Costa vuelve al escenario del crimen
El cineasta y productor recrea los asesinatos de los marqueses de Urquijo y Anabel Segura - TVE estrenar¨¢ los telefilmes la pr¨®xima temporada
El 1 de agosto de 1980 aparecieron muertos a tiros los marqueses de Urquijo -Manuel de la Sierra (54 a?os) y Mar¨ªa Lourdes Urquijo (45 a?os)- en su casa de Somosaguas, una lujosa urbanizaci¨®n pr¨®xima a Madrid. El ¨²nico detenido fue Rafael Escobedo, de 26 a?os, casado con Miriam, hija del matrimonio. Rafi, como era conocido familiarmente, fue condenado a 50 a?os de c¨¢rcel como autor material de los asesinatos Tiempo despu¨¦s, Escobedo apareci¨® ahorcado en su celda del penal de El Dueso (Cantabria). En un principio se pens¨® que se hab¨ªa suicidado, pero la autopsia desvel¨® restos de cianuro en los pulmones.
TVE-1 estrenar¨¢ la pr¨®xima temporada un telefilme de 90 minutos que recrea ese doble asesinato, que por las particulares circunstancias que lo envolvieron a¨²n hoy encierra muchas inc¨®gnitas. Pedro Costa (La huella del crimen, Las 13 rosas, Caso Wanninkhof, Plut¨®n BRB Nero) produce este trabajo que resucita uno de los casos que m¨¢s ha conmocionaron a la opini¨®n p¨²blica. La tv movie est¨¢ protagonizada por F¨¦lix G¨®mez (Amar en tiempos revueltos, Herederos), en el papel de Escobedo y Juanjo Puigcorb¨¦ como el inspector Velasco, "un honesto polic¨ªa que intent¨® descubrir toda la verdad pero fue en balde", comenta Costa. "Velasco, asqueado, termin¨® por abandonar la Polic¨ªa", a?ade el productor para quien los vaivenes de un pa¨ªs se puede conocer a trav¨¦s de sus cr¨ªmenes.
La serie incluye tambi¨¦n un retrato de 'El estrangulador de Castell¨®n'
"Quiero entrar en la mente del asesino", afirma el director
Costa tambi¨¦n ha recuperado para la cadena p¨²blica otros dos sucesos de la cr¨®nica negra m¨¢s reciente y de gran carga dram¨¢tica: el secuestro y posterior asesinato de la joven Anabel Segura y el del asesino de cinco mujeres, m¨¢s conocido como El estrangulador de Castell¨®n, que se emitir¨¢ bajo el t¨ªtulo de El asesino dentro del c¨ªrculo. Protagonizado por Roger Coma y Carlos Hip¨®lito, cuenta la vida de Joaqu¨ªn Ferr¨¢ndiz, un joven y atractivo vendedor de seguros, pero que detr¨¢s de esa buena fachada ocultaba a un peligroso psic¨®pata. "Al fin pudo ser detenido gracias a la labor de Vicente Garrido, un psic¨®logo criminal experto en profiling, personaje que interpreta Hip¨®lito", declara Costa. A mediados de los noventa, apunta, todav¨ªa no era muy conocida la t¨¦cnica del perfil criminol¨®gico a la hora de esclarecer hechos delictivos.
El alma m¨¢ter de la memorable La huella del crimen -serie de TVE-1, que en 1985 y 1991, narr¨® algunos de los episodios m¨¢s escalofriantes de la historia de Espa?a- dice que no le interesa el morbo. "Lo que quiero es entrar en la mente del asesino, conocer las conductas criminales. ?Cu¨¢les fueron sus motivaciones, sus impulsos...?", dice, y asegura que sus producciones intentan seguir la senda de cine policiaco. Y pone como ejemplo la pel¨ªcula Landr¨², de Chabrol. "El espectador sabe que est¨¢ cometiendo unos cr¨ªmenes brutales pero nunca se muestran expl¨ªcitamente".
La semana pasada finaliz¨® el rodaje de la tercera y ¨²ltima tv movie de Costa, por el momento, para TVE: el rapto de Anabel Segura. "Un secuestro absurdo, improvisado, que trajo en jaque a la Polic¨ªa durante m¨¢s de dos a?os", se?ala el productor, que junto a Fernando C¨¢mara ejerce tambi¨¦n de director y guionista.
Luisa Mart¨ªn y Enrique Vill¨¦n son dos de los actores que intervienen en la pel¨ªcula que empieza cuando Antonio y Cirilo, despu¨¦s de a?os sin verse, se encuentran el lunes 23 de abril de 1993 y empiezan a beber y rememorar viejos tiempos, como cuando estuvieron juntos en la c¨¢rcel por un hurto. "A mediod¨ªa, con la cabeza embotada por el alcohol, se fueron a una zona residencial para ver como viv¨ªan los ricos. Y as¨ª decidieron secuestrar a una muchacha que hac¨ªa jogging", termina Costa que recuerda c¨®mo una de las llamadas al programa de Paco Lobat¨®n ?Qui¨¦n sabe d¨®nde? (TVE) sirvi¨® para identificar a los asesinos.
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