Adocenados en Internet
Las masas son conservadoras, tambi¨¦n en la Red, y frenan las ideas rompedoras - El sistema tiende al consenso pero hay diversidad en la gesti¨®n
Salvo por la censura en algunos pa¨ªses, la Red es un espacio universal y democr¨¢tico. ?sa es su gran virtud, y est¨¢ basada en una especie de axioma, o de ley no vinculante, que rige sus protocolos de programaci¨®n: el principio del end-to-end, que puede significar de terminal a terminal, de usuarios a usuario, o de igual a igual (peer to peer).
Este principio, que es el cimiento del juego internacional de protocolos ITP (Internet Protocol Suite), conmina a los programadores a situar los controles lo m¨¢s cerca posible de los usuarios, o de la fuente y el usuario. Los protocolos que rigen el intercambio de informaci¨®n deben estar en los m¨¢rgenes del sistema, por as¨ª decir.
Pero "el control est¨¢ desplaz¨¢ndose de los m¨¢rgenes a los proveedores de servicios que ocupan el centro del sistema", dice el polit¨®logo Viktor Mayer-Sch?nberger, de la Universidad Nacional de Singapur. Mayer-Sch?nberger publica en la revista Science (325:396) un provocador an¨¢lisis titulado ?Podemos reinventar la web?
Gali asegura que la Red ha sido neutral ante avances como el P2P o Skype
En el m¨®vil, sin embargo, el operador controla los contenidos
Sch?nberger afirma que la estructura de la 'web' obstaculiza la innovaci¨®n
El 'software' de verdad novedoso se propaga mal por Internet
La conclusi¨®n de Mayer-Sch?nberger es que la actual arquitectura de la web es un obst¨¢culo para la innovaci¨®n. Y esto empieza por los mism¨ªsimos creadores de esa arquitectura: todos los programadores utilizan los mismos canales para presentar y discutir sus ideas (por ejemplo, el Facebook para programadores, dise?ado por los propios programadores).
Esto no s¨®lo reduce la diversidad intelectual, seg¨²n el cient¨ªfico de Singapur, sino que de hecho estimula el adocenamiento, y pr¨¢cticamente impide que las ideas realmente nuevas, las rupturas radicales con el pensamiento inercial del grupo, entren en el sistema, aunque s¨®lo sea para poder discutirse en ¨¦l.
"Los investigadores que apoyan la neutralidad de red (network neutality) temen que Internet pueda perder su impulso innovador", dice el polit¨®logo. Seg¨²n su an¨¢lisis, los programadores deben "reconstruir" (rewire) desde cero, y por completo, las actuales redes sociales.
La neutralidad de red es un concepto importante. El presidente Obama lo llev¨® como un punto destacado en su campa?a, y ha insistido en ¨¦l desde la Casa Blanca. Y el Parlamento Europeo lo ha incorporado en el paquete teleco (Telecoms Package) de reformas legales sobre el sector, que aprob¨® por goleada el pasado 6 de mayo.
De ratificarse por los ministros de comunicaciones, el paquete teleco ser¨¢ la primera norma europea que reconozca el acceso a Internet como un "derecho fundamental", a la misma altura que la libertad de expresi¨®n. Tambi¨¦n forzar¨¢ a las empresas de comunicaciones y a los proveedores de servicios de Internet (ISP) a comunicar a los usuarios cualquier violaci¨®n de la intimidad de sus datos personales.
Y tambi¨¦n estimular¨¢ la neutralidad de red, espoleando a los reguladores nacionales -la Comisi¨®n del Mercado de las Telecomunicaciones (CMT) en Espa?a- a que "fijen un nivel m¨ªnimo de calidad para los servicios de acceso a Internet". Y tambi¨¦n a que impidan a los proveedores ISP "degradar la calidad de ciertos servicios con su gesti¨®n del tr¨¢fico de informaci¨®n". La pol¨¦mica sobre estos puntos -tanto entre usuarios como entre ministros- es considerable en toda Europa.
La compa?¨ªa Apple sac¨® su nuevo navegador de Internet Safari 4 a principios de junio. En s¨®lo tres d¨ªas ya se lo hab¨ªan descargado 11 millones de usuarios. "Pero estos programas suelen ser cambios menores del software que ya tienen las m¨¢quinas", dice Mayer-Sch?nberger. "Aunque estas puestas al d¨ªa sean beneficiosas, dicen muy poco sobre la capacidad de Internet para innovar los c¨®digos".
