"Yo no me llev¨¦ el dinero"
"Los bancos son entidades autorizadas para robar. Te cobran hasta por respirar". Lo dice Jos¨¦ P¨¦rez D¨ªaz, de 57 a?os, conocido como Pepe el del Popular, reci¨¦n aterrizado en Madrid procedente de M¨¦xico. Viste una camisa blanca que tiene bordado junto al coraz¨®n el nombre de la empresa de azulejer¨ªa castellonense (Decocer) para la que trabaja ahora. Durante 18 a?os fue uno de los fugitivos de oro de la justicia espa?ola, acusado de un supuesto fraude de 6.000 millones de pesetas (36 millones de euros). Hasta que en marzo pasado fue detenido al salir del consulado de Estados Unidos en M¨¦xico, adonde hab¨ªa ido a recoger su visado para viajar a Chicago.
"Cuando solicit¨¦ la visa, me tomaron las huellas de todos los dedos, menos de uno. Ya ve que me falta el dedo coraz¨®n de la mano izquierda. 'Ya vali¨® gorro', pens¨¦. Es una expresi¨®n que significa algo as¨ª como 'ya la he cagado'. Ped¨ª que me enviaran la visa por correo. Pero un d¨ªa me avisaron para que fuese a recogerla en persona. Sab¨ªa que me iban a agarrar. Ten¨ªa tres opciones: una, que fuera y me agarraran; dos, que no fuera y que vinieran a buscarme a casa, y tres, huir. Pero yo no estaba por huir".
"Tom¨¦ precauciones, claro, pero yo creo que a m¨ª no me quisieron encontrar"
Se fug¨® en 1991, siendo director de la sucursal n¨²mero 1 del Banco Popular en Santander. Entonces se dijo que hab¨ªa seleccionado a 300 clientes y les hab¨ªa ofrecido ganancias superiores al 12%. Seg¨²n la versi¨®n policial, el dinero obtenido lo hab¨ªa ingresado en libretas y cuentas corrientes, pero jam¨¢s lo pas¨® a la contabilidad oficial del banco. "Hoy no habr¨ªa huido. Pero en aquella ocasi¨®n tuve amenazas del entorno del banco y mal asesoramiento. Hubo gente que me aconsej¨®: 'Pepe, p¨¦late'. Y me largu¨¦. Fui de Santander a Par¨ªs en coche, y luego vol¨¦ a Miami y M¨¦xico".
"Yo no me llev¨¦ el dinero. Eso es falso. Llegu¨¦ a M¨¦xico con 700.000 pesetas. Al poco tiempo, trabaj¨¦ durante nueve meses de administrador de obras. Luego fui camarero, tuve un bar con un espa?ol, distribuidor de pintura para obras... y los 12 ¨²ltimos a?os he trabajado como vendedor de azulejos espa?oles. ?Usted cree que habr¨ªa hecho todo eso si tuviera 6.000 millones en el bolsillo?".
"Si el banco tiene una enorme capacidad para investigar, no s¨¦ c¨®mo no ha probado a¨²n que me llev¨¦ el dinero. Me pueden investigar a m¨ª y a toda mi familia y ver¨¢n que he tenido dificultades para sobrevivir. Si yo tuviera esa plata de la que hablan, no habr¨ªa pasado ahora mismo 40 d¨ªas vendiendo azulejos en Per¨², Colombia, Venezuela, Costa Rica, Honduras, Guatemala y El Salvador".
Estando preso en el Puerto de Veracruz el pasado abril, Pepe declar¨® a EL PA?S que "dar¨ªa la cara" y ofrecer¨ªa explicaciones. Ahora, en cambio, reh¨²sa hacerlo. "Todav¨ªa no puedo", explica. "El caso est¨¢ pendiente del recurso interpuesto por el abogado del banco", dice.
Durante sus 18 a?os de fuga, Pepe ha residido en M¨¦xico DF y en Morelos. A los tres meses de arribar al pa¨ªs azteca, se inscribi¨® con el falso nombre de Roberto Garc¨ªa G¨®mez en un equipo de f¨²tbol de aficionados. Con ese carn¨¦, se sac¨® el permiso de conducir. Y con esos papeles obtuvo luego un pasaporte mexicano aut¨¦ntico.
?C¨®mo se vive siendo un fugitivo de oro? "Vivir con una doble identidad es complicado. Requiere disciplina y autocontrol", explica. "Me encerr¨¦ en casa y cre¨¦ el personaje de Roberto. Me olvid¨¦ de Pepe. Un d¨ªa alguien grit¨®: ?Pepeee! en la calle... y ni me volte¨¦. Incluso me encontr¨¦ con gente del banco, a la que conoc¨ª durante 18 a?os en el Popular. Tom¨¦ precauciones, claro, pero yo creo que no me quisieron encontrar".
Pepe, alejado de su esposa, conoci¨® en 1994 en Tepoztl¨¢n a Diana Judith Ortega, que era presidenta local del PRI, el partido que ostent¨® el poder en M¨¦xico desde 1929 a 1997. "Ella nunca supo qui¨¦n era yo", afirma. Con ella engendr¨® un hijo, Roberto, que hoy tiene 10 a?os. Todos, junto con una hija de Diana, abogada, se trasladar¨¢n a vivir a Espa?a. ?Y no deja nada en M¨¦xico? "S¨ª, por ejemplo, unos 150.000 euros que no puedo sacar del banco porque ya he dejado de ser Roberto Garc¨ªa".
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