Todo por el empleo
La crisis empuja al trabajador a flexibilizar sus exigencias profesionales y salariales
El deterioro del mercado laboral agrava la ansiedad de los trabajadores. Las oportunidades son cada vez menores. Pero los parados est¨¢n dispuestos a dar la batalla. Ahora que la crisis los acorrala comienzan a flexibilizar sus exigencias. Est¨¢n dispuestos a renunciar a algunos de sus derechos, a trabajar en puestos desligados de su profesi¨®n o a cambiar de residencia con la ¨²nica intenci¨®n de preservar o conseguir un trabajo.
Javier Fern¨¢ndez, un economista de 32 a?os, decidi¨® tomar el curso de preparaci¨®n de las oposiciones para ser polic¨ªa local en Valladolid. Llevaba un a?o en paro. No encontraba trabajo como economista. S¨®lo de secretario o administrativo. "Las carreras universitarias no valen para nada. Fueron 10 a?os perdidos. Hay m¨¢s gente con carreras que puestos para ellos", dice Fern¨¢ndez frustrado.
"Las carreras no valen para nada", dice el universitario Javier Fern¨¢ndez
El caso British Airways es otro ejemplo de sacrificio laboral. La aerol¨ªnea brit¨¢nica pidi¨® a principios de julio a sus empleados que aceptaran dos a?os de congelaci¨®n salarial por la falta de liquidez (la compa?¨ªa perdi¨® unos 298 millones de euros en el ¨²ltimo ejercicio); 800 de 30.000 trabajadores aceptaron, pero por un mes; 4.000 renunciaron a sus vacaciones pagadas, y 1.400 estaban dispuestos a trabajar media jornada, seg¨²n la aerol¨ªnea.
La flexibilizaci¨®n de las exigencias laborales por parte de los trabajadores es una tendencia coyuntural que se expande ante el deterioro del mercado de trabajo. La tasa del paro ya representa el 18% de la poblaci¨®n activa en Espa?a, m¨¢s de cuatro millones de desempleados. Los trabajadores tienen miedo de quedarse en la calle. Una encuesta hecha por Infoempleo se?ala que el 69% de sus usuarios estar¨ªa dispuesto a cambiar de residencia por motivos laborales. El 45% trabajar¨ªa en el extranjero.
Los maduritos son los m¨¢s desesperados. Nueve de cada diez parados de m¨¢s de 45 a?os aceptar¨ªan un empleo de calificaci¨®n inferior a su formaci¨®n o uno ajeno a su profesi¨®n, seg¨²n un estudio reciente publicado por la empresa especializada en recursos humanos Adecco. El 85% aprovechar¨ªa cualquier oportunidad de trabajo, porque m¨¢s de la mitad tiene familia o responsabilidades compartidas. El 66% de los entrevistados han perdido su empleo por despido, por un expediente de regulaci¨®n de empleo (ERE) o por la finalizaci¨®n del contrato, seg¨²n la encuesta.
Este comportamiento ya empez¨® a hacerse visible en 2002 cuando la econom¨ªa espa?ola era a¨²n saludable. Un informe del Ministerio de Econom¨ªa de ese a?o se?ala que el 68,7% de los parados aceptaba un empleo desligado de su oficio; el 51,8% estaba dispuesto a trabajar en un puesto inferior a su capacidad; el 45,5% aceptaba uno con ingresos menores a los devengados anteriormente, y el 22,6% se mudaba a otra ciudad.
Toni Ferrer, dirigente sindical de UGT, afirma que las personas en paro est¨¢n ahora en condiciones de mayor vulnerabilidad. "Cuando a los trabajadores no se les garantiza una protecci¨®n econ¨®mica se desesperan y aceptan cualquier trabajo".
Los empleados de la multinacional Sony, de la planta de Barcelona, aceptaron una congelaci¨®n del salario por dos a?os, porque de lo contrario se iba a la calle el 23% de su plantilla (275 trabajadores). El fabricante de coches nip¨®n Nissan tambi¨¦n lo hizo. Congel¨® el sueldo al total de su plantilla en Europa y el de sus directivos en un 15%. Aun as¨ª, la empresa despedir¨¢ 698 trabajadores (en un ERE aprobado ya por el Gobierno catal¨¢n) de los 4.480 que tiene en la planta de Barcelona. La intenci¨®n es reducir la plantilla a 2.800 empleados.
