"Hemos tardado 20 horas en llegar de Sevilla a Madrid"

"Hemos tardado casi 20 horas en ir de Sevilla a Madrid", cuenta Rosa D¨ªaz, una usuaria que sali¨® el lunes de la estaci¨®n de Santa Justa (Sevilla) a las 20.45 y lleg¨® a Atocha (Madrid) ayer, a las 16.25. Los pasajeros de ese tren fueron hasta C¨®rdoba y all¨ª se les dieron tres opciones: volver a Sevilla, cancelar el billete o cambiarlo para otro d¨ªa. Ese viaje no se hizo con transbordo de autob¨²s desde Toledo. Rosa eligi¨® dormir en C¨®rdoba. "All¨ª nos quedamos tirados y no nos dieron ni agua". Ella ya ha reclamado y ha guardado todas las facturas. "Adem¨¢s, pienso poner una denuncia en la oficina del consumidor, esto no puede pasar. Nos han tratado fatal", asegura.

De los 14 trenes que salieron desde Sevilla a Madrid, siete hicieron transbordo en autob¨²s, lo que ha supuesto una hora m¨¢s de retraso sobre el horario de llegada. Igual ocurri¨® en los viajes entre Madrid y Sevilla. Los pasajeros de siete de los trenes entre las dos ciudades hicieron el recorrido con ayuda del autob¨²s. Despu¨¦s de las 16.15, el desperfecto fue reparado y los trenes, aunque con cierto retraso, no necesitaron parar en Toledo.

A menos de 30 por hora

"?Gracias por vuestro trabajo, guapos!". Los 20 operarios de Adif que hab¨ªan arreglado uno de las dos v¨ªas del tramo afectado en Toledo saludaban, a las 16.15 horas de ayer, a alguien muy especial: la maquinista del primer tren que circul¨® tras los destrozos del lunes. Puesto que el aparato iba, seg¨²n Renfe, a menos de 30 kil¨®metros por hora -"a menos de cinco", ironizaba un trabajador-, la conductora abri¨® su ventana, reverenci¨® a los peones y les lanz¨® un piropo audible para todos los all¨ª presentes.

Poco antes, las perspectivas para solucionar los estragos causados por la tormenta no eran muy halag¨¹e?as precisamente: Adif pospuso hasta dos veces la hora en que la v¨ªa quedar¨ªa parcialmente reparada. Por la ma?ana, los operarios se encontraron a lo largo de dos kil¨®metros con el balasto completamente encharcado. Como consecuencia de ello, las clavijas se hab¨ªan aflojado, debilit¨¢ndose tambi¨¦n los sistemas de sujeci¨®n, que necesitaron ser apretados.

Pero la principal inclemencia para trabajar fue la meteorolog¨ªa: por un lado, el lodo generado por la tromba de agua enfangaba hasta los tobillos a los operarios. Por otro, las temperaturas rondaban los 35 grados en la comarca de La Sagra.