Islandia y el paraguas europeo
Con el d¨¦bil respaldo parlamentario de 33 votos a favor, 28 en contra y 2 abstenciones en su Parlamento, el Gobierno de Islandia present¨® solicitud de adhesi¨®n a la Uni¨®n Europea el pasado 23 de julio, aprovechando que su valedor, Suecia, ostenta la presidencia del Consejo de la UE. La solicitud ha ca¨ªdo bien. El Consejo de Ministros del 27 de julio acept¨® la demanda encargando a la Comisi¨®n Europea que elabore el preceptivo dictamen sobre la "integrabilidad" de Islandia a Europa.
Islandia, con 315.000 habitantes, un alto nivel de vida y un alto indice de desarrollo humano, no es una reci¨¦n llegada a la integraci¨®n europea. Ya en 1970 entr¨® en la entonces importante Asociaci¨®n Europea de Libre Comercio (EFTA) que se hab¨ªa formado en 1960 despu¨¦s de que el Reino Unido decidiera permanecer al margen de la Comunidad Europea creada por el Tratado de Roma de 1957. Islandia sigue siendo hoy miembro de la EFTA junto a Suiza, Noruega y Liechtenstein y completa su vertebraci¨®n en Europa participando en el Espacio Econ¨®mico Europeo (EEE) formado por los pa¨ªses miembros de la UE y Noruega, Liechtenstein y ella misma. Pese a lo reducido de su administraci¨®n p¨²blica, Islandia es miembro de todas las grandes instituciones internacionales y las europeas.
La solicitud de ingreso en la UE de este peque?o pa¨ªs se ha precipitado por su crisis financiera
?Por qu¨¦, pues, el Gobierno island¨¦s ha decidido ahora solicitar su ingreso en la Uni¨®n Europea? ?Es que no ten¨ªa bastante con el "todo menos las instituciones" que de hecho supone formar parte del Espacio Econ¨®mico? ?Es que su Gobierno ha medido suficientemente el esfuerzo que para su diplomacia significar¨ªa tener que atender la participaci¨®n en todas las reuniones que la UE realiza regularmente en Bruselas, Luxemburgo, Estrasburgo y hasta en otras sedes que albergan determinadas agencias europeas? ?Es que el Gobierno island¨¦s est¨¢ seguro de que obtendr¨¢ la ratificaci¨®n de las condiciones de acceso que lleguen a establecerse tras las negociaciones que se abrir¨¢n despu¨¦s de que la Comisi¨®n elabore el dictamen que le ha encargado el Consejo de Ministros, teniendo en cuenta el estrecho margen de mayor¨ªa parlamentaria en que bas¨® su solicitud de ingreso?
La respuesta a todas estas preguntas no es f¨¢cil. La demanda de adhesi¨®n m¨¢s parece responder al deseo del Gobierno de Reykjavik de no estar solo y cobijarse en el "paraguas" europeo de cara a la crisis financiera en la que su pa¨ªs est¨¢ atrapado desde 2008, que a una vocaci¨®n europe¨ªsta. Islandia ha tenido que pedir pr¨¦stamos de hasta 6.000 millones de d¨®lares aportados conjuntamente por el Fondo Monetario Internacional, el Banco Central Europeo, la Reserva Federal y algunos pa¨ªses amigos encabezados por sus compa?eros escandinavos, pero sabe que el paraguas comunitario ser¨ªa una garant¨ªa adicional para resolver sus problemas.
Para la UE aceptar a Islandia no resulta problem¨¢tico si acepta los criterios de Copenhague exigidos para los Estados europeos que pretendan entrar en el club (estado de derecho democr¨¢tico, econom¨ªa de mercado en funcionamiento y asunci¨®n de la normativa europea en su integridad). Islandia, de hecho, ya tiene asumida una parte importante de la treintena de cap¨ªtulos en que se divide la normativa europea de ampliaciones por su condici¨®n de pa¨ªs miembro del EEE.
Por otra parte aceptar una econom¨ªa rica de s¨®lo 315.000 habitantes dentro del contexto de una Uni¨®n de 27 miembros con casi 500 millones de habitantes no parece que vaya a tener grandes consecuencias econ¨®micas.
Por ¨²ltimo, Europa tiene una amplia experiencia de ampliaciones: la de 1973 (Reino Unido, Dinamarca e Irlanda); las de los ochenta con ingreso de tres ex dictaduras mediterr¨¢neas (Grecia, Portugal y Espa?a); la de 1990 con la reunificaci¨®n alemana; la de 1995 con tres pa¨ªses de la EFTA (Austria, Finlandia y Suecia); la de 2004 con siete pa¨ªses ex comunistas (Estonia, Letonia, Lituania, Polonia, Hungr¨ªa, Rep¨²blica Checa, Eslovaquia) y tres mediterr¨¢neos (Eslovenia, Chipre y Malta), y la de 2007 con dos pa¨ªses del Mar Negro (Bulgaria y Rumania), am¨¦n de estar ahora negociando el ingreso de Croacia y la Antigua Republica Yugoslava de Macedonia y la muy conflictiva posible incorporaci¨®n de Turqu¨ªa.
Para Islandia la situaci¨®n se presenta m¨¢s complicada pese a haber aceptado ya en 1993 todas las pol¨ªticas europeas y normas de mercado interior incluidas en el Tratado de Oporto creador del EEE. Un pa¨ªs que quiera entrar en la Uni¨®n Europea puede negociar plazos y periodos transitorios, pero debe aceptar la normativa europea en su integridad, incluida, por ejemplo, la apertura de sus ricos caladeros a los pesqueros europeos, as¨ª como ser parte del juego presupuestario como pa¨ªs rico que es y participar en todas las instituciones comunitarias con personal suficiente.
El Gobierno island¨¦s sabe que Noruega lleg¨® a firmar sendos tratados de adhesi¨®n en 1972 y 1994 pero sus ciudadanos los rechazaron en refer¨¦ndum. Ni Islandia ni Europa pueden, pues, caer en triunfalismos y habr¨¢ que ir viendo si una nueva ampliaci¨®n con Islandia, Croacia y Macedonia llega a hacerse realidad pr¨®ximamente. En cualquier caso, Turqu¨ªa seguir¨¢ siendo un asunto aparte.
Francesc Granell, catedr¨¢tico de la Universidad de Barcelona, fue jefe negociador de la Comisi¨®n Europea para el ingreso de Finlandia en la UE.
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