Amn¨¦sicos
Entre las enfermedades laborales m¨¢s frecuentes que padecen los pol¨ªticos se encuentra una peculiar forma de amnesia conocida por los especialistas m¨¦dicos como API, Amnesia Parcial Interesada. Los afectados por este mal suelen sufrir frecuentes lagunas mentales que afectan a zonas del cerebro relacionadas con actividades il¨ªcitas (no confundir con ilegales) y puntos oscuros de sus biograf¨ªas. Aunque la enfermedad se ha detectado e identificado recientemente, parece ser que se remonta a los or¨ªgenes de la profesi¨®n m¨¢s antigua del mundo, t¨ªtulo por el que compiten las prostitutas y los pol¨ªticos con parecidos m¨¦ritos.
En un estudio publicado en 2007 por la Facultad de Teolog¨ªa de la Universidad de Las Vegas se afirma que el oficio de pol¨ªtico aparece ya en las p¨¢ginas del G¨¦nesis encarnado en la serpiente que le hace a Eva una tentadora oferta para que cambie de bando, traicione a Jehov¨¢ y se pase con su pareja al partido de Satan¨¢s: dos votos por una manzana.
Granados se olvid¨® de sus colegas del ramo de la construcci¨®n y de sus c¨®mplices de negocios
Uno de los casos m¨¢s preocupantes de amnesia parcial interesada, en estos d¨ªas y en estos pagos, es el del n¨²mero tres del Gobierno de la Comunidad de Madrid, Francisco Granados, consejero de Presidencia, Justicia e Interior, tres competencias en una sola persona, abrumadora trinidad que podr¨ªa explicar, que no justificar, los frecuentes lapsos de memoria del pol¨ªtico popular enredado en todas las redes del espionaje local, tupidas y embrolladas mara?as en las que resulta casi imposible tirar del hilo que deshar¨ªa el ovillo; ni los tejedores de la madeja est¨¢n seguros de poder hacerlo, hay demasiados nudos, demasiadas conexiones.
La confusi¨®n de Granados y de los suyos resulta comprensible, el virus de la API es enormemente contagioso y los especialistas en esta pandemia sectorial incluyen entre sus recomendaciones suprimir el beso de Judas, ritual entre pol¨ªticos de la misma especie, y sustituir el farisaico apret¨®n de manos por un sencillo corte de mangas. El mal del triconsejero madrile?o viene de antiguo, aflor¨® mucho antes de que la presidenta madrile?a, que tambi¨¦n anda algo tocada, le nombrara su n¨²mero tres y le concediera las tres consejer¨ªas.
Buceando en la biograf¨ªa de Granados se detectan algunos precedentes muy preocupantes en los a?os en los que ocup¨® la alcald¨ªa de Valdemoro. Abrumado por la triple tarea que reca¨ªa sobre sus curtidos hombros, Granados perdi¨® r¨¢pidamente la memoria de sus pol¨¦micas (eufemismo) operaciones e intervenciones en el ¨¢mbito del urbanismo local de aquellas fechas.
Granados se olvid¨® incluso de sus mejores amigos, de sus colegas del ramo de la construcci¨®n y de sus c¨®mplices de negocios: "No he adjudicado, ni he recalificado un solo metro, ni he recibido un duro de ning¨²n constructor", sentenci¨® tajante en su d¨ªa el nuevo consejero mientras en el Consistorio de Valdemoro y en cumplimiento de sus ¨²ltimas voluntades como alcalde se autorizaba una recalificaci¨®n m¨¢s a beneficio de una constructora, distinguida ya en otras ocasiones por el olvidadizo alcalde, cuya memoria trat¨® de avivar la revista Intervi¨² con las declaraciones de un constructor arrepentido y memorioso.
Granados hab¨ªa olvidado tambi¨¦n el veh¨ªculo Mini Cooper que ardi¨® dolosamente en su aparcamiento, las malas historias hay que olvidarlas cuanto antes, y que sol¨ªa conducir su esposa. La rumorolog¨ªa, que a veces es una ciencia exacta, dec¨ªa que el coche hab¨ªa sido el regalo de una empresa de construcci¨®n, responsable tambi¨¦n de su quema como represalia por no haber cumplido todas sus promesas antes de despedirse de la alcald¨ªa.
Lenguas de doble filo, el coqueto Mini estaba a nombre de una empresa llamada Grandes Locales de Negocios, o Grandes Negocios con Locales, no lo recuerdo bien, hace unos d¨ªas estrech¨¦ la mano de un pol¨ªtico y puede que me haya contagiado el virus. Granados tampoco sabe nada de la mansi¨®n de mil metros cuadrados que le est¨¢n construyendo y por la que no ha pagado hasta ahora ni un euro. De la supervisi¨®n de las obras se ocupa su esposa, por lo que puede que se trate de un regalo de cumplea?os sorpresa. Una bonita sorpresa arruinada por los insidiosos medios de comunicaci¨®n.
Manuel Cobo, n¨²mero dos del Ayuntamiento de Madrid, espiado por los esbirros de Granados, ha propuesto un tratamiento para la desmemoria del n¨²mero tres de la Comunidad: "Que diga todo lo que va diciendo que sabe". No entiende el vicealcalde madrile?o que la amnesia parcial de los pol¨ªticos se desencadena siempre que les ponen un micr¨®fono delante. En la intimidad tienen memoria de elefante y no olvidan ni una.
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