"Quiz¨¢ no estoy muy segura de m¨ª, por eso me invento"
Cumplir¨¢ en oto?o 70 a?os, y podr¨ªa hacer todav¨ªa aquel personaje que la hizo famosa, La chica yey¨¦. De protagonista. Hay una fuerza interior que la arrastra hacia adelante, como si los a?os hubieran pasado de largo ante su fuerza interior y no le hubieran dejado ni un rasgu?o. Quiz¨¢ la padece, pero parece que no tiene edad. Y no es piropo. Cuando la vimos en su hotel de siempre en Barcelona, Concha estaba en el apogeo de su ¨¦xito al frente del reparto de Madame Rosa, el montaje en el que la dirige Jos¨¦ Mar¨ªa Pou basado en La vida por delante, una novela del franc¨¦s Romain Gary. Y hasta ese t¨ªtulo sirve para definir la actitud de esta vallisoletana incansable que no ha sido vencida ni por los desenga?os amorosos, el ¨²ltimo de los cuales pudo haberla roto del todo, porque acab¨® con el matrimonio ¨²ltimo que alguna vez pareci¨® irrompible. Se recuper¨®; ah¨ª est¨¢, con la vida por delante. Acaban de darle varias distinciones: la medalla al M¨¦rito del Trabajo, que recibi¨® en el escenario con toda la familia, y el doble premio de la Academia de Televisi¨®n, el de mejor actriz (por Herederos, de TVE) y el que le corresponde por toda una vida actuando. Ambos premios la han cosido una vez m¨¢s a la alegr¨ªa que tambi¨¦n le sirve para celebrar que la edad no la arruga ni la corroe.
"resignaci¨®n, sacrificio, sobrevivir. las palabras que m¨¢s uso y m¨¢s odio"
"me dan miedo las dos espa?as que se han vuelto a formar ahora"
La conocimos hace 40 a?os, en Tenerife, cuando conviv¨ªa con Jos¨¦ Luis S¨¢enz de Heredia, el veterano cineasta franquista. Ten¨ªa esa relaci¨®n, y al tiempo trabajaba para combatir el franquismo. Ahora recuerda esa ¨¦poca, sus primeros a?os, lo que pas¨® anteayer, lo que pasaba en su casa cuando sus padres compart¨ªan silencio sobre sus pasados respectivos (¨¦l, ayudante de Franco; ella, republicana y maestra), lo que sucedi¨® con sus amores, desde el primero hasta el ¨²ltimo. Sus pel¨ªculas, el teatro. Y termina juntando unas cosas con otras hasta construir un mon¨®logo que de vez en cuando interrumpe el entrevistador para que siga haciendo memoria.
?No le gustar¨ªa un poco de olvido? No, no quiero. Creo que la nostalgia es un error, efectivamente. Estoy notando que en Espa?a la gente ¨²ltimamente mira hacia atr¨¢s demasiado. Yo no quiero mirar atr¨¢s, pero tampoco quiero olvidar. Es mi vida, no tengo nada de qu¨¦ arrepentirme a nivel profesional y personal. A nivel ¨ªntimo, seguramente s¨ª; entonces entono mi mea culpa y trato de rectificar, pero el pasado es el pasado, y ah¨ª est¨¢. Tengo un hijo que se llama Manuel, es mi consejero, mi maestro Yo tengo siempre un maestro, y ahora es un chico de 32 a?os muy inteligente. ?l me dice: "Mam¨¢, uno nunca debe olvidar su pasado, ni avergonzarse de ¨¦l".
??se es el que le dijo que se suicidar¨ªa si usted se desnudara alguna vez en el escenario? No, ¨¦se es Paco, el que me ha hecho abuela. Manuel es mucho m¨¢s abierto. Manuel me regala libros y Paquito me ha regalado un nieto? Me ha regalado un libro, Mam¨¢, de Joyce Carol Oates; es sobre una madre que tiene la man¨ªa de celebrar todos los eventos con gente a la que no conoce de nada. Eso mi hijo me lo critica mucho. ?Cuando la medalla [del Trabajo] vino much¨ªsima familia! Quiz¨¢ es porque no estoy muy segura de m¨ª misma, y entonces me invento. Cuando ven¨ªa para esta entrevista me pregunt¨¦ a m¨ª misma: ?qu¨¦ personaje le cuento hoy al periodista de ELPA?S? ?El de verdad? ?El que me invento? ?El que creen los dem¨¢s que soy?
