨ªas en situaciones concretas. Algunos ejemplos son reservar el uso de la violencia para cuando sea necesario, la discreci¨®n a la hora de esposar y detener a los acusados, y las buenas formas para identificar y registrar a un sospechoso.

Los dos ¨²ltimos bloques se centran en la formaci¨®n de los agentes (que debe estar impregnada de los valores democr¨¢ticos y el respeto a los derechos humanos) y la responsabilidad y el control sobre sus actuaciones que deben asumir los agentes.

El proyecto ha sufrido notables cambios durante su redacci¨®n. Algunos de ellos han estado motivados por las aportaciones hechas por los sindicatos, el Colegio de Abogados de Barcelona, el S¨ªndic de Greuges y las federaciones de municipios, entre otros agentes consultados. Pero los mayores obst¨¢culos han venido de la dificultad de encajar en el marco jur¨ªdico un texto sin precedentes y con una frontera no siempre clara con los reglamentos y protocolos policiales. Un ejemplo es el primer borrador del C¨®digo de ?tica, que establec¨ªa que no deben utilizarse armas de fuego "en los casos en los que pueda generarse un riesgo para personas no involucradas". El proyecto final, sin embargo, obvia este punto al asumir que la intervenci¨®n de los cuerpos de ¨¦lite en situaciones extremas, como la liberaci¨®n de rehenes, tiene su propio funcionamiento y "siempre supone alg¨²n tipo de riesgo", seg¨²n fuentes de Interior.

El C¨®digo de ?tica ser¨¢ remitido ahora a la Comisi¨®n Jur¨ªdica Asesora antes de su aprobaci¨®n por el Consell Executiu, previsiblemente antes de finales de a?o. La gran inc¨®gnita es c¨®mo ser¨¢ recibido por algunos responsables de polic¨ªas locales y alcaldes, que podr¨ªan interpretarlo como una injerencia por parte de Interior.