Michael Jackson
CARA A
1. DEL SUR AL NORTE
La de Michael Jackson es una historia extraordinaria. Pero no ¨²nica: ¨¦l y su familia est¨¢n condicionados por su tiempo, por su lugar de origen. Gary, en Indiana, forma parte del cintur¨®n industrial de Chicago. Una ciudad pr¨®spera, de relajadas costumbres: f¨¢cil divertirse si hay ganas y dinero.
Para Joseph Jackson, esa vida nocturna es un recordatorio de sus fracasos. Joe ha sido boxeador y miembro de un grupo local, los Falcons (funcionar¨¢n al menos otros dos Falcons, con Eddie Floyd o Wilson Pickett como solistas). Padre de familia numerosa, Joe debe renunciar a la m¨²sica para manejar la gr¨²a en una industria metal¨²rgica. En contra del mito, los Jackson no viven en el gueto, sino en una zona residencial, en una casa modesta. Est¨¢n amontonados, pero no pasan hambre. La madre, Katherine, se ocupa de ello, aportando un segundo sueldo de unos grandes almacenes.
En locales duros, el pe-que?o mike comparte escenario con 'strippers' y conquista el aplauso
Los jackson deb¨ªan mostrar una imagen radiante. ni rastro de conflictos familiares
En los setenta sigue la senda de stevie wonder y Marvin Gaye, pero no es tan rebelde como ellos
Tanto Joe como Katherine pertenecen a la gran migraci¨®n de afroamericanos que, a lo largo de la primera mitad del siglo XX, abandonan el Sur -respectivamente, Arkansas y Alabama- para prosperar en el Norte, en un clima social m¨¢s tolerante, pero no exento de humillaciones. Ese periplo marca sus actitudes. Katherine disimula sentimientos antisemitas: en muchos barrios negros, los jud¨ªos controlan las tiendas y otros servicios. Joe disimula los rencores mientras busca asociarse con managers blancos que faciliten el ascenso de sus chicos.
En 1963, con ocho hijos (Janet llegar¨ªa tres a?os despu¨¦s), Joe Jackson tiene material humano para montar un grupo vocal-instrumental. Es un profesor implacable que usa la violencia f¨ªsica. Las familias negras est¨¢n sometidas a muchas fuerzas centr¨ªfugas -el alcohol, las drogas, la delincuencia, los embarazos no deseados-, y el matrimonio Jackson no pasa ninguna transgresi¨®n. Una religi¨®n estricta -son testigos de Jehov¨¢- ayuda al control paterno.
2. EL NI?O DORADO
Los primeros reto?os de los Jackson son bautizados con nombres extravagantes: Jackie se llama Sigmund Esco, Tito es inscrito como Toriano Adaryll. A partir de 1957, cuando llegan dos gemelos de los que s¨®lo uno sobrevive, optan por lo convencional.
Michael Joseph Jackson nace el 29 de agosto de 1958. Le llaman Mike y se asombran de su avidez de escenarios. En 1963, su madre le descubre imitando a Jermaine, el considerado mejor cantante de la familia. Ese mismo a?o act¨²a en su colegio, interpretando un tema del musical Sonrisas y l¨¢grimas. Se incorpora al proyecto musical.
En 1964 los Jackson salen del cascar¨®n. Pasan por varios nombres -The Jackson Family, The Jackson Brothers- hasta que se quedan en The Jackson 5 (cuando se suma un primo son The Jackson 5 and Johnny). R¨¢pidamente, Mike adquiere protagonismo: dirige las coreograf¨ªas, se convierte en el cantante principal.
Hay algo irresistible en ese angelote que baila como James Brown, que escenifica los ¨¦xitos de los Temptations. Incluso en locales duros, donde Mike comparte escenario con strippers, conquista el aplauso, las monedas del p¨²blico. Los hermanos ganan concursos de aficionados en Gary y en el teatro Apollo de Harlem.
Entre 1965 y 1968, los Jackson 5 forjan su directo. Los fines de semana se suben a una furgoneta para tocar en Filadelfia, Chicago, Kansas City, Nueva York, Washington. Seis, siete pases cada noche. Todo sin olvidar los deberes. A la vuelta les esperan el colegio y los ensayos.
Un r¨¦gimen cruel, pero ninguno rechista. Durante el esplendor comercial del soul, son miles los grupos familiares que intentan hacerse un hueco. Graban para Steeltown, peque?a discogr¨¢fica de Gary, sin lograr llegar m¨¢s all¨¢. Necesitan una compa?¨ªa fuerte que apueste por ellos.
