FIB: del recelo al orgullo
Benic¨¤ssim, que recibi¨® con desconfianza las primeras ediciones del festival, lo espera ahora cada a?o como un man¨¢ que deja millones en el pueblo
Paco y Ana. ?stos son los nombres de los amigos de Jos¨¦ y Miguel Mor¨¢n que les sugirieron, en 1994, que el festival que estaban organizando se celebrara en Benic¨¤ssim, un peque?o municipio de la costa castellonense. Hoy el FIB Heineken, 15 a?os despu¨¦s, sigue organizado por los hermanos Mor¨¢n, congrega a m¨¢s de 45.000 personas diariamente, cifra que triplica la poblaci¨®n habitual de Benic¨¤ssim y tiene un impacto econ¨®mico de alrededor de 19 millones de euros.
As¨ª, casi por casualidad, fue como Benic¨¤ssim se convirti¨® en la sede del I Festival de M¨²sica Independiente, hoy convertido en FIB Heineken. As¨ª, el 4 de agosto de 1995 se celebr¨® la primera jornada de un festival para el que se vendieron 6.800 entradas. Entonces, el Ayuntamiento s¨®lo aport¨® el espacio, un vel¨®dromo, ubicado en medio de una zona residencial del municipio. Y entre los vecinos y veraneantes, principalmente familias, se extendieron las miradas de recelo, la disconformidad de quienes pensaron que un grupo de "peludos" llegaba a distorsionar su pl¨¢cido verano. A ello se uni¨® el pol¨¦mico comportamiento de los asistentes a un concierto de Bar¨®n Rojo, meses antes. Pero esperaban v¨¢ndalos y encontraron a "gente normal".
Los vecinos se rinden a un festival que deja unos 19 millones de euros
Ahora, nadie quiere recordar aquellos amagos. "Nadie se opon¨ªa, alg¨²n veraneante o residente, pero los que vivimos de esto no protestamos nunca", recuerda Rafael Pallar¨¦s, presidente de la Asociaci¨®n de Empresarios de Turismo de Benic¨¤ssim.
Y pas¨® el primer festival sin apenas quejas. Pese a ello, hubo quien trat¨® de orquestar una campa?a contra esta iniciativa que, aun sin tener apenas eco, s¨ª aliment¨® algunas voces discordantes sobre el beneficio que realmente supon¨ªa para Benic¨¤ssim. Y pas¨® el segundo festival, y los asistentes segu¨ªan siendo civilizados y segu¨ªan consumiendo. Y lleg¨® el tercero, en 1997, fecha en la que se comprob¨® el apoyo de la gente de Benic¨¤ssim al festival. Una tormenta se llev¨® por los aires parte del escenario y dej¨® inhabilitadas las zonas de acampada. Pero en ning¨²n momento cundi¨® el p¨¢nico y los vecinos de Benic¨¤ssim abrieron las puertas de sus casas para acoger a los fibers. Y, a partir de ah¨ª, el comportamiento generalizado de los fibers nunca qued¨® en entredicho. Menos a¨²n cuando comenz¨® a ser multitudinario, cuando decir Benic¨¤ssim pas¨® a ser decir FIB y cuando los empresarios lograron cambiar las fechas de celebraci¨®n y el festival se traslad¨® a julio, con el mismo ¨¦xito de p¨²blico.
Lejos de remover aquellos recelos, hoy los benicenses se muestran orgullosos de que su pueblo sea sede del que para ellos es, sin ninguna duda, es el m¨¢s importante festival de m¨²sica. Y lleva el nombre de Benic¨¤ssim.
La tipolog¨ªa de los asistentes ha variado. "Ahora hay una mayor¨ªa de extranjeros m¨¢s j¨®venes, con que tienen h¨¢bitos distintos", explica Juan Jos¨¦ Media, responsable del colectivo local de hosteleros. "La gente viene antes y aprovecha el festival para venir de vacaciones", dice Pallar¨¦s. Esto se debe a que los abonos dan derecho a siete d¨ªas de acampada. Pero los fibers no solo acampan. "El impacto en los hoteles se extiende en un radio de unos 50 kil¨®metros", a?ade Pallar¨¦s.
Al margen de los establecimientos hosteleros, supermercados y bazares son los comercios m¨¢s beneficiados, sobre todo, los que se encuentran en el recorrido de la playa al pueblo y al recinto del festival. Pero tambi¨¦n las tiendas de complementos, panader¨ªas y, de una forma destacada, las fruter¨ªas. "Para algunos, el FIB es la diferencia entre tener que cerrar o acabar el ejercicio con beneficios", asegura Medina.
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