"A¨²n no he visto las im¨¢genes"
Ha hablado de ese instante hasta la saciedad. La secuencia est¨¢ dibujada en su cabeza. Pero nunca la ha visto. Hasta hoy. "Espero que me tranquilice". Mar¨ªa Victoria Mu?oz, auxiliar de enfermer¨ªa, tiene una cita esta ma?ana para ver el v¨ªdeo de la muerte de su hijo, Carlos Palomino, un joven de 16 a?os que muri¨® apu?alado el 11 de noviembre de 2007 en un vag¨®n. Las im¨¢genes, grabadas por las c¨¢maras de seguridad del metro de Madrid, fueron difundidas por EL PA?S el pasado 10 de mayo. La madre del chico, vecina del barrio madrile?o de Vallecas, lleva meses prepar¨¢ndose con una psic¨®loga para enfrentarse a la grabaci¨®n.
El v¨ªdeo muestra la llegada del soldado Josu¨¦ Est¨¦banez -en prisi¨®n preventiva desde entonces- a la estaci¨®n de Legazpi con una navaja abierta y oculta en la espalda. El militar, ataviado con ropa de est¨¦tica nazi, se dirig¨ªa a una manifestaci¨®n xen¨®foba de las Juventudes de Democracia Nacional. Carlos y sus amigos, que entran cuando las puertas se abren, iban al mismo lugar con el objetivo contrario: reventar la manifestaci¨®n. Rodean al soldado. Palomino le coge la sudadera. Y ¨¦l, en un r¨¢pido movimiento, le asesta una pu?alada mortal en el ventr¨ªculo izquierdo del coraz¨®n. Todo en menos de dos segundos.
"Yo me digo que el v¨ªdeo no puede afectarme m¨¢s que perder a mi hijo"
"Jam¨¢s estar¨¦ preparada para verlo, son los ¨²ltimos momentos de mi hijo con vida", reflexiona la mujer, "pero es lo que yo me digo: no me puede afectar m¨¢s que el hecho de haberlo perdido". Conf¨ªa en quedarse m¨¢s tranquila cuando haya puesto figuras reales a la secuencia que se repite en su mente. Quiere ver con sus ojos que Palomino no agredi¨® a nadie. "Cuando muri¨®, los medios lo atribuyeron a una pelea entre una banda de nazis y otra de antifascistas; ahora todos saben que no fue as¨ª".
La madre, de baja laboral desde que muri¨® su ¨²nico hijo, pasa la mayor¨ªa del tiempo en la habitaci¨®n de Palomino, rodeada de sus fotograf¨ªas. All¨ª duerme. Medicada. All¨ª se levanta. "Unos d¨ªas, mejor; otros, peor", admite con una sonrisa leve. Vive con su madre, la abuela de Palomino, que pide perd¨®n a Dios sentada en el sof¨¢ antes de desear "lo peor" al supuesto asesino de su nieto Carlos. La anciana apenas aparta los ojos del televisor cuando se le pregunta c¨®mo se encuentra: "Cada d¨ªa peor, peor".
Mar¨ªa Victoria Mu?oz tiene altibajos. "La ¨²ltima semana ha sido mala, he reca¨ªdo por lo del juicio, la psic¨®loga dice que sufrir¨¦ un retroceso", admite. El pr¨®ximo 14 de septiembre comienza la vista por la muerte de Palomino. El fiscal pide 29 a?os de c¨¢rcel para Josu¨¦ Est¨¦banez: 17 por asesinato, y otros 12 por "homicidio en grado de tentativa" por apu?alar a un amigo del fallecido en las costillas durante la revuelta que se form¨® en el vag¨®n despu¨¦s de que empujara a Palomino fuera.
La madre, personada como acusaci¨®n particular, est¨¢ llamada a declarar el 17 de septiembre. Ha pedido que se adelante su comparecencia para no perderse ni un segundo del juicio. Al ser testigo, no podr¨¢ entrar en la sala como p¨²blico hasta despu¨¦s de prestar declaraci¨®n.
Durante la conversaci¨®n, a veces, habla de su hijo en presente. "Como Carlos dice... como Carlos hace...". Recuerda algunas de sus virtudes ("un chico muy alegre, deportista, que bromeaba con todo el mundo"). Se para tambi¨¦n en sus defectos ("un negado para los estudios", "con mucho genio"). Ya se ha acostumbrado, asegura, "a los insultos y comentarios en las p¨¢ginas de apolog¨ªa nazi". Revisa casi a diario esas web desde el ordenador de la habitaci¨®n de su hijo. Las ha registrado en su listado de favoritos. Imprime y guarda para denunciar "m¨¢s adelante" los comentarios en los que Palomino aparece "como ultraviolento, drogadicto o alcoh¨®lico".
Asegura que mantiene "una lucha" en nombre de su hijo. Pero no s¨®lo por ¨¦l. Preside la Asociaci¨®n de V¨ªctimas de la Violencia Fascista, Racista y Hom¨®foba. De momento, unas cuantas familias que se re¨²nen de forma espor¨¢dica. No quieren subvenciones, explica, s¨®lo un local para atender a la gente.
?Cree que alcanzar¨¢ la tranquilidad alg¨²n d¨ªa? "Me quedar¨¦ tranquila con una sentencia digna, pero la ausencia de mi hijo la arrastrar¨¦ toda la vida".
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