?Y cu¨¢ntas es usted, finalmente? Mi hermano me llama percha? T¨² sabes que yo llevo muchos recortes en el bolso, yhay uno en el que hablan [para LaRepubblica de Roma] Marcello Mastroianni y Vittorio Gassman. Mastroianni dec¨ªa: "Los actores somos una caja vac¨ªa que vamos llenando de los personajes que interpretamos". Y Gassman dec¨ªa: "Los actores somos una caja llena de emociones que vamos vaciando y depositando en los personajes que interpretamos". Las dos cosas son absolutamente v¨¢lidas. Pero mi hermano me ha dicho que yo soy una percha. Me lo dijo despu¨¦s de la medalla que recib¨ª en el escenario, disfrazada de Madame Rosa [el personaje que interpreta en Lavida por delante]. A m¨ª me hubiera gustado estar con un traje de noche, y me dijo mi hermano: "Est¨¢s equivocada, hermana. Es emocionante que recibas el premio en tu espacio, trabajando". Protest¨¦: "Ya, pero estoy fea, llevo esta peluca, se ve la papada, el traje que llevo es horroroso, los zapatos no pegan con las medias?". Y ¨¦l me contesta: "T¨² eres una percha; los actores sois una percha de la que se van colgando los personajes". Ni caja vac¨ªa ni caja llena. ?Resulta que ahora soy una percha!
?Le afecta mucho lo que digan de usted? S¨ª, no puedo evitarlo. Tengo miedo: de lo que piensen los otros, de lo que piensen mis ex, de lo que opinen sobre m¨ª. Porque s¨¦ que todo eso influir¨¢ tambi¨¦n en el p¨²blico? Tengo mucho miedo a la opini¨®n, no lo puedo evitar.
?Le hiere? A veces, much¨ªsimo.
?Le ayuda? Tambi¨¦n. Las cr¨ªticas las valoro much¨ªsimo. Muchas veces me dice Ana Bel¨¦n que no las lee. Nuria Espert me dice que les pide a sus hijas que le hagan una peque?a sinopsis de lo que dicen. Yo no hago eso: yo me las leo, me las guardo, las estudio. Me influyen positiva y negativamente.
?Y distingue cuando es maldad o simplemente cr¨ªtica? S¨ª distingo, claro. Por eso me da tanto miedo. Vivimos un momento muy tremendo en Espa?a. La cr¨ªtica siempre me ha dado palos muy gordos, y despu¨¦s me han dado premios maravillosos. Como en mi vida privada: me han dado unos palos tremendos, y luego he recibido premios maravillosos. S¨ª, distingo. Pero en este momento hay una gran maldad. A m¨ª me asusta la Espa?a de ahora, porque yo soy un producto de las dos Espa?as: hija de un militar franquista y de una maestra republicana. Mi madre estaba en Asturias, defendiendo a ni?os en un colegio, y mi padre entr¨® all¨ª con las tropas de Franco. Se enamoraron, as¨ª que soy producto de las dos Espa?as. Mi madre me educ¨® en la comprensi¨®n, en la tolerancia, y mi padre sigui¨® mi carrera y se jubil¨® de militar en el Conde Duque. Ahora, a m¨ª me dan miedo las dos Espa?as que se han vuelto a formar.
?Y qu¨¦ pasa? Por hablar de nuestro caso, hay gente que se mete conmigo, con nosotros, porque somos "los del pesebre". De esta medalla [al M¨¦rito del Trabajo] dir¨¢n que me la han dado los del PSOE, y f¨ªjate si es merecida, tantos a?os trabajando? Pero dir¨¢n: "Claro, los de la ceja".
Los titiriteros. ?No puedo soportar que nos llamen titiriteros! ?No puedo soportar que se metan con Javier y con Pilar Bardem! Es como si lo hicieran conmigo misma. Alfonso Uss¨ªa hace versos (¨¦l los llama versos) sobre nosotros, y a m¨ª me produce un enorme dolor porque s¨¦ que eso influye en la gente. Hay gente que s¨®lo lee un peri¨®dico, yo leo varios. Pero ?y los que leen s¨®lo uno y se quedan con lo que dice Uss¨ªa?
