El uso de bases colombianas por parte de EE UU causa malestar en la regi¨®n
El presidente Uribe sale de gira para explicar a sus vecinos el pacto con Washington
Con visitas a seis mandatarios suramericanos, visitas "mudas" porque se har¨¢n sin declaraciones a la prensa, el presidente colombiano, ?lvaro Uribe, piensa aplacar la polvareda que gener¨® en la regi¨®n el acuerdo que permitir¨¢ a Estados Unidos el uso de siete bases militares colombianas, para compensar el cierre de las base ecuatoriana de Manta.
La maratoniana gira de Uribe -acompa?ado del ministro de Exteriores, Jaime Berm¨²dez- empez¨® ayer a mediod¨ªa e incluye Per¨², Chile, Argentina, Brasil, Uruguay, Paraguay y Bolivia. Uribe se adelanta as¨ª a la reuni¨®n de la Uni¨®n de Naciones Suramericanas (Unasur) el pr¨®ximo lunes en Ecuador, donde sus hom¨®logos lo esperaban para pedirle explicaciones sobre las implicaciones del acuerdo, a¨²n no firmado. Quito mantiene rotas sus relaciones diplom¨¢ticas con Colombia desde marzo de 2008, por lo que Uribe ha optado por entregar la informaci¨®n directamente a algunos mandatarios de la regi¨®n suramericana.
Chile y Brasil han expresado su preocupaci¨®n y piden "transparencia"; Venezuela y Ecuador, que no est¨¢n incluidos en la gira y han puesto el grito en el cielo, prev¨¦n ya un desembarco militar norteamericano.
El comandante de las Fuerzas Armadas de Colombia, general Freddy Padilla, confirm¨® ayer que EE UU tendr¨¢ acceso a siete bases: tres de la Fuerza A¨¦rea, dos de la Marina y dos del Ej¨¦rcito. Se trata de las bases de Cartagena, Larandia (departamento de Caquet¨¢), Tolemaida y Palanquero (Cundinamarca), M¨¢laga, en la regi¨®n del Pac¨ªfico, Apiay (Meta) y Malambo (Atl¨¢ntico).
La base de Palanquero, en el centro del pa¨ªs, es la unidad de combate m¨¢s poderosa de la aviaci¨®n militar colombiana.
Estados Unidos invertir¨¢ 32 millones de euros para adecuar las instalaciones a sus necesidades operativas. Se sabe que llegar¨¢n aviones para espionaje electr¨®nico capaces de detectar comunicaciones a miles de metros de altura -los E-3 AWACS y P-3 Orion hasta ahora estacionados en la base ecuatoriana de Manta-, y aeronaves de carga para movilizaci¨®n de equipos. Uno de ellos podr¨ªa ser el C-17, que genera grandes suspicacias: un documento del Comando Sur, que habla del inter¨¦s de Estados Unidos en la base de Palanquero, afirma que desde all¨ª, en un avi¨®n de este tipo, "se puede cubrir casi la mitad del continente sin reabastecer combustible".
El Gobierno colombiano ha asegurado que no se va a incrementar la presencia de efectivos estadounidenses (limitados a 800 militares y 600 contratistas). A partir de la firma del acuerdo, Colombia contar¨¢ con m¨¢s ayuda tecnol¨®gica e informaci¨®n de espionaje "en tiempo real", clave en la guerra contra el narcotr¨¢fico, la guerrilla de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) y el tr¨¢fico de armas. La c¨²pula militar colombiana reconoce que sus ¨¦xitos contra la guerrilla los deben en gran parte a esta ayuda, unos 346 millones de euros anuales desde 2001 con el llamado Plan Colombia.
Arlene Tickner, catedr¨¢tica y analista, cree justificada la preocupaci¨®n del vecindario. "Con la poca documentaci¨®n que existe [no se conoce el contenido del acuerdo ni Estados Unidos ha hecho p¨²blico el por qu¨¦ de su inter¨¦s en estas bases] no es evidente que las operaciones se vayan a circunscribir al territorio colombiano", dice Tickner.
Dar¨ªo Angarita, senador uribista, cree que no hay motivo para alarmas; qued¨® convencido con la explicaci¨®n que dio el Gobierno a la Comisi¨®n de Relaciones Exteriores la semana pasada: "Todas las operaciones ser¨¢n en territorio colombiano; el acuerdo no est¨¢ dise?ado para agredir a nadie, menos a Venezuela o a Ecuador", afirma Argarita.
Estos dos pa¨ªses vecinos son, seg¨²n las autoridades colombianas, retaguardia para las FARC. Un reciente informe del Congreso estadounidense se?ala adem¨¢s que Venezuela se ha convertido en santuario del narcotr¨¢fico.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.