El cient¨ªfico de la computaci¨®n Ricardo Galli, de la Universidad de las Islas Baleares, discrepa: "La hip¨®tesis de Mayer-Sch?nberger es que la neutralidad de la red s¨®lo sirve para facilitar la distribuci¨®n del software que instalan los usuarios, y asume que esa es la innovaci¨®n en Internet. Nada m¨¢s lejano a la realidad". Galli no s¨®lo es un experto en redes sociales, sino tambi¨¦n el creador de Men¨¦ame, el primer agregador de noticias en espa?ol (una selecci¨®n de noticias aportadas y votadas por sus propios usuarios).
"Cuando se defiende el end-to-end (o el peer-to-peer) como fundamento de la innovaci¨®n se hace porque permite que cualquier pueda poner en marcha un nuevo servicio sin pedir autorizaci¨®n a nadie", explica el cient¨ªfico espa?ol. "Por ejemplo, cuando se invent¨® el http [protocolo de transferencia de hipertexto, la sintaxis de la red], o el ssh
[el protocolo para acceder a ordenadores remotos], no hizo falta negociar con las operadoras para que pudieran funcionar en todo Internet. Lo mismo vale para cualquier servicio de radio, v¨ªdeo, streaming, VoIP o P2P".
Esto demuestra que la Red ha sido "neutral" en esos casos, argumenta el cient¨ªfico, puesto que la neutralidad de red es necesaria para que esa distribuci¨®n funcione. "Skype, por ejemplo, no ha tenido problemas en usarse y popularizarse en la Internet neutral, pero no ocurre lo mismo en Internet por m¨®vil, donde no existe tal neutralidad".
Galli recuerda los casos de Apple, que prohibi¨® el sistema de voz Google Voice, o el de operadoras como Vodafone y Telef¨®nica, que proh¨ªben expl¨ªcitamente el sistema VoIP. "Estos problemas son m¨¢s notables en Jap¨®n, donde la mayor¨ªa del tr¨¢fico pasa por operadoras m¨®viles", explica Galli. "All¨ª tienes que negociar la letra peque?a de los contratos con las operadoras". (Hay un foro abierto sobre este asunto en http://twitter.com/kirai/status/2911033486).
Mayer-Sch?nberger, sin embargo, argumenta que el software verdaderamente novedoso suele propagarse muy mal por la Red. En parte porque es m¨¢s c¨®modo seguir con el antiguo, pero tambi¨¦n porque el efecto red (el boca a boca entre internautas) juega en su contra. Las masas son conservadoras por naturaleza, y la Red no ha cambiado la naturaleza humana. Incluso para un gigante como Microsoft, ha sido una pesadilla persuadir a los usuarios para que cambiaran su viejo Windows XP por el nuevo Windows Vista. "Tambi¨¦n el cambio del protocolo IPv4 al IPv6 ha sido dolorosamente lento", dice Mayer-Sch?nberger. La Red es m¨¢s resistente al cambio de lo que suele pensarse, seg¨²n el cient¨ªfico de Singapur.
La Red puede ser muy creativa. Wikipedia, la enciclopedia libre (www.wikipedia.org), no es s¨®lo la principal web mundial de referencia y consulta, sino tambi¨¦n la mayor enciclopedia de la historia. Sus 13 millones de art¨ªculos en 260 idiomas -medio mill¨®n en espa?ol, tres millones en ingl¨¦s- han sido escritos o est¨¢n siendo editados ahora mismo por 75.000 voluntarios de todo el mundo. Es una obra colectiva internacional. Y recibe 65 millones de visitas al mes.
El mismo software libre, o de c¨®digo abierto (open source), es una forma enteramente nueva de crear programas que implica la intervenci¨®n de los usuarios. La gente usa la versi¨®n inicial del programa, encuentra los fallos, discute los cambios y mejora mucho la versi¨®n siguiente. Todo eso es perfecto. El problema es la arquitectura de las redes que usan para comunicarse: las actuales redes sociales.