"En una situaci¨®n de crisis no se pueden recortar los derechos laborales. Es un chantaje a los trabajadores. Los problemas deben tratarse de manera colectiva. Buscar soluciones mediante la negociaci¨®n", advierte Toni Ferrer. El portavoz de UGT insiste en que se debe evitar que los trabajadores acaben siendo v¨ªctimas de la econom¨ªa sumergida.
Rita Moreno, representante de la secretar¨ªa de acci¨®n sindical de Comisiones Obreras, afirma que los sacrificios laborales se dan con mayor frecuencia en tiempo de crisis como el de ahora. "Hay gente que est¨¢ dispuesta a trabajar en un puesto inferior y otros que esperan un trabajo cualificado".
Pero apunta: "Muchas empresas se aprovechan de esta coyuntura para hacer recortes". Por eso el sindicato aboga tambi¨¦n por la negociaci¨®n colectiva y por que se planteen medidas alternativas en beneficio de los trabajadores. "Criticamos que las empresas hagan los reajustes unilateralmente, con amenazas y sin negociarlo con los sindicatos".
Lidia Ruiz, una periodista de 23 a?os, ve muy dif¨ªcil que pueda conseguir un empleo en su ¨¢rea. Desde enero trabaja como dependienta de una tienda. "Estuve m¨¢s de cuatro meses buscando. Ech¨¦ mi curr¨ªculo en empresas per¨ªod¨ªsticas, y nada. Sigo solicitando un puesto. Tengo esperanzas, pero lo veo muy dif¨ªcil". Ruiz se lamenta de que haya tenido que cursar cinco a?os en la facultad para trabajar en una tienda. -
"Reparto pizzas por necesidad"
Adolfo Garc¨ªa, de 26 a?os, trabaja desde hace siete meses como repartidor en una pizzer¨ªa de Sevilla. "La necesidad me llev¨® a aceptar este trabajo, por la crisis y la escasez de ofertas". Garc¨ªa, que estudi¨® Administraci¨®n de Empresas Tur¨ªsticas, dice que el sueldo es muy bajo (inferior a los 400 euros) y que el cometido "no es enriquecedor".
El joven, que cursa una diplomatura en Empresariales, recibe la ayuda de sus padres, porque de lo contrario no habr¨ªa podido sobreviv
ir. "La vida es mucho m¨¢s barata aqu¨ª". Por eso dej¨® Madrid y se mud¨® a Sevilla. Garc¨ªa cuenta que nunca ha trabajado en la rama tur¨ªstica. Lo m¨¢s cerca que estuvo de ella fue cuando ocup¨® un puesto de camarero en una cadena de restaurantes madrile?o. "Eso me afecta como persona y como profesional", comenta afligido. Sus dem¨¢s trabajos han sido: grabador de datos en una empresa de telemarketing y auxiliar administrativo en una escuela de idiomas.
El 33% de los j¨®venes espa?oles est¨¢ sobrecualificado para su empleo. Espa?a se sit¨²a a la cabeza de los pa¨ªses de la OCDE en este desajuste. En 2007 superaba el doble de la media (entre el 20% y el 25%), seg¨²n un estudio de Bancaja y del Instituto Valenciano de Investigaciones Econ¨®micas (IVIE). Los sectores de restauraci¨®n, el comercio y los universitarios presentan un mayor nivel de sobrecualificaci¨®n. Las altas tasas de desempleo y una econom¨ªa en recesi¨®n prolongan esta tendencia, apunta el estudio valenciano citado.
Adolfo reconoce que la necesidad est¨¢ por encima de todo. Eso no impide, sin embargo, que brote la insatisfacci¨®n. "No me siento contento ni realizado. No me agrada lo que hago". Y subraya: "Me siento frustrado profesionalmente". -
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