La saturaci¨®n de las medidas alternativas provoca ya la prescripci¨®n de penas

Ya han empezado a prescribir algunas penas menores en Catalu?a. Una proporci¨®n muy peque?a, pero hasta ahora era un fen¨®meno ins¨®lito. Por extra?o que pueda parecer, se trata de un hecho que esconde una realidad saludable.

El Departamento de Justicia de la Generalitat impulsa desde hace tiempo las medidas penales alternativas, de manera que en condenas peque?as el juez pueda acordar el cumplimiento sin que el afectado entre en prisi¨®n. Se trata, en definitiva, de que el delito no le salga gratis a quien lo comete, pero para que el juez acuerde una alternativa a la c¨¢rcel, la Administraci¨®n ha de poner a su alcance un cat¨¢logo de centros en los que pueda acudir el preso a cumplir. Eso obliga a la Administraci¨®n a buscar convenios con entidades y asociaciones de todo tipo, de manera que desde hace a?os hay m¨¢s demanda que oferta.

Como los jueces de los juzgados de ejecutorias conocen esa alternativa a la c¨¢rcel, la utilizan de forma mayoritaria, en lugar de dictar una condena deunos meses de prisi¨®n que en la pr¨¢ctica no se cumple. As¨ª, por ejemplo, en el primer semestre de este a?o, los jueces reclamaron de la Generalitat 7.908 medidas penales alternativas, frente a las 4.743 del mismo periodo del a?o anterior o las 2.866 del primer semestre de 2007.

El gran incremento de peticiones se ha producido a partir de la reforma del C¨®digo Penal, que considera delito actuaciones que antes no lo eran, de manera que as¨ª se explica que 5.939 de esas peticiones tengan su origen en ese hecho.

El agravamiento de esa reforma legal explica tambi¨¦n que en las prisiones de Catalu?a haya 107 presos cuyo delito principal est¨¢ relacionado contra la seguridad en el tr¨¢fico y otros 447 reclusos que, entre otros delitos, tambi¨¦n est¨¢n acusados o condenados por esa materia.

"En el resto de Espa?a no prescriben las penas porque no se aplican las medidas penales alternativas", dijo ayer de forma contundente la consejera Tura.Despu¨¦s precis¨® que se han producido 86 prescripciones de un total de 16.000 sentencias y que, en muchos casos, los jueces han dictado las prescripci¨®n mientras se estaban cumpliendo la pena, por lo que en realidad nunca deber¨ªa haber prescrito. En cualquier caso, esas prescripciones delatan, una vez m¨¢s, la deficiente coordinaci¨®n que existe entre los juzgados y la Administraci¨®n de justicia, porque un sistema inform¨¢tico eficiente y que permitiera el acceso com¨²n a la base de datos evitar¨ªa muchas disfunciones que actualmente ocurren.