ETA busca el caos con una cadena de peque?as explosiones en Mallorca
La banda mantuvo en vilo a la polic¨ªa al colocar artefactos en tres locales
Diez d¨ªas despu¨¦s de matar a dos guardias civiles con una bomba lapa en Palmanova (Calvi¨¤), ETA volvi¨® a golpear ayer en Mallorca, desafiando el intenso despliegue que las fuerzas de seguridad han realizado durante la ¨²ltima semana en la isla. La banda provoc¨® el caos con la colocaci¨®n de tres artefactos explosivos en tres establecimientos de Palma. No hubo heridos y los da?os materiales fueron escasos, pero los terroristas lograron convertir un tranquilo domingo de agosto en una jornada de miedo y confusi¨®n.
Alrededor de las 11.30, un triple aviso realizado desde Francia -al parque de Bomberos de Santa Pon?a (Mallorca), a Radio Taxi de San Sebasti¨¢n y al m¨®vil de un alto cargo de la Junta de Andaluc¨ªa- alertaba de que tres bombas iban a explotar en diferentes bares y restaurantes de Mallorca entre las 12.00 y las 18.00. El delegado del Gobierno en Baleares, Ramon Soc¨ªas, explic¨® despu¨¦s que los terroristas indicaron "muy mal" las direcciones de los lugares en los que hab¨ªan colocado los explosivos.
Interior analiza una cuarta detonaci¨®n atribuida en principio a una fuga de gas
La amenaza se convirti¨® en realidad a las 14.20: un artefacto hizo explosi¨®n en la pizzer¨ªa La Rigoletta, en primera l¨ªnea de mar de Es Portitxol. Unas 40 personas estaban comiendo en el local y pudieron o¨ªr "un petardazo muy fuerte". Las mesas temblaron y, a los pocos segundos, una columna de humo comenz¨® a salir por el pasillo de las cocinas.
La bomba, de baja potencia, estaba oculta en un falso techo del ba?o de se?oras, y nadie se encontraba en los aseos cuando explot¨®. "Menos mal que no he ido al ba?o en ese momento, porque no lo cuento", suspiraba m¨¢s tarde un cliente. Tras apagar las llamas, el due?o pidi¨® que todo el mundo abandonara el local y avis¨® a los servicios de emergencia. Al cabo de unos minutos, el Cuerpo Nacional de Polic¨ªa acordonaba la zona y vaciaba a toda prisa el tramo de playa colindante.
Pese al espectacular despliegue policial que ten¨ªa lugar a pocos metros, muchas personas decidieron continuar con su jornada de veraneo. En las terrazas de los bares m¨¢s cercanos, los camareros segu¨ªan sirviendo a los clientes, aunque todo el mundo miraba de reojo la actividad de los agentes detr¨¢s del cord¨®n de seguridad. Toallas y sombrillas hab¨ªan quedado abandonadas en la arena en pleno desalojo.
Una hora despu¨¦s, sobre las 16.00, las sirenas volvieron a sonar con fuerza. Una segunda deflagraci¨®n sacud¨ªa la zona. Esta vez fue en el interior del restaurante Enco, a unos 500 metros del primer local. Los Tedax prefirieron dejar explotar este nuevo artefacto, tambi¨¦n de poca intensidad, tras desalojar a los clientes y a los vecinos del edificio.
A media tarde, la sensaci¨®n de alarma se extend¨ªa ya a toda la ciudad. Coches y furgones de polic¨ªa atravesaban zumbando las calles, tratando de localizar la tercera bomba, que seg¨²n las indicaciones de los terroristas deb¨ªa estallar antes de las seis. Se revisaron, uno por uno, restaurantes y bares del paseo mar¨ªtimo. En el centro de Palma se cort¨® el suministro de gas para evitar posibles explosiones y los t¨¦cnicos de la empresa municipal de agua inspeccionaron el alcantarillado a la b¨²squeda de paquetes sospechosos.
Mientras, la Operaci¨®n Jaula -montada tras el asesinato de los dos guardias civiles el pasado 30 de julio en Calvi¨¤- volv¨ªa a desplegarse. Se restringi¨® el tr¨¢fico y se establecieron controles en las principales v¨ªas de la isla. En la autopista de Palma a Inca, centenares de veh¨ªculos permanec¨ªan inmovilizados a la espera de ser identificados por la Guardia Civil. El aeropuerto de Son Sant Joan, a cinco kil¨®metros de Es Portitxol, mantuvo su actividad normal, aunque con estrictos controles para los pasajeros.
Durante una hora y media, los Tedax registraron sin ¨¦xito la cafeter¨ªa del hotel Palacio Avenida, junto a la Plaza de Espa?a. Tres maletas abandonadas por turistas hab¨ªan causado la falsa alarma. Pero la tercera bomba explot¨® alrededor de las seis de la tarde en las galer¨ªas comerciales de la Plaza Mayor. Escondida, una vez m¨¢s, en un lavabo p¨²blico de se?oras. Las galer¨ªas, que son subterr¨¢neas y re¨²nen decenas de tiendas, estaban cerradas al p¨²blico por ser domingo.
La polic¨ªa investiga a¨²n el origen de una cuarta explosi¨®n que tuvo lugar a las doce de la ma?ana en el bar Nica y que inicialmente se atribuy¨® a una concentraci¨®n de gas en el s¨®tano del local, cerrado desde el viernes. El Gobierno no descarta que se trate tambi¨¦n de un artefacto de ETA.
"Los isle?os ya no estamos a salvo"
At¨®nitos, los vecinos de la barriada de Es Molinar miraban ayer desde una distancia prudencial el despliegue de la polic¨ªa y constataban sus peores temores: "Aqu¨ª los isle?os ya no podemos sentirnos a salvo del terrorismo", dec¨ªa Miguel, due?o de un bar cercano a la zona de la primera explosi¨®n.
Con los dos primeros artefactos, ETA atac¨® la zona de Es Portitxol, un peque?o puerto pesquero situado al inicio del paseo mar¨ªtimo de Palma. Una zona frecuentada sobre todo por palmesanos, no por turistas extranjeros. Sobre La Rigoletta, uno de los restaurantes afectados, se alza un lujoso bloque de pisos con vistas de primera. Los residentes notaron "una sacudida" a la hora de comer. Por orden de la polic¨ªa algunos no pudieron salir hasta pasadas las siete de la tarde.
Es Portitxol est¨¢ a apenas un kil¨®metro del Club N¨¢utico de la ciudad, que acoge cada agosto la Copa del Rey de vela. Durante toda la semana pasada, tanto el Rey como el Pr¨ªncipe acudieron diariamente al club para participar en la competici¨®n. La noche anterior de los atentados se celebr¨® all¨ª la entrega de premios, presidida por Don Juan Carlos y los Pr¨ªncipes de Asturias.
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