La he visto a usted muy bien dispuesta. Ha llegado a este 'hall', ha visto al periodista, se ha sentado y ha comenzado la conversaci¨®n. Los artistas suelen hacer m¨¢s remilgos. ?No nos ha hecho ni esperar! ?No s¨¦ a qu¨¦ artistas habr¨¢s conocido! Yo soy una diva, y quiero seguir si¨¦ndolo, pero en el escenario. A eso llamo yo ser la protagonista. En el teatro he tenido la suerte de poder elegir. En el cine no he podido elegir tanto; te llega el gui¨®n, y lo tomas o lo dejas. Pero en el teatro, s¨ª; desde chica tuve la suerte de ser protagonista, tuve ¨¦xito, y pude elegir. Y si eres protagonista en el escenario, ?para qu¨¦ tienes que ser diva en la vida com¨²n? Me ha dirigido Adolfo Marsillach, me ha dirigido Jos¨¦ Carlos Plaza? A Jos¨¦ Carlos lo conoc¨ª cuando trabajaba con Celia G¨¢mez, ?imag¨ªnate! Le prest¨¦ dinero para que montara C¨¢ndido en el TEI, me lo devolvi¨®. Pero no me dejaban ir al TEI porque yo hac¨ªa pel¨ªculas de consumo, como las llamaban, y el se?or Layton, que lo dirig¨ªa, no consideraba que yo me debiera mezclar con ellos? Pero Jos¨¦ Carlos me dejaba ir como oyente. No me avergonzaba hacer cine de consumo. Gracias a lo alimenticio, a mis pel¨ªculas, a la televisi¨®n, al teatro, he tenido una vida muy c¨®moda, y mi familia ha podido vivir bien. Luego nos hemos equivocado y lo hemos gastado donde no deb¨ªamos, pero seguimos viviendo.
Volvamos a los titiriteros. Si lo mira bien, no es un insulto. Pero lo dicen como insulto. Los titiriteros, la far¨¢ndula. A m¨ª me parece que la canci¨®n m¨¢s hermosa que se ha escrito sobre nosotros es la de V¨ªctor Manuel. La escribi¨® en una servilleta de papel, en una cafeter¨ªa de la calle Goya, cuando tuvimos la primera huelga de actores c¨®micos. "Viven desnudos, duermen vestidos". ?sa es mi canci¨®n, una canci¨®n que considero que hicimos entre todos. Nunca hemos vuelto a estar tan unidos. Ahora tenemos miedo. La libertad de hoy en d¨ªa es la libertad del miedo, porque es la libertad del insulto. Se puede insultar tranquilamente, se permite que se insulte al presidente del Gobierno... ?al d¨ªa siguiente de que tome posesi¨®n! ?Y es el presidente! En Estados Unidos, el presidente es el presidente, ?aunque cace moscas con la mano! Vi una parodia de Obama cazando moscas en el programa de Andreu Buenafuente, ?adoro a Buenafuente, duermo con Buenafuente, es mi ¨ªdolo! ?se es el humor que me gusta, el humor inteligente, no es de los que salen insultando por insultar. Y ahora abren la televisi¨®n para eso, para insultar, para mostrar lo peor de lo que somos. ?Por qu¨¦ hacemos esto? Si tenemos un pa¨ªs maravilloso que ha dado una lecci¨®n que no podemos ni debemos olvidar? Igual que no debemos olvidar el a?o 1936. ?Qui¨¦n dijo eso de que quien olvida su pasado est¨¢ obligado a repetirlo? Pues yo no quiero olvidar mi pasado; yo s¨¦ lo que soy y lo que he hecho.
