La consagraci¨®n de los mediocres
Nadadores discretos como Zhang y Biedermann baten r¨¦cords gracias a los ba?adores
Cornel Marculescu, el director ejecutivo de la Federaci¨®n Internacional de Nataci¨®n (FINA), asegur¨® cuando comenzaron los Mundiales que garantizaba que todos los nadadores competir¨ªan en igualdad de condiciones. Para explicarlo, dijo: "Todos tendr¨¢n derecho a un ba?ador gratis". Al efecto, abri¨® diez tenderetes en los que los nadadores formaron colas de hasta dos horas para recoger su traje. Los chinos eligieron el modelo de Speedo de 2008, recubierto en un 50% de poliuretano. Entre ellos estaba Zhang Lin, un joven pequin¨¦s que, a los 22 a?os, hab¨ªa superado de lejos la edad en la que se manifiestan los talentos extraordinarios. Otro buen nadador que hab¨ªa traspasado esa l¨ªnea sin demostrar nada fabuloso era el alem¨¢n Paul Biedermann. A los 23 a?os, el de Halle no acudi¨® al tenderete. Tra¨ªa su propio ba?ador de Alemania. Era un Arena que, a imitaci¨®n del Jaked, estaba completamente forrado de goma. Sin sospecharlo, Zhang y Biedermann se dispon¨ªan a batir r¨¦cords mundiales legendarios en los 800 y los 200 metros libre respectivamente. Marcas que parec¨ªan destinadas a perdurar muchos a?os.
El chino hizo dos horas de cola, cogi¨® el traje que le dio la FINA y baj¨® en 20s su marca
En la ¨¦poca en que la nataci¨®n med¨ªa s¨®lo seres humanos, las grandes empresas ten¨ªan otro ritmo. Michael Phelps empez¨® a atacar el r¨¦cord de Ian Thorpe de 200 libre cuando ten¨ªa 19 a?os y lo bati¨® con 21. En los Juegos Ol¨ªmpicos de Pek¨ªn hizo 1m 42,96s. Una gesta inalcanzable a corto plazo. Al menos, seg¨²n las viejas proporciones. Eso se acab¨® en Roma cuando Biedermann se enfund¨® su Arena.
Biedermann, que tiene un a?o menos que Phelps, ven¨ªa de pasar por los Juegos de Pek¨ªn sin pena ni gloria. Su mayor logro hab¨ªa sido un quinto puesto en la final de 200 libre, en la que hizo 1m 46s. En la final ol¨ªmpica de 400 libre no estuvo. No se clasific¨®. En Roma pas¨® de la cuarta fila al lugar reservado a los superdotados. El ba?ador Arena le ayud¨® a mantener en la superficie sus 100 kilos de peso, sobre todo en los ¨²ltimos 50 metros, cuando suele aparecer el cansancio. "De peque?o, era gordito", dijo. De mayor, es una mole. Bien entrenada, pero sin condiciones innatas para este deporte. Las manos peque?as y el pie de talla 43 no le parangonaban a los nadadores m¨ªticos. Sin embargo, bati¨® el r¨¦cord de 400 libre que Thorpe ostentaba desde 2002. Y luego bati¨® el de 200 que Phelps hab¨ªa tardado a?os en derribar. Manfred Thiesmann, seleccionador alem¨¢n durante 28 a?os, se qued¨® perplejo: "Desde el punto de vista de la ciencia del entrenamiento, no me lo explico. Es una locura".
Zhang Lin empez¨® como fondista puro. Como sus resultados fueron mediocres, en 2008, bajo la direcci¨®n t¨¦cnica del australiano Denis Cotterell, se pas¨® a la media distancia. Gan¨® la plata en 200 libre en Pek¨ªn. En Roma lleg¨® tercero a la meta de la final de los 400. Entonces, tras ver a Biedermann, resolvi¨® cambiar de ba?ador. Dej¨® el Speedo por el Jaked, que es totalmente impermeable, y nad¨® la final de 800 embutido en el mono impermeable. El resultado fue algo nunca visto en una piscina. Hasta los 500 nad¨® al ritmo del r¨¦cord mundial del australiano Hackett. Los ¨²ltimos 300 los hizo en un sprint. Si el ¨²ltimo 100 de Hackett, en 2005, fue asombroso (56,54s), el ¨²ltimo 100 de Zhang fue sobrehumano (54,09s). Recort¨® la plusmarca en m¨¢s de seis segundos y mejor¨® su mejor registro en 20.
Cotterell, que entren¨® a Hackett durante 15 a?os, no puede estar m¨¢s cualificado para compararlos: "Si se hubiera puesto el Jaked, Zhang habr¨ªa ganado los 400 tambi¨¦n. El ba?ador le ayud¨®. Porque, como nadador, todav¨ªa no es mejor que Hackett. Hackett era mejor en los entrenamientos. Para saber si es tan bueno, Zhang deber¨¢ nadar sin ba?ador de goma. Pero quitarse el Jaked ahora ser¨ªa una estupidez".
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