Quim¨¦rica Chim¨¦rica
Una quimera es un ser mitol¨®gico y fant¨¢stico, mezcla de dos especies animales distintas. El t¨¦rmino se utiliza tambi¨¦n en ingenier¨ªa gen¨¦tica para designar los seres producidos en el laboratorio con la mezcla de c¨¦lulas de animales diferentes. Para la Real Academia es "lo que se propone como posible o verdadero no si¨¦ndolo". El brit¨¢nico Niall Ferguson es el inventor de una quimera que adem¨¢s enuncia su propio nombre: Chim¨¦rica, palabra que utiliza para designar a un pa¨ªs imaginario formado por China y Am¨¦rica, a las que llama respectivamente Chim¨¦rica oriental y Chim¨¦rica occidental, y que en ingl¨¦s significa exactamente quim¨¦rica.
"Los chim¨¦ricos orientales son ahorradores; los chim¨¦ricos occidentales son consumidores. Los orientales se dedican a la manufactura; los occidentales a los servicios. Los orientales exportan; los occidentales importan. Los orientales acumulan reservas; los occidentales gestionan d¨¦ficits y producen bonos denominados en d¨®lares que son codiciados por los orientales". As¨ª es como este imaginativo historiador y periodista explica el funcionamiento de este coloso dual que domina y conduce el mundo, aunque s¨®lo sea por la fuerza de las grandes magnitudes: cuenta con un 13% del territorio mundial, una cuarta parte de la poblaci¨®n y un tercio del PIB del planeta.
Es otra denominaci¨®n para el G-2; es decir, un mundo gobernado por China y Estados Unidos
Hay complementariedad en la quimera de Ferguson, y a ella se debe precisamente el crecimiento de la econom¨ªa global en los ¨²ltimos a?os. Pero tambi¨¦n hay elementos que se repelen por su naturaleza misma. Las estructuras de poder en una y otra Chim¨¦rica no son tan s¨®lo distintas, sino abiertamente incompatibles. Los chim¨¦ricos orientales se rigen por un sistema oscurantista y secreto, en el que no se conocen las reglas y los sistemas de ascenso y selecci¨®n, que se producen en reuniones cerradas, seguidas de cr¨ªpticos comunicados y silenciosos gestos de asentimiento. Los chim¨¦ricos occidentales en cambio nada pueden hacer si no es a plena luz y bajo el escrutinio p¨²blico, de forma que quien quiere ascender debe someterse a un examen pormenorizado sobre su vida, sus opiniones e incluso sus parientes y amigos (v¨¦anse estos d¨ªas los prodigiosos interrogatorios parlamentarios a la juez Sonia Sotomayor, designada como juez del Supremo por Barack Obama). Los primeros sacrifican todo, incluso la libertad personal, a la estabilidad del sistema, al prestigio de la autoridad ¨²nica del partido y a la cohesi¨®n nacional. Los segundos, en cambio, ponen la libertad individual por encima de todo y s¨®lo conf¨ªan en las autoridades p¨²blicas sometidas al control de organismos independientes, y a la divisi¨®n y al equilibrio entre poderes.
Hay que subrayar que la parte oriental de Chim¨¦rica no ha hecho m¨¢s que ganar peso respecto a la occidental en los ¨²ltimos a?os, principalmente durante la etapa de Bush en la Casa Blanca. Pero es el actual presidente de Chim¨¦rica occidental el que tendr¨¢ que soportar la desventaja concedida. En la cumbre celebrada estos d¨ªas en Washington, la preocupaci¨®n de Pek¨ªn por el descontrol del d¨¦ficit p¨²blico americano y sus consecuencias en el valor de los bonos acumulados se ha hecho notar mucho m¨¢s que el desasosiego de Obama por la escasa consideraci¨®n hacia los derechos de las minor¨ªas y las libertades individuales por parte de las autoridades chinas.
Para que Chim¨¦rica tenga larga vida y sea la superpotencia del siglo XXI no basta con una buena ecuaci¨®n entre intereses mutuos, sino que hace falta algo m¨¢s de equilibrio y una cierta convergencia econ¨®mica y pol¨ªtica. Su primer y mayor servicio al conjunto del planeta, con el que deber¨¢ demostrar su propia consistencia, ser¨¢ reducir sus emisiones de gases a la atm¨®sfera, de la que es l¨ªder absoluto y por ello principal responsable de los males que se vinculan al calentamiento global: el 40% de las emisiones le pertenecen, y si su parte occidental es ahora el primer emisor con el 22%, la oriental es el segundo con el 18,5% y pronto se convertir¨¢ en el primero.
Chim¨¦rica es tambi¨¦n el nombre que podemos darle a un mundo gobernado, la otra denominaci¨®n del G-2, la instituci¨®n que va a sustituir al G-8 y al G-20 si los otros, tambi¨¦n los europeos, no espabilan. Pero mundo y gobernado son por el momento t¨¦rminos tan quim¨¦ricos como la propia Chim¨¦rica. Para que funcionen en el futuro uno y otra, los actuales t¨¦rminos tan desproporcionados de la ecuaci¨®n que han sido la garant¨ªa de ¨¦xito deben empezar a invertirse. Y por este lado, el econ¨®mico, son los occidentales quienes deben realizar el mayor esfuerzo. Pero la mayor convergencia debe ser pol¨ªtica, y ah¨ª el esfuerzo corresponde a los chim¨¦ricos orientales, aunque algo tendr¨¢ que hacer Obama para animarles. Sin pluralismo pol¨ªtico, sin un sistema judicial independiente y una democracia parlamentaria eficaz, sin medios de comunicaci¨®n libres en su parte oriental, Chim¨¦rica seguir¨¢ siendo una quimera, que en cualquier momento puede desarrollar sus reflejos m¨¢s monstruosos y amenazantes.
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