El a?o del libro-flotador
Las ventas de los 'megasellers' maquillan la crisis en el sector editorial
"Sin esos libros, los libreros este a?o tendr¨ªamos que hibernar". Ni la librera ni los t¨ªtulos a los que se refiere son cualquiera. La primera, N¨²ria Pons, es la responsable de la macrotienda Bertrand, segunda librer¨ªa m¨¢s grande de Barcelona. Los autores que salvan al gremio en a?o de crisis son: Larsson con su trilog¨ªa, Stephenie Meyer, Ildefonso Falcones, Javier Cercas, Ken Follett y John le Carr¨¦, que han publicado libro en el curso 2008-2009, ahora acabado. Y seguir¨¢n salvando el a?o otros que vendr¨¢n en breve: Isabel Allende, Anthony Beevor, Eduardo Mendoza, Henning Mankell y Dan Brown, por citar algunos.
"Gracias a las reservas, hicimos el 10% de la facturaci¨®n mensual en s¨®lo un d¨ªa y en el global nos increment¨® las ventas en un 20%. Nos salv¨® el trimestre", apunta Txon Pag¨¨s, de la librer¨ªa Etc¨¦tera, en el barcelon¨¦s Poblenou, refiri¨¦ndose al ¨²ltimo Larsson. Pero la magia sueca no es patrimonio de la tienda peque?a. "Los dos primeros d¨ªas hicieron el 40% de las ventas y nos ha subido la facturaci¨®n un 15%", admite Pons.
El ¨²ltimo Ken Follet aport¨® a Random House el 15% de la facturaci¨®n del a?o
"Estos t¨ªtulos pueden desvirtuar las librer¨ªas literarias", dicen en Seix Barral
"No me gusta hablar de libros-flotador, pero ellos solos generan entre un 15 y un 20% de los ingresos en un a?o cuyo primer trimestre cerramos con un 10% por debajo del 2008", calcula Fernando Valverde, presidente de la Confederaci¨®n Espa?ola de Gremios de Asociaciones de Libreros (CEGAL). Y constata: "Este 2009 est¨¢ siendo generoso en libros as¨ª".
Siempre han existido libros de gran venta en una temporada, pero quiz¨¢ nunca con tal densidad. Esto coincide con la consolidaci¨®n de un nuevo fen¨®meno: la concentraci¨®n de ventas muy altas en muy pocos t¨ªtulos y, en general, en tiempo corto, "como no se hab¨ªa dado antes nunca", admite Jos¨¦ Manuel Lara Bosch, presidente de Planeta y propietario de Larsson a trav¨¦s de su sello Destino (m¨¢s de tres millones de ejemplares seg¨²n la editorial).
"No s¨¦ las razones, pero es un fen¨®meno mundial que empieza con el estallido de Cruzando el umbral de la esperanza, de Juan Pablo II, en 1995", precisa Riccardo Cavallero, director general de Random House Mondadori, que este curso acumula ¨¦xitos: Un mundo sin fin, de Follett; El hombre m¨¢s buscado, de Le Carr¨¦; Anatom¨ªa de un instante, de Cercas, y La mano de F¨¢tima, de Falcones, con medio mill¨®n en la primera edici¨®n. Y guarda en la rec¨¢mara la ¨²ltima novela de Isabel Allende (La isla bajo el mar, con una tirada de 200.000 ejemplares, para el 4 de octubre). Cavallero dice que la concentraci¨®n ha sido fruto del azar, "porque el escritor termina la obra cuando la termina". Con tantos ¨¦xitos este a?o, ?por qu¨¦ no aguantar Allende hasta 2010? "Se nos solapar¨ªa con Dan Brown [El s¨ªmbolo perdido, 15 de septiembre en EE UU y que Planeta desea lanzar en diciembre] y para 2010 ya tengo una obra de Julia Navarro y algo m¨¢s", afirma. Planificado al mil¨ªmetro.
"La crisis ha agravado este mercado polarizado; hoy a¨²n es m¨¢s suicida tener los almacenes llenos, por eso se filtra mucho m¨¢s y salen los nombres que salen", seg¨²n la editora Elena Ram¨ªrez (Seix Barral), que quiere dar su golpe el 20 de octubre con Eduardo Mendoza, del que publicar¨¢ su debut en el relato: Tres vidas de santos. La ¨²ltima obra de Mendoza, El asombroso viaje de Pomponio Flato, s¨®lo alcanz¨® los 400.000 ejemplares. Algo parecido espera Tusquets, que en octubre lanzar¨¢ la ¨²ltima aventura del inspector Kurt Wallander de Henning Mankell, El hombre inquieto: 100.000 ejemplares de salida. Todos son reticentes a traducir en cifras la cantidad que puede sumar un libro as¨ª a la facturaci¨®n anual. Cavallero confiesa una: "Follett solito aporta el 15%".
Mendoza es un ejemplo de autor-marca. Son los que garantizan ventas estratosf¨¦ricas, aunque sea a peque?a escala. Un ejemplo, el historiador Anthony Beevor con El d¨ªa D (sobre Normand¨ªa), que Cr¨ªtica editar¨¢ el 10 de septiembre (25.000 unidades). ?Se fuerza a esos autores a aparecer m¨¢s en tiempos de crisis? Ram¨ªrez precisa que al ser valores seguros, "igual se intenta colocarlos en el segundo semestre para cerrar bien". Pero no es tanto que se les conmine a tener obra como que "se exploten varios formatos de una misma obra suya", a?ade .
Es decir, se les pone una cajita; o un CD; o se hace una recopilaci¨®n de sus art¨ªculos... "?sa es la estrategia cada vez m¨¢s acusada de exprimir a los autores de ¨¦xito, ante el alud de novedades y as¨ª alargar sus ventas, pero en realidad lo que se hace es inflar el mercado", sentencia Valverde. Como presidente de la CEGAL, tambi¨¦n advierte del arma de doble filo de estos vol¨²menes de venta rauda y concentrada que llama -con intenci¨®n- de "venta s¨²bita". Con estos megasellers, "se desv¨ªan compradores y lectores hacia las cadenas de librer¨ªas y grandes superficies, que hacen un gran acopio y obtienen mayores descuentos". El resultado es que se ven muchos de estos libros por superficies at¨ªpicas, como supercentros de electr¨®nica. "Es un comportamiento advenedizo de los distribuidores y muy generoso, por no decir otra cosa, de los editores", a?ade Valverde. Y por esa v¨ªa, alerta, se van a cargar el ecosistema del libro: "Las librer¨ªas tradicionales necesitamos t¨ªtulos de mucha venta para compensar los de baja rotaci¨®n".
Decir que libros as¨ª perjudican a la librer¨ªa tradicional es excesivo, precisa el director general de Random House Mondadori. "Creo que perjudican a todos porque llevan el riesgo editorial al m¨¢ximo por las inversiones que requieren y sacan ox¨ªgeno a libros que en otro momento hubieran tenido mayor suerte en la calle". Para la editora de Seix Barral, la gran batalla es el espacio y desechar esos puntos de venta es un lujo: "Aunque estos libros pueden desvirtuar las librer¨ªas m¨¢s literarias y perjudicar a sellos como el nuestro". "Se puede ser elitista, pero no tener esos libros hoy, ser¨ªa del g¨¦nero tonto, porque mueven la caja registradora", dice Pons, desde Bertrand. Y as¨ª, los libreros, admite, descongelan los pedidos a los editores y la rueda libresca vuelve a girar. Como un flotador.
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