3. UN HOGAR EN MOTOWN
Motown es el principal sello estadounidense dirigido por un negro: Berry Gordy Jr. Seg¨²n ¨¦l, es Diana Ross (entonces, su pareja) quien llama su atenci¨®n sobre los Jackson 5. Mentes m¨¢s imparciales recuerdan que son recomendados por Gladys Knight, vocalista de The Pips, y por Bobby Taylor, cabecilla de los Vancouvers, que adem¨¢s trabaja en la sede de la compa?¨ªa: Hitsville USA.
Es Bobby quien lleva a los boquiabiertos Jackson a Detroit, quien coordina las pruebas: una en la piscina cubierta de Gordy, otra ante la c¨¢mara de v¨ªdeo reci¨¦n adquirida por la compa?¨ªa. Son fichados sin grandes compensaciones: hay que cerrar su contrato con Steeltown. S¨®lo reciben un m¨ªnimo porcentaje del precio de venta de cada disco.
En contra de la amable imagen corporativa de Motown, se trata de una empresa autoritaria donde los cantantes ¨²nicamente cantan; no se admiten sugerencias. Adem¨¢s, se les ordena que se trasladen a Los ?ngeles con la c¨²pula de la compa?¨ªa. Durante meses se reparten felices entre la mansi¨®n de Gordy y la casa de Diana Ross.
Meses de trabajo duro, tanto en la presentaci¨®n esc¨¦nica como en las suavidades de las relaciones p¨²blicas. Deben presentar una cara radiante ante la prensa, ni rastro de los conflictos familiares. Para los discos est¨¢ The Corporation, equipo de compositores y productores encabezado por el propio Berry Gordy, que supuestamente aplica las t¨¦cnicas de I+D que aprendi¨® en la industria automovil¨ªstica.
Un ejemplo: I want you back (1969) es probado por Gladys Knight y Diana Ross antes de ser encomendado a los chicos de Gary. Cuando creen que ya lo tienen clavado, Gordy lo echa atr¨¢s: exige cambios en arreglos, letras e interpretaci¨®n.
Agotador, pero resulta: es su primer n¨²mero uno. Entrado 1970, los Cinco Jackson son un fen¨®meno. Protagonizan una serie de dibujos animados, ocupan mil portadas. Hacen realidad un a?ejo lema de Motown: "El sonido de la joven Am¨¦rica".
4. EMANCIPACI?N
Con toda la familia residiendo en Hollywood, crece la rebeld¨ªa de los muchachos. Personal y art¨ªstica. Est¨¢ la atracci¨®n por el sexo, pero tambi¨¦n deslices menores: Tito Jackson es arrestado por comprar objetos robados; los abogados de Motown tapan el esc¨¢ndalo.
Aumenta la preocupaci¨®n por el distanciamiento de los ¨¦xitos. Tienen presencia en las listas, pero en 1972 y 1973 no llegan a la zona alta; s¨®lo en 1974 triunfan a lo grande con Dancing machine. Sienten que ya no son objetivo prioritario de la compa?¨ªa, que adem¨¢s empuja a Michael y a Jermaine a grabar en solitario, anticipando un posible eclipse del grupo.
Jermaine se cas¨® en 1973 con Hazel Gordy, hija de Berry. Una cu?a que rompe la unidad fraternal. Los dem¨¢s votan por cambiar de discogr¨¢fica. Y descubren que el contrato con Motown est¨¢ repleto de trampas: deben pagar los gastos de producci¨®n de sus grabaciones. Han registrado 469 canciones, han editado 175... y se les factura por todo. Si abandonan la compa?¨ªa no pueden grabar durante cinco a?os.
Con cara de perro, pagan a Motown 600.000 d¨®lares y var¨ªan el nombre a The Jacksons (Randy reemplaza a Jermaine). Ya son artistas de Epic, sucursal de la omnipotente CBS, con royalties generosas. A partir de 1977 vuelven a las listas; primero bajo la producci¨®n del d¨²o Gamble-Huff, que tiene la patente del Sonido de Filadelfia, y ya con Destiny (1979), autoproduci¨¦ndose.
Antes de paladear los placeres de la libertad creativa deben llenar la caja. El padre lanza una versi¨®n ampliada de los Jacksons, incorporando a las chicas: Rebbie, LaToya y -hacia el final- Janet. Se les puede ver en Las Vegas y, brevemente, en la cadena CBS. Urge hacer de tripas coraz¨®n: un espect¨¢culo de variedades no es lo que Michael tiene en mente.