?C¨®mo conviv¨ªan en casa esas dos Espa?as que se enfrentaron? En mi casa perfectamente. Cuando era peque?a viv¨ªamos en Larache, y ah¨ª no se sab¨ªa que hubiera dos Espa?as. Hab¨ªa tres culturas. Viv¨ªamos all¨ª con jud¨ªos, cat¨®licos y ¨¢rabes? Mi padre estaba destinado all¨ª, era el asistente de Franco. ?Si te met¨ªas con Franco, mi padre te pod¨ªa sacar la yugular a mordiscos! Yo tengo eso de Corleone: la familia es la familia, y yo soy hija de mi familia, de mi padre, franquista; y de mi madre, republicana. Sagrados. Mi padre era un ser adorable. Un ser adorable dominado por mi madre. Completamente, como todos los hombres.
?Qu¨¦ contaba su padre de esa relaci¨®n con Franco? Cuando yo era peque?a no se contaba nada en casa, se viv¨ªa en el silencio. La vida en Larache era divertida; viv¨ªamos en el Zoco. All¨ª hice la primera comuni¨®n. A mi padre lo destinaron luego a Canarias, pero mi madre quiso que vini¨¦ramos a Madrid, la ni?a ten¨ªa que estudiar en el conservatorio. Y al pobre padre lo destinaron a Hoyo de Manzanares, jam¨¢s a Madrid propiamente dicho? Pero no, en mi casa no se hablaba de Franco, ni de Franco ni de nada. En aquel tiempo no se hablaba de nada.
El Conservatorio, y a trabajar. Desde chiquita. Y con much¨ªsimo ¨¦xito. Y tuve que ir a trabajar a La Granja, delante de Franco. Me niego a lamentarlo. Ir a La Granja, delante de Franco, era como una condecoraci¨®n. ?bamos con Tony Leblanc, y le cant¨¢bamos La chica yey¨¦, lo que fuera? Cada vez que pasaba yo, Fuertes de Villavicencio [el ayudante de Franco] le dec¨ªa: "Es la hija de P¨ªo". ?Imag¨ªnate, la hija de P¨ªo! Y Franco hac¨ªa un gesto, uhmmm, ni se enteraba, y miraba para otro lado.
?Qu¨¦ impresi¨®n le daba Franco? Ninguna. No sent¨ªa rechazo, porque en mi casa no se dec¨ªa nada que me llevara a sentir rechazo. Era un honor, porque ¨ªbamos voluntariamente. No es verdad todo eso que se dice de que si no ibas te vetaban. Te ped¨ªan que fueras a cantar, y si estabas disponible ibas, y si no, no suced¨ªa nada. Yo fui tres veces, encantada.
?Y su madre c¨®mo llevaba esa convivencia siendo republicana? Mi madre nunca habl¨® de ese pasado suyo, hasta 1976. Ven¨ªan amigas suyas del exilio y le dec¨ªan: "Concha, t¨² deber¨ªas contar lo que fuiste". Entonces fue cuando se dio a conocer. Cuando ganamos los socialistas, a mi madre le dieron toda su paga de maestra jubilada. Y votaba a Adolfo Su¨¢rez. Llor¨® cuando dimiti¨®. Para ella Su¨¢rez era lo m¨¢s? Cuando cumpl¨ª 60 a?os, mi hijo Manuel me hizo un cuadernillo de dibujos con la vida de mis padres, cuando se conocen bajo las bombas, y luego cuando ella va por la calle, llorando, rodeada de carteles, Vota PSOE, Vota UCD, Vota PCE, y mi madre llorando. Es precioso.
La encuentro a usted muy feliz, muy alegre. No tengo motivos para estar triste. Yo no he ido nunca al psiquiatra. Cuando me separaba de mis novios, o de mis amantes?, y quiero usar las palabras en su justa medida: novio es aquel con el que sales y no te acuestas, y a lo mejor te casas, y amante es aquel con el que te acuestas y no te vas a casar. Y marido es aquel con el que te has casado. Pues cada vez que dejaba a un novio o a un amante, me quer¨ªan llevar al psiquiatra. Pensaban que estaba loca. ?C¨®mo les iba a dejar con lo maravillosos que eran! Y nunca he querido ir. Pues s¨ª, estoy alegre, qu¨¦ le vamos a hacer.
Pues hace nueve a?os, Sol Alameda?Qu¨¦ maravillosa entrevista me hizo Sol?
?le dec¨ªa en esta revista: "No hable usted as¨ª, con tanta tristeza". Es que en aquel momento estaba muy triste, todo se me ven¨ªa encima. Y ahora no lo estoy.
