La revancha del ni?o de oro
El brit¨¢nico Thomas Daley, que sufri¨® acoso en su colegio, se convierte en el saltador m¨¢s joven de la historia en ganar una medalla de oro en los Mundiales
Dicen que los ingleses son flem¨¢ticos. Que se lo digan a Rob Daley, treinta?ero de cabeza rapada y barriga cervecera, que ayer se present¨® en la ceremonia de entrega de medallas blandiendo la Union Jack, pidi¨® un micr¨®fono, y llam¨® a su hijo haciendo aspavientos. "?Dame un abrazo!", gritaba. Su hijo, Thomas, acababa de ganar el oro en la final de saltos desde la plataforma de 10 metros.
Se hab¨ªa convertido en el primer brit¨¢nico en ganar un campeonato de saltos y en el saltador m¨¢s joven de la historia en colgarse un oro. En el camino hab¨ªa vencido al campe¨®n ol¨ªmpico. Y all¨ª estaba, a sus 15 a?os reci¨¦n cumplidos, con sus ojos de ardilla y su pelo revuelto, embutido en un trajecito de talla infantil. Muy compuesto. Al ver a su voluminoso padre deambular como un enajenado por el fondo de la sala, cogi¨® el micr¨®fono y blasfem¨® con intenci¨®n correctora: "?Dios m¨ªo! ?Qu¨¦ diablos est¨¢s haciendo, pap¨¢?".
Dio un salto y fue a darle un abrazo al padre. Luego confes¨® su sorpresa: "Esta ma?ana me levant¨¦ y me dije: 'A ver si me meto en la final y disfruto del momento'. Ganar el oro me parec¨ªa impensable. Pero empec¨¦ a saltar y en un momento dado qued¨¦ cuarto. Y me dije: 'Con un bronce ser¨ªa el hombre m¨¢s feliz del mundo'. As¨ª que, despu¨¦s del sexto salto, cuando ten¨ªa el bronce, la plata me habr¨ªa parecido algo fant¨¢stico".
Despu¨¦s del sexto salto, un triple mortal invertido impuls¨¢ndose con las manos, que clav¨® en el agua como una bala, el ingl¨¦s s¨®lo tuvo dos saltadores por delante: el campe¨®n ol¨ªmpico Matthew Mitcham y el chino Qui Bo. Para el ¨²ltimo salto, opt¨® por asegurar el bronce con un salto de modalidad 3.4. Sus adversarios arriesgaron con un salto de 3.8. Fallaron. Daley clav¨® el suyo. Fue su mejor vuelo. Desapareci¨® en el agua como si hubiera ca¨ªdo un tornillo. ?Blup! Nada de burbujas. Recibi¨® 100.30 puntos y el australiano se qued¨® fuera del podio.
"?Que les den!", dec¨ªa Rob al ver la medalla de su hijo, en referencia a los compa?eros que lo hab¨ªan acosado en el colegio. En junio, Rob quit¨® a Tom del colegio Eggbuckland Community al que hab¨ªa ido toda su vida, en Plymouth.
Un grupo de ni?os no dej¨® de meterse con ¨¦l desde que lleg¨® de los Juegos de Pek¨ªn, donde particip¨® y fue s¨¦ptimo, convirti¨¦ndose en una estrella medi¨¢tica en Inglaterra. Ayer, en Roma, bastaba con ver a Rob para jurar que su hijo se hab¨ªa tomado una merecida revancha.
Otra plata para Mengual y Fuentes
Gemma Mengual y Andrea Fuentes se colgaron la plata, la tercera de estos Mundiales, en d¨²o t¨¦cnico. Ahora esperan conquistar otras cuatro medallas. Pero para que sean de oro deber¨¢n derribar del trono a las rusas. En la tercera final del torneo, Rusia conquist¨® su tercer oro. En la especialidad de rutina t¨¦cnica no hay nadie que pueda con ellas. Los jueces las premiaron con 98.667 puntos por moverse por el agua como dos merluzas siguiendo la l¨ªnea del cartab¨®n. Las espa?olas, no tan rectas, ni tan sincronizadas, recibieron por su falta de adhesi¨®n al orden 97.333 puntos.
Gemma y Andrea no esperaban derrotar a las rusas, pero s¨ª consideraron que los jueces debieron valorarlas mejor. "Nos hemos superado a nosotras mismas, y con eso nos basta", dijo Fuentes, desafiando a la mesa del juzgado. "Punt¨²an como si supieran qu¨¦ van a puntuar antes de que se compita". En el Mundial de Montreal 2005, Mengual gan¨® una plata y tres bronces. En Melbourne 2007, cuatro platas y dos bronces. Ahora el equipo se ha propuesto ganar cinco platas en las pruebas m¨¢s t¨¦cnicas y dos oros en las libres. Falta el plato fuerte. La especialidad de las espa?olas: el solo, el d¨²o y el equipo libres, donde los jueces valoran m¨¢s la interpretaci¨®n art¨ªstica. Ah¨ª esperan superar a las rusas.
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