A los pies de Eudora
Eudora Welty ten¨ªa 35 a?os cuando el cartero subi¨® los escalones del porche de su casa en Jackson, Mississippi, y llam¨® a la puerta. Todos en Jackson conoc¨ªan a Eudora. La ciudad es la capital del Estado de Mississippi, pero hubo un tiempo, cuando Welty era una ni?a, en que era posible ir a pie a todas partes y, al caminar, se escuchaba la m¨²sica de los pianos saliendo por las ventanas abiertas. En una ciudad as¨ª, anclada en el sur, los vecinos se conocen bien y pueden contar sin esfuerzo la historia de cada familia desde que el primer miembro pusiera all¨ª sus pies. Eso suced¨ªa en Jackson. El cartero sab¨ªa al dedillo que la madre de Eudora hab¨ªa nacido en West Virginia, donde trabaj¨® como maestra, y que el padre, natural de Ohio, hab¨ªa dise?ado aquella s¨®lida casa de estilo Tudor, con altos techos y suelos encerados, delante de cuya puerta de entrada ahora aguardaba con una carta en la mano. Como buen vecino de Jackson, el cartero estaba al tanto de que Eudora segu¨ªa soltera y se ganaba la vida como escritora, igual que era capaz de decir sin equivocarse a qu¨¦ se dedicaban los otros dos hermanos Welty. Lo que el hombre no sab¨ªa es qu¨¦ hab¨ªa dentro de ese sobre blanco que firmaba un tal William Faulkner.
Sus textos son descriptivos y sugerentes, como sus fotos, pero mucho m¨¢s perturbadores. No obstante, conserv¨® el ojo del fot¨®grafo
"You're doing all right".
Eso era exactamente lo que William Faulkner hab¨ªa escrito a Eudora Welty: "Lo est¨¢s haciendo bien".
Faulkner, uno de los gigantes de la literatura norteamericana, era el autor a quien m¨¢s admiraba Eudora. Como ella, hab¨ªa nacido en Mississippi y la presencia del paisaje y sus gentes era una constante en su ficci¨®n. Cuando recibi¨® la carta, Welty ya hab¨ªa publicado dos impactantes libros de relatos, Una cortina de follaje y La red grande, ambos en 1941, y una novela corta, The Robber Bridegroom (1942). Sus historias, que transcurren en lugares muy similares a Jackson, describen a personas con emociones tan intensas y perturbadoras como el entorno caliente y extraordinariamente f¨¦rtil donde viven. Abrir los libros de Welty es como montar en un tren que va parando en distintas estaciones y, desde la ventanilla, te permite contemplar a la gente que se acerca. Personas de pueblos del delta del Mississippi, con nombres como Victory o Midnight, que acuden a fiestas, pelean, viven en familias tan sofocantes como el calor, matan y mueren, padecen de soledad y sufren por amor. Hombres y mujeres blancos que habitan en una sociedad escrupulosamente ordenada donde la separaci¨®n racial es tan asombrosa que los negros sencillamente se desdibujan en su breve papel de figurantes.
La estructura po¨¦tica de las historias de Welty, el misterio que respiran, su lenguaje metaf¨®rico, su o¨ªdo para los di¨¢logos, la descripci¨®n de la naturaleza como un ser voraz y lujurioso, la uni¨®n de lo cotidiano y lo extravagante, de la normalidad y la locura, y el uso de los detalles m¨¢s insignificantes para acentuar los sentimientos y reacciones de los personajes no s¨®lo gustaron a Faulkner. La literatura de Welty hab¨ªa recibido numerosos elogios, pero las sobrias -y condescendientes- palabras del escritor la emocionaron. Subi¨® al segundo piso y colg¨® la carta junto a la mesa de madera donde hab¨ªa escrito y escribir¨ªa casi toda su obra. Henry Miller no tuvo la misma suerte que Faulkner, aunque su actitud fue mucho m¨¢s generosa. Acudi¨® a Jackson para visitar a la escritora, pero la madre de Eudora prohibi¨® que acudiera a la casa tras averiguar que Miller escrib¨ªa libros ?obscenos! Welty, que hab¨ªa nacido en Jackson en 1909, muri¨® en 2001 en esa misma casa donde nunca entr¨® Miller y que ahora abandonaba el cartero. Ten¨ªa 92 a?os y se hab¨ªa convertido en la gran maestra del relato norteamericano. A los elogios de Faulkner se hab¨ªan sumado los de E. M. Forster, Katherine Anne Porter, Richard Ford, Anne Tyler, Lorrie Moore... Uno de sus admiradores hab¨ªa puesto su nombre a un popular servicio de correo por Internet, Eudora, como homenaje al relato Por qu¨¦ vivo en la oficina de correos.