5. LA VISI?N INTEGRADORA
La educaci¨®n musical de Michael es autodidacta. Cuando graba para Motown obedece las ¨®rdenes ("los cantantes, ni rechistar"), pero se empapa de lo que hacen los t¨¦cnicos, los m¨²sicos, los productores. Intuye que la cadena de montaje de Gordy ya no sirve, en los a?os setenta, para creadores ambiciosos. Sigue la estela de Stevie Wonder y Marvin Gaye, que han reventado las convenciones de Motown.
Sin embargo, no es tan rebelde como ellos. Para relanzarse como solista se pone bajo la protecci¨®n de Quincy Jones, que tiene p¨¢tina de jazzman, pero siempre ha sabido moverse en el mercado pop. Quincy aplica su visi¨®n: selecci¨®n cuidadosa de canciones, para enriquecer su paleta emocional; ampliaci¨®n de su registro vocal, para alejarle de los modos ani?ados de Motown; repertorio ecl¨¦ctico, para llegar al m¨¢ximo de p¨²blico potencial.
En 1979, cuando sale Off the wall, Quincy y Michael apuntan a un mercado saturado de disco music. Ahora se requiere un cantante que, olvidando la arrogancia de los Casanovas de discoteca, tambi¨¦n muestre vulnerabilidad. Michael, con 21 a?os reci¨¦n cumplidos, suena como alguien que se est¨¢ abriendo al mundo. Aunque Off the wall sea un producto cerebral de la maquinaria californiana de hacer ¨¦xitos, transmite juventud, exuberancia, deleite en hacer m¨²sica imparable.
6. CONSAGRACI?N
Con Thriller (1982) se refina la f¨®rmula. La credibilidad pop se garantiza con la presencia de Paul McCartney en The girl is mine, la guitarra rock de Eddie Van Halen incendia Beat it. Y se aprovecha al m¨¢ximo un costoso medio de promoci¨®n: el videoclip, perfecto para los asombrosos bailes de Michael.
Seg¨²n la leyenda, la MTV -inaugurada en 1981- no programa v¨ªdeos de artistas negros. CBS se pone dura y amenaza con cerrar el grifo de sus videoclips si no se emite Billie Jean, de Michael Jackson; la cadena claudica.
Bob Pittman, uno de los fundadores de MTV, puntualiza esa versi¨®n. A¨²n reconociendo que se prefer¨ªa a los rockeros fotog¨¦nicos, explica hoy que el veto se aplicaba a figuras como Rick James que ofrec¨ªan erotismo grueso: "?ramos conscientes de que Michael se hab¨ªa convertido en una superestrella con Off the wall; ¨ªbamos a apoyar todo lo que saliera de Thriller".
Tras los v¨ªdeos de Billie Jean y Beat it, llega el monstruo: Thriller, con sus 14 minutos de metraje y el equipo del realizador John Landis.
Michael Jackson se transforma en la primera estrella global, reconocible e imitada en los cinco continentes. Tal vez Bob Marley haya logrado mayor impacto musical, pero el reconocimiento visual de Michael no tiene equivalente.
CARA B
1. EL ENDIOSAMIENTO
Cuando Thriller lleva m¨¢s de 40 millones de discos (legales) vendidos, empieza a planificar el siguiente aldabonazo. Escribe la cifra m¨¢gica: "100 millones". Cree que, simplemente, con la fuerza de su voluntad (y sin escamotear trabajo) puede duplicar su p¨²blico. Nadie se atreve a contradecirle.
Las discogr¨¢ficas han entrado en el ciclo de vacas gordas y funcionan como si la demanda fuera inagotable, una cuesti¨®n de mayor inversi¨®n.
Sale Bad (1987), y efectivamente, todo es m¨¢s grande. Hasta el clip del tema principal dura m¨¢s que el de Thriller (y viene firmado por Martin Scorsese). Pero ya estamos en la tercera entrega del equipo Michael-Quincy, y la f¨®rmula m¨¢gica se agota: aunque aumenta la hechura perfeccionista, baja el nivel compositivo y se evapora la frescura.
Jackson vende muchos millones de Bad, pero, con los objetivos que ¨¦l mismo se ha fijado, se trata de un pinchazo.
Huye hacia delante. Con una multitudinaria gira mundial. A sus portavoces les toca la tarea de pregonar cifras, t¨ªtulos, premios. No pueden acallar la sensaci¨®n de que Michael ha perdido el pulso de la actualidad.