?Qu¨¦ se le ven¨ªa encima? Una deuda gord¨ªsima con Hacienda, iba a perder mi casa? Yo siempre he trabajado en esto por necesidad, y siempre he querido ser la mejor. Empec¨¦ aqu¨ª, pr¨¢cticamente, en este mismo hotel, al lado del teatro Calder¨®n. Mi madre me acompa?aba, me pon¨ªa un profesor de ingl¨¦s, quer¨ªa que fuera la mejor. Y ten¨ªa novios; tener novios me obligaba, era como un est¨ªmulo a aceptar trabajos, a hacerlos bien. Les compraba pisos a mis padres con el dinero que iba ganando, y trabajaba como nadie. Y creo que en el a?o 2000 toqu¨¦ fondo. Lo perd¨ª todo. Eso me oblig¨® a pegar una patada en el fondo del pozo para salir hacia arriba.
?Qu¨¦ queda de esa vida en el pozo? Mucho dolor. Una profunda tristeza de la que no me he recuperado, para qu¨¦ te voy a enga?ar. Me gusta mucho recibir esta medalla en el escenario, pero es que tengo que seguir trabajando; en este momento tengo que seguir trabajando, y eso me obliga a disfrazarme, a disfrazar la tristeza. Y cuando me quedo sola por las noches, pues estoy muy sola? Lo que pasa es que soy tan fuerte... No abro la nevera del hotel y me la bebo entera, no. ?Qu¨¦ pasar¨ªa? Pues que ser¨ªa un pingajo. ?Cojo el tabaco y vuelvo a fumar, y me lo fumo todo? No, porque estar¨ªa tosiendo durante toda la funci¨®n al d¨ªa siguiente. Ser tan disciplinada me ha costado mucho en la vida, en la vida personal. Mi ex marido no ha soportado que yo supiera que hab¨ªa un tope que me obligaba a ir a trabajar, a renunciar a salir por las noches, a no comer con los productores? Y yo s¨¦ que hay un tope que te obliga a estar bien para ir a trabajar. Lo necesito.
Pues ya no tiene usted marido. Ya no tengo marido, pero me tengo a m¨ª misma, y tengo necesidades? Es que soy una mujer muy apasionada. Mi madre de peque?a ten¨ªa mucho miedo a lo que me pudiera pasar, y ten¨ªa raz¨®n. A m¨ª la pasi¨®n y el amor me han metido en unos sitios muy tremendos.
?Qu¨¦ le ha atra¨ªdo de los hombres? Que me gustan much¨ªsimo, pero son tontitos. Yo creo que la mujer los asusta tanto? Saben que somos capaces de todo, m¨¢s que ellos, y entonces nos rechazan, y nos buscan defectos. Nos dicen que somos, o estamos, feas, o viejas, o que se nos ha ido el periodo? A m¨ª me operaron de un tumor, y me quitaron todo. Fue a verme Pilar Mir¨®. Yo le dec¨ªa: "Mira, Pilar, lo que me han hecho, me lo han quitado todo, y me han avisado en el ¨²ltimo minuto". Ella me consolaba: "No te preocupes. Yo cada vez siento m¨¢s el coraz¨®n en la almohada". Siempre yo tan exagerada, ah¨ª con mi problema, y la pobre Pilar se muri¨®? Pues f¨ªjate lo que sucedi¨® despu¨¦s de aquella operaci¨®n, fue tremendo. Me llam¨® un se?or, amigo de mi ex, y me dijo por tel¨¦fono: "Ya me ha dicho tu marido que te han vaciado". ?sa ha sido una de las cosas m¨¢s terribles de mi vida; sent¨ª que yo era una cosa de servir, de usar y tirar. ?Qu¨¦ horror! Una de las cosas m¨¢s humillantes que me han pasado en la vida. Hasta el punto que fui al ginec¨®logo y le dije: "?Esto qu¨¦ significa, que no voy a poder tener un orgasmo? ?Que no voy a poder amar, no voy a poder hacer eso que se llama amor?". Ya s¨¦ que el amor es tambi¨¦n lo otro, la manita, la puesta de sol, compartir lectura, museos, pero ?no voy a poder hacer el amor? Era una duda tremenda. Entonces el ginec¨®logo se llev¨® un dedo a la frente y me dijo: "Todo est¨¢ aqu¨ª, hija m¨ªa". Y es verdad, todo est¨¢ en la cabeza.
