Epidemiolog¨ªa de los errores sanitarios

Acostumbrados los profesionales sanitarios espa?oles, como estamos ¨²ltimamente, a emplear la epidemiolog¨ªa para analizar los h¨¢bitos saludables de la poblaci¨®n, para que as¨ª hagan cambios hacia estilos de vida m¨¢s beneficiosos con el fin de eliminar las conductas de riesgo que atentan contra su salud, no se nos ocurre nunca emplear esa misma epidemiolog¨ªa al analizar el interior de nuestro propio sistema sanitario; quiz¨¢ porque presuponemos que es verdad lo que nos dicen los medios de comunicaci¨®n: que es uno de los mejores del mundo (?en investigaci¨®n sobre c¨¦lulas madre y en trasplantes!). Porque lo m¨¢s grave del fallecimiento de Dalila Mimouni y de su hijo Ryan se deduce de un an¨¢lisis epidemiol¨®gico del caso.

En efecto: si no debiera ser nunca probable errar un diagn¨®stico, ni equivocar en un centro sanitario la v¨ªa de administraci¨®n nasog¨¢strica con la intravenosa, lo que tendr¨ªa que ser siempre imposible es que ambos errores coincidan -en el corto espacio de 13 d¨ªas- en dos miembros de una misma familia y en dos lugares distintos de un gran centro hospitalario.

Pues entonces la epidemiolog¨ªa nos dice que el porcentaje de errores del sistema es, l¨®gicamente, tan enorme que s¨®lo salen a la luz los que acaban en tragedia estando bajo el foco de la opini¨®n p¨²blica (una inmensa minor¨ªa), mientras que, desde el interior de ese mismo sistema, todos los sectores y casi todos los actores implicados estamos acostumbrados siempre a mirar hacia otro lado en todos los dem¨¢s casos.

El mayor problema de salud que tenemos en nuestro pa¨ªs es nuestro propio sistema sanitario asistencial.