2. MEGALOMAN?A
Lo cuenta Walter Yetnikov, el b¨¢rbaro jefe de Sony, en su biograf¨ªa: Michael le implora que mueva sus influencias para que Quincy Jones no reciba premios por Thriller: "Quincy ya tiene muchos Grammy; y despu¨¦s de todo, es m¨¢s una producci¨®n m¨ªa que suya".
Altamente competitivo, Michael no admite que nadie le quite brillo. Si MTV otorga a Madonna ("?esa buscona!") el t¨ªtulo de "artista de la d¨¦cada", se lleva un berrinche. Y consigue que le concedan un premio a su medida: "Artista de la d¨¦cada en la vanguardia del v¨ªdeo". Obligan a Peter Gabriel a entregarle la estatuilla.
Tambi¨¦n quiere un mote propio. No va a ser menos que Elvis (El Rey) o Frank Sinatra (La Voz). Pretende que se le describa como "el rey del pop, el rock y el soul"; demasiado largo. Al final, coincidiendo con el lanzamiento de Black or white, Sony insiste en que toda menci¨®n a Michael Jackson sea seguida por la descripci¨®n de "El Rey del Pop". Y resulta.
Exige tambi¨¦n rituales de jefe de Estado a su paso. Se materializa permanentemente rodeado de dignatarios, polic¨ªas, militares con metralletas. Para el lanzamiento de HIStory se fabrican estatuas colosales. En v¨ªdeos y actuaciones se postula como el ap¨®stol de los ni?os, el vencedor del comunismo, el salvador del planeta. Ya no oye las risas que despierta.
3. EXC?NTRICO RECLUSO
En alg¨²n momento de los ochenta, Michael decide que el artista n¨²mero uno debe estar presente en los medios de forma continua. Su organizaci¨®n siembra historias: que duerme en una c¨¢mara hiperb¨¢rica, que quiere comprar el esqueleto del "hombre elefante", que comparte su vida con un chimpanc¨¦... No es buena idea. Los tabloides encuentran un fil¨®n. Da lo mismo que sea verdad, promoci¨®n o una mentira ingeniosa. Le rebautizan Wacko Jacko (Exc¨¦ntrico Jacko). Este apodo tambi¨¦n se le adhiere.
4. NI BLANCO NI NEGRO
Tenazmente, Michael y su familia insisten en que su cambio de aspecto obedece a la dieta vegetariana, a una enfermedad cut¨¢nea, a las hormonas del crecimiento. Lo que pudo ser una opci¨®n personal se transforma en debate sobre la negritud, m¨¢s vivo entre el p¨²blico blanco que en los barrios negros, donde abundan productos para aclarar la piel y suavizar los cabellos.
A principios del presente siglo, cuando Michael rompe con Sony, se descubre v¨ªctima del supuesto racismo de su jefe, Tony Mottola. Se al¨ªa entonces con los m¨¢s histri¨®nicos activistas negros, como el reverendo Al Sharpton. Su seguridad corre a cargo de la Naci¨®n del Islam, secta separatista cuyo l¨ªder, Louis Farrakhan, sol¨ªa vituperarle: "La juventud negra necesita hombres de verdad como modelos".
5. SEXUALIDAD CONFUSA
Hablan de trauma infantil, de la repugnancia ante el ambiente sexualmente cargado de los antros que pisa en los a?os sesenta. Incluso de la maldad de un hermano que le encierra a los 15 a?os con dos prostitutas, pagadas para arrebatarle la virginidad.
Sea como fuere, sus relaciones con el otro sexo tienden a lo desastroso. Acepta citas con mujeres audaces que le asustan. Visita la mansi¨®n Playboy, pero no se desnuda al entrar en el jacuzzi. Se casa con la hija de Elvis Presley en lo que parece un delirio promocional, tiene una boda blanca con alguien que le sirve de madre de alquiler. Y siempre manifiesta una atracci¨®n, no sabemos de qu¨¦ naturaleza, con los ni?os. Un flanco abierto a los chantajistas.
6. UN LEGADO TURBIO
Los a?os que preceden a su brusca desaparici¨®n el 25 de junio son una sucesi¨®n de disparates. El implacable negociador, capaz de birlar a su amigo McCartney los derechos de las canciones de los Beatles, no sabe hacer las matem¨¢ticas elementales para equilibrar gastos e ingresos. Conviene reconocer igualmente a la estrella audaz, capaz de jug¨¢rselo a todo o nada: una tanda de cincuenta conciertos en Londres.
Su muerte luce misteriosa, incongruente, est¨²pida. Pero ha propiciado la gran reconciliaci¨®n: antes de que se active la m¨¢quina de monetizar cad¨¢veres, hemos visto un reencuentro con los que le amaron. La multitud asume la fragilidad de la existencia y finalmente perdona: "Pudo ser un monstruo, cierto, pero era nuestro monstruo".