Eudora Welty escribi¨® relatos, novelas, ensayos y public¨® asimismo dos vol¨²menes de fotograf¨ªas. Recibi¨® innumerables premios a lo largo de su vida, entre ellos, el Pulitzer por su novela The Optimist's Daughter (1973). Fue la primera autora viva cuya obra public¨® la Library of America, en cuyo cat¨¢logo figuran Mark Twain, Walt Whitman, Henry James o Edith Warton. Fue una excelente y solicitada conferenciante. Gran parte de sus charlas est¨¢n reunidas en One Writer's Beginnings. Pero fueron sus relatos los que la consagraron. Su imaginaci¨®n hunde sus ra¨ªces en una tierra que ha dado excelentes cuentistas, como Flannery O'Connor y Katherine Anne Porter, pero las historias de Welty abren un mundo nuevo, fascinante y extra?o. La editorial Lumen acaba de publicar sus Cuentos completos ahora que se cumplen cien a?os de su nacimiento. En Espa?a ya hab¨ªan aparecido dos libros de relatos: Una cortina de follaje y Las manzanas doradas, ambos en Anagrama. La edici¨®n de Lumen incluye, adem¨¢s de esos dos t¨ªtulos, La red grande, La novia del 'Innisfallen' y dos relatos m¨¢s que fueron publicados en revistas.
Una c¨¢mara fotogr¨¢fica fue la primera herramienta de trabajo de Welty. Algo de la visi¨®n de la fot¨®grafa que fue impregna sus relatos: la sabidur¨ªa para enfocar all¨ª donde late la historia. "Una mente visual es la mejor taquigraf¨ªa que un escritor puede desear", dec¨ªa. Welty estudi¨® publicidad en la Universidad de Columbia y, al regresar a Jackson, encontr¨® un trabajo en la Administraci¨®n que le llev¨® a recorrer su Estado en los a?os de la Depresi¨®n. Lo que vio la perturb¨® y fascin¨® al mismo tiempo. Con una c¨¢mara barata sac¨® cientos de fotograf¨ªas, que revelaba por la noche en la cocina de su casa. Fueron expuestas en Nueva York en 1936, el mismo a?o en que logr¨® vender a una peque?a revista su primer relato, Death of a Traveling Salesman. Welty se inclin¨® por la escritura. "Mucho antes de que empezara a escribir, escuch¨¦ con atenci¨®n las historias", declar¨® en 1984. "Los ni?os que escuchan saben que las historias est¨¢n all¨ª. Cuando sus mayores se sientan y empiezan, los ni?os ya est¨¢n esperando que aparezcan, como un rat¨®n que sale de su agujero". En 1971, Random House public¨® una colecci¨®n de estas fotos, One Time, One Place: Mississippi in the Depresi¨®n. Los textos de Welty son descriptivos y sugerentes, como sus fotos, pero mucho m¨¢s perturbadores y misteriosos. No obstante, conserv¨® el ojo del fot¨®grafo. Cuando en Estados Unidos publicaron sus Cuentos completos, Welty declar¨®: "Fue una sensaci¨®n muy extra?a. Como ver revelar un negativo, la imagen apareciendo lentamente ante tus ojos. Fue como recuperar la memoria".
La edici¨®n de los Cuentos completos, por primera vez en castellano, que ahora presenta Lumen, es una excelente noticia. L¨¢stima que el volumen no vaya acompa?ado de un pr¨®logo sobre una autora cuyo agente clamaba que "el editor que rechazara sus cuentos deber¨ªa ser fustigado". Como dir¨ªa uno de los personajes de Welty: "Si no te puedes fiar de una editorial de confianza, ?de qui¨¦n te puedes fiar?".
Cuentos completos. Eudora Welty. Varios traductores. Lumen. Barcelona, 2009. 608 p¨¢ginas. 28,90 euros. www.eudorawelty.org/
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