Olivos, vacas y vuelos espaciales
Fresnedillas de la Oliva recibi¨® la se?al de la nave 'Apollo 11' cuando aluniz¨® hace 40 a?os
Entre parcelas llenas de ¨¢rboles y vacas, rodeado de monta?as, a cuatro kil¨®metros de la poblaci¨®n m¨¢s cercana, en plena sierra oeste de Madrid, a finales de los a?os sesenta, un cartel desconcertante romp¨ªa la monoton¨ªa del paisaje: "Vuelos espaciales tripulados". Tras ¨¦l, una enorme antena parab¨®lica de la NASA. Eran las instalaciones de Fresnedillas de la Oliva, junto con Goldstone (California, EE UU) y Honeysuckle Creek, Canberra (Australia), una de las bases que hizo el seguimiento de la nave Apollo 11, la primera misi¨®n tripulada que lleg¨® a la Luna. Ma?ana se cumplir¨¢n 40 a?os del d¨ªa en que esa enorme antena recibiera un mensaje de Neil Armstrong: "Houston, aqu¨ª base de la tranquilidad. El ¨¢guila ha alunizado".
"S¨®lo ven¨ªan tres o cuatro americanos a emborracharse", cuenta Dolores
"Fue impresionante, todav¨ªa hay gente que no se lo cree", dice un vecino
Una treintena de vecinos del pueblo trabaj¨® en la base de seguimiento
Una exposici¨®n recuerda el hito con artilugios y recortes de prensa
Cuarenta a?os despu¨¦s, aquello contin¨²a estando rodeado de campos con muchos olivos y algunas vacas que se quedan mirando fijamente a quien pasa. Sigue sin haber una vivienda en varios kil¨®metros a la redonda, pero el cartel ha desaparecido y aquella antena parab¨®lica se ha multiplicado como un campo de champi?ones. La original, sin embargo, no est¨¢ en lo que era la Estaci¨®n Apolo de Madrid, que ya no tiene nada que ver con los vuelos espaciales tripulados. No hay carteles en lo que en la actualidad son unas instalaciones del CNI. Pero Fresnedillas (1.392 habitantes) est¨¢ empapelado con anuncios que recuerdan el aniversario de aquel hito.
Los 600 vecinos que entonces resid¨ªan en el pueblo lo vivieron entre una cierta distancia y la emoci¨®n, seg¨²n cuentan quienes todav¨ªa est¨¢n hoy por all¨ª. Distancia porque la base estaba relativamente lejos del n¨²cleo poblacional, porque los medios de comunicaci¨®n no eran lo que son y por lo que cuenta Dolores Botello: "Aqu¨ª no ve¨ªamos apenas a quienes hac¨ªan el seguimiento. S¨®lo ven¨ªan tres o cuatro americanos a emborracharse al pueblo". Pero tambi¨¦n emoci¨®n porque, aunque seguramente no eran plenamente conscientes de lo que aquello supondr¨ªa, sab¨ªan que estaban formando parte de la historia.
El actual alcalde de la localidad, Antonio Reguil¨®n (PP), que por entonces ten¨ªa tres a?os, cuenta que el alunizaje fue uno de los primeros recuerdos de su infancia. Su familia estaba entre la parte emocionada, reunida hasta las cuatro de la ma?ana en una de las pocas casas que ten¨ªa televisi¨®n en aquella ¨¦poca. Fueron varios los puntos del pueblo que hicieron de sal¨®n de actos para ver el acontecimiento. Seguramente la mayor¨ªa acudi¨® al Bar Santiago, donde contemplaron en directo la se?al que se recib¨ªa a s¨®lo unos kil¨®metros.
M¨¢s all¨¢ de ese sentirse parte del espacio, la base Apolo dej¨® en el pueblo bastante riqueza. "No para los propietarios de los terrenos, que fuimos expropiados por tres pesetas", aclara Dolores Botello, que es hija de uno de los due?os de las parcelas donde se asentaron las instalaciones. Pero s¨ª para algunos negocios y para la treintena de vecinos que fueron empleados en las obras y el mantenimiento de la base. Uno de ellos es Jos¨¦ Rodr¨ªguez, un reci¨¦n jubilado que estuvo cinco a?os trabajando en el observatorio. "Hac¨ªa un poco de todo, desde fontaner¨ªa y alba?iler¨ªa, hasta ayudar a montar los equipos que tra¨ªan", cuenta. En los ¨²ltimos d¨ªas se ha acostumbrado a ver deambular a periodistas por el pueblo, a las entrevistas: "Todo el mundo habla mucho de aquello. Pero es que es impresionante, hace ya 40 a?os y todav¨ªa hoy hay quien no se cree que el hombre lleg¨® a la Luna".
Buena parte de la maquinaria que ¨¦l ayud¨® a instalar est¨¢ hoy en la casa de la Cultura del pueblo, en una exposici¨®n en la que comparten protagonismo los artilugios de tecnolog¨ªa sesentera con decenas de fotos y recortes de prensa. Ma?ana se clausura con un acto de conmemoraci¨®n del alunizaje en el que participar¨¢n Manuel Bautista Aranda, director de las Estaciones de Seguimiento Espacial en Espa?a, y Luis Ruiz de Gopegui, director de la Estaci¨®n Espacial de Fresnedillas. Probablemente recordar¨¢n el importante papel que tuvo la base en el alunizaje. Cada una de las tres que hicieron el seguimiento de la nave, repartidas estrat¨¦gicamente por el mundo, recib¨ªa la se?al durante ocho horas al d¨ªa. En el turno de la espa?ola se produjeron unos problemas que estuvieron a punto de dar al traste con la misi¨®n.
Pero todo el revuelo y los recuerdos que el acontecimiento suscita entre los mayores se diluye entre los j¨®venes. A s¨®lo unos metros de la exposici¨®n, un grupo de chavales del pueblo que rondan la mayor¨ªa de edad parecen m¨¢s preocupados por sus motos de campo que por el hito lunar. "?La estaci¨®n Apolo? S¨ª, eso fue algo de la Luna, ?no?". Al menos este 40 cumplea?os del alunizaje les ha servido para que les suene de algo lo que pas¨® en Fresnedillas. Reconocen que hasta hace unas semanas, ni eso.
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