Resurge el debate racial
La detenci¨®n injustificada de un profesor negro obliga al presidente a admitir que la discriminaci¨®n persiste
La ¨²ltima y ¨²nica pregunta de la conferencia de prensa del mi¨¦rcoles del presidente que no vers¨® sobre sanidad ha situado a Barack Obama en el centro de una pol¨¦mica que ¨¦ste cuidadosamente hab¨ªa evitado desde que est¨¢ en la arena pol¨ªtica. Al primer presidente negro de Estados Unidos se le pregunt¨® por la detenci¨®n, la semana pasada, de Henry Gates, un profesor negro de Harvard arrestado en su propia casa. Gates hab¨ªa sido denunciado por una vecina que vio a dos "sospechosos" afroamericanos forzando la puerta de una vivienda. Gates regresaba de un viaje, se hab¨ªa olvidado las llaves y junto a un amigo logr¨® forzar la entrada. La polic¨ªa lleg¨® cuando Gates ya estaba dentro y a pesar de que pudo probar que ese era su hogar, el profesor fue detenido por "perturbar el orden", ya que se resisti¨® al arresto. Los cargos fueron retirados y el acad¨¦mico pudo regresar a su casa pocas horas despu¨¦s, tras ser fotografiado de frente y de perfil en la comisar¨ªa.
"La polic¨ªa actu¨® de manera est¨²pida al detenerlo", manifest¨® Obama
Las respuestas de Obama no han dejado a nadie indiferente. Respuestas porque hubo m¨¢s de una. Primero, el presidente calific¨® el comportamiento de la polic¨ªa de Harvard (Massachusetts) de "est¨²pido". "La polic¨ªa actu¨® de manera est¨²pida al detenerlo, cuando la prueba de su inocencia era que ¨¦l estaba en su propia casa", declar¨® el presidente.
La Casa Blanca evaluaba ayer los da?os de ese comentario y el polic¨ªa encargado del arresto de Gates se defend¨ªa. "No hice nada mal", dijo el sargento James Crowley, que se declar¨® muy decepcionado por el comentario de Obama. "Apoyo al 110% al presidente de Estados Unidos. Pero creo que se excedi¨® al criticar un asunto local sin conocer todos los detalles", declar¨® Crowley.
Segundo, Obama reconoci¨® que la raza segu¨ªa siendo un factor importante -de discrimina-ci¨®n- en la sociedad norteamericana y fue m¨¢s all¨¢ al asegurar que este trato desigual no s¨®lo lo sufr¨ªan los negros, sino tambi¨¦n los latinos. "Existe una larga historia de detenciones injustificadas" de negros y latinos por parte de la polic¨ªa, dijo.
Y tercero, el presidente, inteligentemente, quiso suavizar el tono de su mensaje, conocedor del terreno en el que se estaba adentrando, y se puso a s¨ª mismo como ejemplo. "Lo dicho anteriormente no significa que no se hayan hecho progresos incre¨ªbles", declar¨®. "Yo soy la prueba de ello", puntualiz¨® Obama.
A menos de cinco minutos del final de la conferencia de prensa se daba por hecho que el prop¨®sito original de la convocatoria acababa de quedar desvirtuado. Obama hab¨ªa hablado de racismo y hab¨ªa asegurado que era un tema pendiente. Hubo bromas al respecto. Como cuando el presidente dijo que sin duda ser¨ªa tiroteado si ¨¦l mismo intentaba forzar la puerta de la Casa Blanca. Pero todo el trabajo hecho en el pasado para evitar tocar un tema que, durante las elecciones, pod¨ªa llevar a muchos votantes a no elegir a un presidente negro qued¨® pulverizado.
Obama super¨® con ¨¦xito el esc¨¢ndalo provocado por el que fuera su pastor, Jeremiah Wright, y sus comentarios de antiamericanismo en plena campa?a electoral. Y hace tan s¨®lo una semana, el presidente dijo a los negros lo que ning¨²n blanco antes se hab¨ªa atrevido a decirles: que no tienen excusas para su fracaso, que la esclavitud pasada y la discriminaci¨®n actual no justifican el declive de esa raza.
Las organizaciones de derechos civiles y el propio Gates -58 a?os, considerado una eminencia en estudios afroamericanos y uno de los 20 docentes de Harvard que ostentan el prestigioso t¨ªtulo de profesor de universidad- se han manifestado "indignados" por la detenci¨®n. "No se trata de m¨ª", dijo Gates. "Se trata de la vulnerabilidad que sufren los hombres negros en Am¨¦rica". "Estamos ante un caso de acoso racial", insisten quienes apoyan al acad¨¦mico. "?C¨®mo si no puede explicarse que la llamada de una vecina que dice ver a dos hombres negros con mochilas a la puerta de una casa desemboque en una detenci¨®n cuando el implicado puede probar su inocencia?".
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