Las estrellas se gustan
Las nuevas figuras del Madrid, como Kak¨¢ y Cristiano Ronaldo, se compenetran a la primera
Buenas vibraciones. El madridismo puede albergar esperanzas. La campa?a de la revancha tras la frustraci¨®n es factible. A¨²n es pronto y cualquier pretemporada enga?a, pero su exhibici¨®n en Toronto (1-5, en la madrugada espa?ola del s¨¢bado) fue m¨¢s all¨¢ de la goleada ante un discreto rival. Despej¨® inc¨®gnitas importantes. La principal, que el exceso de estrellas es magn¨ªfico si ¨¦stas no se repelen. No es lo mismo ensamblar un equipo con canteranos o fichajes por demostrar que con estrellas ya doctoradas. Los primeros a¨²n deber¨ªan pasar ex¨¢menes para justificarse. Los doctores, en cambio, si en los primeros pasos se entienden como si hubieran jugado siempre juntos, invitan al optimismo. Pueden caminar ya solos.
Lass y Benzema se pierden el ¨²ltimo partido en EE UU para jugar con Francia
La calidad del nuevo Madrid multimillonario se daba por supuesta y la expectaci¨®n en la ciudad canadiense estaba m¨¢s que justificada por precedentes y talonario. Habr¨ªa sucedido en cualquier lado. Pero s¨®lo era una an¨¦cdota para el negocio. El mill¨®n de euros por la actuaci¨®n y la publicidad a?adida estaban garantizados desde los despachos. Pero ten¨ªa que verse el juego. El Madrid de Florentino P¨¦rez va a jugar toda la temporada en el filo de la navaja de la rentabilidad. El equipo de los 252 millones de euros en fichajes ser¨¢ cuestionado en cada partido.
En Toronto, salvo unos primeros minutos alocados por la velocidad y la aplicaci¨®n del equipo local en los marcajes por todo el campo, el Madrid prometi¨®. Necesit¨® el detalle a?ejo del gran capit¨¢n, Ra¨²l, para centrarse, pero en un c¨®ctel de estrellas ¨¦sa es otra de las ventajas. Siempre una genialidad sirve para cambiar el rumbo en la buena direcci¨®n.
Apenas hab¨ªan pasado 12 minutos, pero ya se notaba orden en el equipo. Guti manejaba el tim¨®n en el centro y tanto Kak¨¢ como Cristiano Ronaldo amenazaban con sus arrancadas como si estuvieran en el Milan o en el Manchester United. En casa. Y Ra¨²l, suelto para cazar. Por algo de un tiro del brasile?o vino el recorte espl¨¦ndido del capit¨¢n y el primer gol que asent¨® a¨²n m¨¢s al Madrid. Tambi¨¦n estuvo ratonero en el tercero, junto a un poste, cabeceando un servicio de Metzelder que hab¨ªa subido en un c¨®rner. Ya era una avalancha y hasta la defensa anunci¨® buenas nuevas con las subidas de Arbeloa, made in Liverpool. Demasiada estrella ordenada para parar. Se necesitar¨¢n muchos m¨¢s Torontos si la maquinaria blanca se engrasa como parece que puede suceder.
Luego, lleg¨® Cristiano y se apoy¨® en Benzema para marcar su primer tanto de jugada en el equipo y sentirse a¨²n m¨¢s integrado. El Madrid transmiti¨® tambi¨¦n que jugaban colegas, no figuras. El franc¨¦s, que marcar¨ªa en la segunda parte tras gran jugada de Negredo, demostr¨® sobre todo ser una pieza clave con su potencia para fijar el centro del ataque. ?l, por delante, y Lass, guada?a defensiva incansable, por detr¨¢s. Llamados por Francia, que debe ganar obligatoriamente el mi¨¦rcoles a Feroe para no perder el tren del Mundial, no estar¨¢n hoy en Washington frente al DC United en el ¨²ltimo partido de la gira madridista. Buena ocasi¨®n para que el t¨¦cnico, Manuel Pellegrini, explore otras alternativas.
Xabi Alonso sali¨® a la hora de juego, en la ¨²ltima tanda del carrusel de cambios, y tampoco desenton¨®. El Madrid tiene variantes, primeros espadas y subalternos. Y la sensaci¨®n es que, salvo los holandeses con la puerta abierta (Robben tal vez marc¨® su ¨²ltimo gol y Sneijder hizo una entrada de pura frustraci¨®n), todos se gustan. De momento, la cosa pinta muy bien.
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