?Y las rupturas por qu¨¦ se han producido? Al principio las he roto porque me he enamorado de otro. Es que esto es as¨ª. Siempre he dejado. Por eso cuando he sido dejada me ha dolido tanto, porque siempre les dejaba yo.
?Despiadadamente? Despiadadamente. Les he visto llorar y pedirme de rodillas que no me fuera.
?C¨®mo se siente ahora? ?Cuando he sido dejada? Tambi¨¦n me he tirado por el suelo, de rodillas, pidiendo perd¨®n, y pidiendo que no me dejaran. Aunque creo que he tenido la gran suerte de que me dejaran.
?Eso es hoy una sombra, Concha? Ya me voy recuperando. S¨ª recuerdo que cuando he dejado yo ha sido terrible para el otro; muy doloroso, lo s¨¦, y no he tenido piedad. Pero siempre ha sido porque me he enamorado. Mi madre, cuando me ve¨ªa sufrir tanto con mi ex, me dec¨ªa: "Hija, es que es una pena que no te vuelvas a enamorar". Y yo le dec¨ªa. "S¨ª, estoy enamorada, pero no puedo hacerles esto a mis hijos". Siempre busqu¨¦ entonces esa excusa. Siempre he dicho: no voy a ponerles los cuernos a mis hijos. ?A los ¨²nicos a los que no les he puesto cuernos en mi vida! Porque a los dem¨¢s se los he puesto y creo que Dios me ha castigado?
En este caso, ¨¦l le dej¨®. Me dej¨®, s¨ª, claro.
Y ahora dice usted que est¨¢ contenta de que haya ocurrido. Ahora s¨ª. Pero han pasado cuatro a?os tremendos. A¨²n no estoy muy recuperada, porque si estuviera recuperada estar¨ªamos celebrando todo juntos. Ahora es muy moderno que los ex se junten en todas las celebraciones. Lo veo en revistas: van a las comuniones, a las bodas, a todo. Y yo no quiero, para nada.
?Ni una relaci¨®n? No, no quiero. Y no cuento por qu¨¦. Yo lo cuento todo, menos algunas cosas?
Y esto no lo cuenta. No, eso no. No te cuento por qu¨¦ tengo ese rencor, porque lo que tengo es rencor. Yo soy de las que nombran las cosas por su nombre, pues te lo digo: tengo rencor, soy rencorosa. Del rencor no me he recuperado; a lo mejor es eso lo que me mantiene en forma.
Usted dec¨ªa que no era como Carmen Orozco, su personaje en 'Herederos': vengativa, fr¨ªa, calculadora, rencorosa? Es que ella era una asesina.
Pero tambi¨¦n dec¨ªa que no trataba con rencor? Ahora digo que s¨ª, soy as¨ª? Me pas¨® una cosa con el personaje de Carmen Orozco. Cuando lo estaba haciendo no lo entend¨ªa muy bien. De repente sali¨® el libro de la serie, La verdad deCarmen Orozco, y descubr¨ª ah¨ª que es un personaje mucho m¨¢s apasionante que el que estamos contando por televisi¨®n: una mujer que ha sido violada por su padre a los nueve a?os, algo que ahora ocurre constantemente, as¨ª que no nos asustemos con el culebr¨®n? Ella se carga a su padre de un disparo en la cabeza, se casa con un torero, y el torero le pone los cuernos con la primera que se cruza. Es una mujer maravillosa que un d¨ªa, despu¨¦s de haber pasado una noche de pasi¨®n con el?torero, se fuma un puro, se mira desnuda en el espejo y dice: "Yo de quien estoy enamorada es de Carmen Orozco". ?Joder!", dije, "?pero co?o, ahora es cuando me entero de qui¨¦n es Carmen Orozco!". Y creo que mi trabajo cambi¨®. Es mejor en la segunda partede Herederos queen la primera, porque se produjo esa revelaci¨®n.
