Desconcierto entre los magreb¨ªes por los controles de los Mossos en La Jonquera

Bajo un sol de justicia, los Mossos d'Esquadra se desplegaron ayer por la frontera de La Jonquera (Alt Empord¨¤) para hacer cumplir la ¨²ltima directiva del Servicio Catal¨¢n de Tr¨¢fico (SCT). Los agentes actuaban con ¨®rdenes muy concretas: no dejar pasar ni un solo veh¨ªculo que circulase con exceso de carga, ante el desconcierto de sus ocupantes que ya hab¨ªan cruzado media Europa. Tuvieron trabajo porque no eran pocos los coches que llegaban cargados hasta los topes. En poco rato el abrasador asfalto qued¨® lleno de muebles, herramientas, ropas, electrodom¨¦sticos, comida y hasta un motor de veh¨ªculo. Alguien en el norte de ?frica se quedar¨¢ sin la esperada pieza que ten¨ªa que hacer resucitar un viejo autom¨®vil y que el pariente emigrante prometi¨® traer por vacaciones.

No era capricho de los Mossos el aligerar de peso los veh¨ªculos que iban llegando a La Jonquera. En lo que supone una iniciativa pionera en Espa?a, el SCT se ha propuesto controlar los coches que cruzan el litoral Mediterr¨¢neo para poner rumbo a Algeciras y, posteriormente, cruzar el Estrecho para pasar al otro lado el descanso veraniego. Las autoridades de tr¨¢fico dicen tener n¨²meros que indican que el exceso de carga en los coches repercute notablemente en la seguridad en carretera y, por lo tanto, se han decidido a ponerle fin. Magreb¨ªes llegados de Holanda, B¨¦lgica y, mayoritariamente, de Italia y Francia comprobaban con estupefacci¨®n c¨®mo, por primera vez y sin previo aviso, los objetos que ten¨ªan que llegar a ?frica no pasaban de la Porta Catalana.

La escena se repet¨ªa una y otra vez. Los int¨¦rpretes de ¨¢rabe que la Cruz Roja hab¨ªa puesto a disposici¨®n de los Mossos informaban a los sorprendidos conductores que ten¨ªan que pesar el veh¨ªculo en una b¨¢scula dispuesta all¨ª expresamente para la ocasi¨®n, para comprobar si viajaban con sobrepeso o no. Hubo marcas espectaculares de hasta 500 kilos por encima del peso m¨¢ximo permitido.

El caso es que despu¨¦s de cruzar media Europa sin encontrar oposici¨®n alguna y sin terminar de entender el porqu¨¦ de la cosa, los conductores obedec¨ªan las indicaciones de los agentes y, al poco, empezaban los razonamientos para poner a dieta al veh¨ªculo. Lo primero que sal¨ªa de los portaequipajes eran cajas de comida y paquetes de leche. Los comestibles se pueden volver a comprar f¨¢cilmente de camino al sur. Si el coche segu¨ªa estando gordo, m¨¢s reticencia hab¨ªa a la hora de desprenderse de los regalos cargados para familia y amigos. Y es que no eran simples souvenirs, para muestra la lavadora que qued¨® aparcada en los dep¨®sitos previstos a modo de consigna o guardarrop¨ªa.

Los Mossos se comprometen a custodiar todos los efectos durante treinta d¨ªas y si, pasado el tiempo, nadie los ha ido a recoger, ser¨¢n entregados a beneficencia.