DIEZ DISCOS PARA EL RETRATO DE UN ARTISTA
1966, Brunswick
1. THE JACKSON 5: PRE-HISTORY: THE LOST STEELTOWN RECORDINGS
Dado que Michael Jackson nunca edit¨® nada que no estuviera hiperproducido, hay un placer de voyeur en acercarse a estas graba-ciones crudas, hechas antes de fichar por Motown.
1969, Motown
2. DIANA ROSS PRESENTS THE JACKSON 5
Para entender el sonido Motown basta con comparar el anterior con este latigazo de exuberancia juvenil, de ansias de comerse el mundo. Contiene su primer impacto, I want you back.
2004, Epic
3. THE VERY BEST
OF THE JACKSONS
La etiqueta enga?a: el segundo CD contiene lo considerado mejor de los Jacksons (incluso el dueto con Mick Jagger), pero el primero re¨²ne los ¨¦xitos de The Jackson 5 y Michael en solitario para Motown.
Una suma deslumbrante.
1979 , Epic
4. OFF THE WALL
Michael y Quincy Jones ense?an orgullosos sus cartas: fabulosos prototipos de baladas (Shes out
of my life), soul el¨¢stico (Rock with you) y dance music org¨¢nica (Dont
stop til you get enough). Sin olvidar la cara reconstruida del artista.
1982, Epic
5. THRILLER
Se requiere realizar un esfuerzo para disfrutarlo con los sentidos frescos, pero compensa: la parrafada de Vincent
Price en el tema principal,
la energ¨ªa de PYT,
la paranoia marca de la casa que brota en Billie Jean
1987, Epic
6. BAD
Fall¨® el control de calidad: en cinco a?os no aparecieron canciones
del calibre de las incluidas en Thriller, cediendo protagonismo a ocurrencias menores de Michael.
Se salvan The way you make me feel o la truculenta Bad.
1992, Epic
7. DANGEROUS
Tras romper con Quincy Jones, Michael cae en manos de zares del estudio como Teddy Riley o Bill Bottrell. El disco es tan imperioso que no respira. Y huele a desesperaci¨®n el apuntarse al new jack swing como un perrito que corre ansioso tras la pelota.
1995, Epic
8. HISTORY: PAST, PRESENT AND FUTURE, BOOK I
Ramillete de ¨¦xitos y colecci¨®n de nuevas canciones que pretenden racionalizar un descarrilamiento personal. Su amigo Spielberg dej¨® de hablarle por un tema gratuitamente antisemita.
1997, Epic
9. BLOOD ON THE DANCE FLOOR: HISTORY IN THE MIX
Cinco canciones frescas con ocho abrumadoras remezclas de ¨¦xitos. Se palpa la histeria por apuntarse a tendencias y la confusi¨®n de un artista sin br¨²jula. Tema premonitorio: Morphine.
2001, Epic
10. INVINCIBLE
Comprador compulsivo, Michael parec¨ªa querer aplicar la misma t¨¢ctica a sus discos: los mejores colaboradores que se puedan pagar, docenas de temas comprados, pero no utilizados. Ya no bastaba con destellos de la antigua genialidad.
1958-1976
Un chico listo, divertido, encantador. Un angelote que baila como James Brown y escenifica los ¨¦xitos de The Tempations. El sello Motown bendice a The Jackson 5. A la cabeza, un verdadero ¨ªdolo celestial. Se llama Michael, dirige las coreograf¨ªas y se convierte en el cantante principal del grupo ideado por Joe Jackson, el exigente padre de las criaturas.
1977-1991
Rey del dance floor. Michael se hace mayor. Nace el bailar¨ªn m¨¢s extremo del pop. Sus piernas y brazos, largos y delgados, dibujan movimientos imposibles empapa-dos de belleza. La autoexigencia se impone. Hay que dar lo m¨¢ximo a la audiencia. La sombra de Quincy Jones, productor del mejor Michael Jackson, es alargada.
1992-2009
Carnaza sensaciona-lista. Convertido en extravagante ¨ªdolo de masas, Michael Jackson no es ni negro ni blanco. El ni?o no ha sabido crecer. Tampo-co parece encontrar su sitio fuera del escenario. Aunque ah¨ª arriba sigue siendo el rey. Las hordas de fans ansiaban su vuelta. Pero el 25 de junio de 2009 su coraz¨®n, que siempre fue d¨¦bil, dej¨® de latir.
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