"La confianza en las redes sociales puede convertir el desarrollo de software libre en un sistema tan conservador como el comercial", dice Mayer-Sch?nberger. "Los proyectos de c¨®digo abierto suelen constar de unos pocos programadores, y de muchos informantes o comentaristas, pero todos est¨¢n conectados por una red social; y la arquitectura de las redes sociales no estimula la innovaci¨®n radical".
La clave est¨¢ en los agujeros estructurales, un concepto introducido por el soci¨®logo Ronald Burt, profesor de estrategia de la Chicago Booth (la escuela de negocios de la Universidad de Chicago). Las redes sociales son tupidas: cualquier usuario tiene un nexo directo con cualquier otro. Y estimular la diversidad requiere una arquitectura mucho m¨¢s despejada, con pen¨ªnsulas sueltas separadas por itsmos (los agujeros estructurales de Burt).
Los modelos de Burt no le sonar¨¢n extra?os a un bi¨®logo. El principal mecanismo de especiaci¨®n, o generaci¨®n de nuevas especies, es el modelo alop¨¢trico formulado por el matem¨¢tico Sewall Wright hace 80 a?os. Las poblaciones grandes -por ejemplo, una especie entera- son muy resistentes al cambio evolutivo, porque cualquier innovaci¨®n tiende a diluirse, aun cuando sea beneficiosa.
Pero Wright vio que las poblaciones peque?as y relativamente aisladas poseen, como mera consecuencia de su tama?o, unas propiedades estad¨ªsticas peculiares que las hacen proclives al cambio r¨¢pido. Las innovaciones ventajosas tienen m¨¢s oportunidades de prosperar. Incluso una variante neutra -la que no aporta ninguna ventaja- puede imponerse como simple consecuencia del error de muestreo: el mero hecho de que la poblaci¨®n peque?a no contiene inicialmente una representaci¨®n justa de todos los genes existentes en la poblaci¨®n grande, o en la especie.
Las nuevas especies, por esta raz¨®n, no suelen surgir de la transformaci¨®n paulatina de una especie entera preexistente, sino de peque?as poblaciones que habitan los m¨¢rgenes del sistema. La innovaci¨®n biol¨®gica tambi¨¦n depende de los itsmos, o de los "agujeros estructurales" de Burt.
El problema con la arquitectura de las redes sociales actuales, seg¨²n Mayer-Sch?nberger, es que carece de agujeros estructurales. No son pen¨ªnsulas separadas por itsmos, sino un continente entero y compacto. Esta conclusi¨®n, sin embargo, no se puede considerar demostrada. "Mayer-Sch?nberger asume que las conexiones de una red social afectan negativamente a la innovaci¨®n", dice Galli, "y ¨¦sta es una hip¨®tesis como m¨ªnimo muy arriesgada".
El f¨ªsico Albert-L¨¢szl¨® Barab¨¢si, de la Universidad de Notre-Dame en Indiana, ha mostrado que Internet, como otros sistemas complejos, tiende a formar espont¨¢neamente la arquitectura del mundillo (small world): unos pocos nodos est¨¢n hiperconectados, algunos m¨¢s tienen dos o tres nexos, y la mayor¨ªa s¨®lo se conecta por un nexo. Bastan seis pasos -suelen bastar menos- para conectar cualquier nodo con cualquier otro, pero la arquitectura no es tupida, como en el primer modelo de Burt. M¨¢s bien presenta agujeros estructurales, o itsmos entre pen¨ªnsulas hiperconectadas.
"Mayer-Sch?nberger asume que todos los desarrollos de software libre est¨¢n basados en el consenso, o en comit¨¦s", dice Galli. "Y esto no es verdad, hay much¨ªsima diversidad en la forma de gestionar. Algunos proyectos son por grandes consensos, es cierto, y otros tienen comit¨¦s, en efecto, y los hay con un dictador benevolente, como le suelen llamar a Linus Torvalds [el padre del sistema Linux) que toma la palabra final. Pero otros son m¨¢s flexibles y dejan las decisiones a los responsables de m¨®dulos o aplicaciones".
"Si hay que elegir un t¨¦rmino medio", concluye Galli, "las innovaciones son propuestas por una o unas pocas personas. Si convencen al responsable directo de ese m¨®dulo, pr¨¢cticamente son aceptadas, y en algunos casos el dictador benevolente tiene la ¨²ltima palabra de si lo acepta o no en el c¨®digo".
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