La sombra de la sobredosis ronda el 'caso Jackson'
Una negligencia del doctor personal del cantante pudo causar su muerte
Los hechos de la fat¨ªdica tarde en que Michael Jackson muri¨®, el pasado 25 de junio, comienzan a ver la luz, a trav¨¦s de diversas filtraciones policiales a medios locales estadounidenses. Se suman para crear un relato detallado de lo que, cada vez m¨¢s, parece una muerte por sobredosis de un medicamento que el Rey del Pop necesitaba desesperadamente para dormir y combatir la ansiedad de la fama. Hay, sin embargo, una pregunta pendiente a la que los polic¨ªas y el juez encargados de la investigaci¨®n deben responder ahora: ?qu¨¦ grado de responsabilidad tuvo su m¨¦dico personal, Conrad Murray, en todo ello?
De momento, se sabe de d¨®nde vino el Propofol -un poderoso anest¨¦sico utilizado s¨®lo en hospitales- que el doctor le inyect¨® a Jackson para dormir. El mismo Murray lo compr¨®, con receta m¨¦dica, el pasado 12 de mayo en una farmacia de Las Vegas, en el Estado de Nevada, que ha sido registrada por la agencia antidroga esta misma semana, seg¨²n ha revelado una fuente de la investigaci¨®n a la agencia Associated Press. Murray utilizaba regularmente ese medicamento con el cantante, a pesar de ser un f¨¢rmaco que debe administrarse exclusivamente en hospitales, para inducir la anestesia general.
La familia de Jacko no renuncia a controlar toda la fortuna que dej¨®
La tarde del 25 de junio, el cantante lleg¨® a casa cansado y dolorido despu¨¦s de una intensa sesi¨®n de ensayos en el Staples Center de Los ?ngeles, prepar¨¢ndose para sus conciertos en Londres. Jackson se somet¨ªa a una gran presi¨®n para estar a la altura de lo que esperaban sus fans de su espect¨¢culo This is it, el que iba a ser su gran regreso a los escenarios. Agotado, pidi¨® el somn¨ªfero a Murray. ?ste se lo inyect¨® y se march¨®, dej¨¢ndole dormir, mientras realizaba algunas llamadas, tal y como han revelado tres fuentes de la investigaci¨®n al diario Los Angeles Times. Cuando el m¨¦dico regres¨® a la habitaci¨®n, Jackson hab¨ªa dejado de respirar y ten¨ªa el pulso muy d¨¦bil. Entonces trat¨® de reanimarle mientras otra persona, presente en la habitaci¨®n, llamaba al servicio de emergencias local. A las 14.26 de la tarde se le declar¨® muerto en el hospital de la Universidad de California, en Los ?ngeles.
Murray, cardi¨®logo de profesi¨®n, llevaba tratando a Jackson desde mayo, un trabajo por el que, seg¨²n los medios locales, cobraba unos 100.000 euros mensuales, un sueldo astron¨®mico para hacer lo que Jackson deseara. El cantante estaba acostumbrado al Propofol, que tomaba regularmente desde hac¨ªa una d¨¦cada. El m¨¦dico a¨²n no ha reconocido p¨²blicamente que le inyectara este medicamento. M¨¢s bien al contrario, su abogado, Edward Chernoff, dijo a Los Angeles Times que "al parecer la investigaci¨®n ha sido dise?ada para apoyar una conclusi¨®n tomada de antemano respecto al doctor Murray".
Mientras la polic¨ªa trata de desentra?ar los oscuros hechos, la familia de Jackson y los albaceas del cantante se han sumergido en una batalla legal por el control de una fortuna estimada en unos 350 millones de euros, y que sigue generando dinero. Seg¨²n estimaciones de The New York Times, los contratos y acuerdos publicitarios posteriores a su muerte han creado unos beneficios de unos 75 millones, una cifra que se espera que se doble de aqu¨ª a final de a?o.
Jackson dej¨® un 40% de su fortuna a su madre, un 40% a sus hijos y un 20% a una serie de organizaciones caritativas privadas con las que colaboraba habitualmente. En principio, la familia acat¨® esta decisi¨®n. Ahora, los abogados de Katherine Jackson han exigido que se le conceda el poder de decisi¨®n sobre los acuerdos empresariales en los que incurra el legado de su hijo, algo que un juzgado ya le deneg¨® en julio. Adem¨¢s, ha puesto en duda que los albaceas John Branca y John McClain, amigos y asesores del cantante desde hace d¨¦cadas, est¨¦n capacitados para administrar la fortuna y los negocios p¨®stumos de la marca Jackson. La familia quiere el control sobre esa fortuna. Y est¨¢ dispuesta a seguir batallando.
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