Un rescate reservado a Bill Clinton
Los carceleros norcoreanos informaron a las dos periodistas estadounidenses de que el ¨²nico mediador que ser¨ªa aceptado era el ex presidente dem¨®crata
El martes, las periodistas Euna Lee y Laura Ling estaban a la espera de ser trasladas a un campo de trabajos forzosos, a cumplir la sentencia de 12 a?os a las que les hab¨ªa condenado el r¨¦gimen comunista norcoreano por entrar ilegalmente en el pa¨ªs en marzo. "De repente, se nos dijo que ¨ªbamos a acudir a una reuni¨®n", dijo Ling ayer en una conferencia de prensa, recordando sus ¨²ltimas horas en Corea del Norte. Recorrieron pasillos y, al abrirse las puertas de una sala, se encontraron de frente con el ex presidente de EE UU Bill Clinton en persona. "Est¨¢bamos estupefactas", a?adi¨®. "Pero supimos, en nuestros corazones, que la pesadilla de nuestras vidas hab¨ªa acabado".
Clinton era el ¨²nico que pod¨ªa salvar a estas dos mujeres, que trabajan para Current TV, la televisi¨®n que es, en parte, propiedad del que fue su vicepresidente Al Gore. Ambas entraron en Corea del Norte cuando grababan un documental sobre trata de mujeres en China. No ten¨ªan visado, y fueron arrestadas y juzgadas en secreto, en una ¨¦poca en la que las relaciones entre EE UU y Corea del Norte pasaban por uno de sus m¨ªnimos hist¨®ricos, con Pyongyang acometiendo demostraciones nucleares y lanzando misiles en pruebas y Washington protestando por ello en todos los foros internacionales posibles.
Kim Jong-il rechaz¨® al resto de enviados propuestos por la Casa Blanca
EE UU no tiene relaciones diplom¨¢ticas con Corea del Norte, as¨ª que las dos mujeres quedaron a su suerte, en un pa¨ªs hostil, carente de pr¨¢cticas democr¨¢ticas. La Casa Blanca y el Departamento de Estado trataron de utilizar todas las v¨ªas no oficiales a su alcance para pedir al dictador Kim Jong-il que perdonara a las dos mujeres. Se lleg¨® a abrir un canal de comunicaci¨®n informal entre ambos pa¨ªses a trav¨¦s de su misi¨®n ante Naciones Unidas, en Nueva York.
Pero la pista decisiva lleg¨® a trav¨¦s de las dos condenadas. Sus carceleros les informaron de que la ¨²nica persona que ser¨ªa bienvenida ser¨ªa el ¨²ltimo presidente con el que el dictador tuvo una buena relaci¨®n: Bill Clinton. Lee y Ling les transmitieron la informaci¨®n a sus familiares en una llamada de tel¨¦fono a mediados del mes pasado. ?stos informaron a Gore, que pas¨® el mensaje a Washington.
En su ¨²ltimo a?o como presidente, el mismo Clinton se plante¨® un viaje al pa¨ªs, para tratar de cerrar un acuerdo duradero en materia nuclear, aunque lo cancel¨® debido a la falta de compromiso de Kim Jong-il. Tras ¨¦l, George W. Bush incluy¨® al pa¨ªs en su c¨¦lebre eje del mal. Barack Obama no ha tenido un comienzo mejor, con diversos encontronazos diplom¨¢ticos con los oficiales de aquel pa¨ªs.
Por aquel entonces, la Casa Blanca se hab¨ªa planteado la posibilidad de enviar a Corea del Norte a Al Gore o al gobernador de Nuevo M¨¦xico y ex embajador ante las Naciones Unidas, Bill Richardson, entre otros. Ambos quedaron descartados. El asesor de seguridad nacional del presidente Obama, James L. Jones, llam¨® personalmente a Clinton para pedirle el favor. El ex presidente dijo que lo har¨ªa si Obama no se opon¨ªa.
Aunque el actual presidente no lleg¨® a hablar del asunto con Clinton directamente, le dio su aprobaci¨®n. Previamente, hubo que consultar con una serie de pa¨ªses aliados, para evitar que se interpretara el viaje como una misi¨®n diplom¨¢tica.
"Cuando la informaci¨®n nos lleg¨® de las dos mujeres, y de ellas al ex vicepresidente Gore, de que enviar a mi marido ser¨ªa la mejor forma de asegurarnos su regreso, nos lo tomamos muy en serio", dijo ayer la secretaria de Estado, Hillary Clinton, desde Kenia, donde est¨¢ de visita oficial.
Finalmente, cuando Bill Clinton obtuvo garant¨ªas de sus contactos en Corea del Norte de que regresar¨ªa con las dos periodistas, le pidi¨® su jet privado al empresario Stephen Bing, uno de los mayores donantes del Partido Dem¨®crata. Como un ciudadano particular, en un avi¨®n privado, Clinton march¨® a Corea del Norte, donde se le recibi¨® como a un jefe de Estado y donde el dictador en persona emiti¨® un perd¨®n especial.
La agencia oficial de noticias KCNA dijo que "Clinton le ofreci¨® a Kim Jong-il palabras de sincera disculpa por los actos hostiles cometidos por las dos periodistas americanas". Su esposa lo desminti¨® ayer, aclarando que no hubo disculpas de por medio.
A las seis de la ma?ana (tres de la tarde en la Espa?a peninsular), las dos mujeres desembarcaron en el aeropuerto de Burbank, en California. Lee se abraz¨® a su marido y se arrodill¨® para besar a su hija de cuatro a?os. Ling se reencontr¨® con su esposo y otros familiares, antes de dar las gracias p¨²blicamente a Clinton. Lo mismo hizo Obama, posteriormente, en la Casa Blanca. Ayer, aunque las protagonistas fueran las dos mujeres para las que acab¨® una pesadilla de cinco meses, fue el gran d¨ªa de Clinton.
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