Dice usted que no quiere hablar de ciertas cosas. Pero, ?no le parece que contarlo puede servir de ejemplo a otros? Quiz¨¢. Pero si cada vez que me dan un premio o estreno una obra o una pel¨ªcula, tengo que contar mi vida? Eso no me gusta. Yo ya soy muy mayor, y voy asobrevivir a todo. Sobrevivir, qu¨¦ palabra tan horrorosa. Resignaci¨®n, sacrificio y sobrevivir son las palabras que odio, porque son las que m¨¢s utilizo.
?Y por qu¨¦ las utiliza? Porque mi vida es un constante sobrevivir, y un constante sacrificio. Sobrevivir, hay que sobrevivir. Y yo les he sobrevivido a todos. Cada vez que hay un periodista que habla mal de m¨ª, me lo digo: le sobrevivir¨¦. Los odio, me encanta odiarlos. S¨¦ que no sirve para nada, pero?
?De verdad odia? S¨ª, a alguna gente. Porque me han hecho da?o innecesariamente.
Hace 20 a?os, Feliciano Fidalgo le preguntaba en EL PA?S si le asustaba cumplir 50, y usted confesaba que estaba desesperada. ?Le afecta cumplir 70? S¨ª, claro. Como mujer, s¨ª. S¨¦ que no puedo tener un novio; tengo un absoluto rechazo a todo el que se me acerca, porque digo: ?c¨®mo me va a querer un se?or estupend¨ªsimo, de 70 a?os, guapo, si lo que quiere tener es una muchacha de 25? Con lo cual tengo un rechazo a todo lo que sea amor a mi alrededor que me produce mucho da?o. Me ilusiono dos d¨ªas, vamos al cine, pero al tercer d¨ªa le digo: es imposible, tengo 70 a?os. ?C¨®mo no va a afectarme hacerme mayor? Me destroza.
Iba para bailarina. Le dijeron que tuviera paciencia, que ya bailar¨ªa 'La muerte del cisne'. Ahora ya no puedo bailar La muerte del cisne, ni nada. C¨®mo echo de menos el baile. Es lo que m¨¢s me gusta. ?Quieres que te cuente una cosa? Yo hac¨ªa Abelardo y Elo¨ªsa, dirigida por don Jos¨¦ Tamayo, y era novia de Juan Diego, y antes lo hab¨ªa sido de S¨¢enz de Heredia. Entr¨® un d¨ªa Tamayo y me vio enfurecida, y me pregunt¨®: "?Qu¨¦ le pasa a usted, Conchita?". Y le dije: "?Ay!, don Jos¨¦, es que llevo 30 a?os oyendo hablar de la guerra del 36 a uno, y ahora tengo otro novio que no me habla sino de la guerra que va a venir, y estoy harta. ?Yo lo que quiero es bailar!". Pues eso, yo lo que quiero es bailar.
Tan prol¨ªficacomo querida
Concepci¨®n Velasco Varona (Valladolid, 1939) dio sus primeros pasos art¨ªsticos en la danza. Las ma?anas de juventud las invert¨ªa en acudir a clases de ballet espa?ol y cl¨¢sico en el conservatorio. Sus piernas marcaron el ritmo en las compa?¨ªas de baile de Manolo Caracol y Celia G¨¢mez. Y su frescura se col¨® pronto en el cine, con comedias como 'Las chicas de la Cruz Roja' (1958) y 'Las que tienen que servir' (1967).
Cambio de registro. La 'chica yey¨¦' debut¨® en la peque?a pantalla con 'Estudio 1', en TVE. Sus interpretaciones en 'La dama del alba' (1963), 'Don Juan Tenorio' (1965) o 'Santa Teresa de Jes¨²s' (1984) han demostrado su capacidad para papeles dram¨¢ticos. El teatro le ha granjeado los mejores ¨¦xitos. 'Filomena Marturano' (2005) y 'La vida por delante' (2009) son las m¨¢s recientes.
Actriz, bailarina, cantante y presentadora, la vallisoletana puede presumir de ser una de las artistas m¨¢s queridas y prol¨ªficas del pa¨ªs. La veteran¨ªa le llega con el respaldo de m¨¢s de cien t¨ªtulos cinematogr¨¢ficos y con trabajos a¨²n por hacer.
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