?Ay, Perera, que te cojo!
El tercio de muleta del segundo de la tarde fue interesant¨ªsimo, no exento de morbo. Fue una lucha sin cuartel entre un torito -no merece el apelativo de toro ese animal sin cara ni presencia, como toda la corrida- dificil¨ªsimo, de violento e incierto cabeceo y de un genio de mil demonios, y un torero. Pero, qu¨¦ torero, Miguel ?ngel Perera, con una deslumbrante suficiencia, con una quietud y seguridad asombrosas y una desbordante fe en sus posibilidades. El toro, valga el inmerecido piropo, se empe?¨® en ech¨¢rselo a los lomos desde que lo cit¨® por alto en los inicios de faena; se le col¨® con descaro por el lado derecho, se le vino encima por el izquierdo, y, cuando parec¨ªa que Perera lo hab¨ªa dominado con tres derechazos con mucho mando, el animal volv¨ªa las andadas, empe?ado en herirlo como fuera. Como no consegu¨ªa su objetivo gracias a la juvenil destreza del diestro, el toro se veng¨® de la manera m¨¢s vil: acert¨® a rasgarle la taleguilla por las partes ¨ªntimas del torero, que las dej¨® al descubierto para cotilleo y malsana broma del respetable. Una preocupaci¨®n a?adida para el torero. All¨ª anduvo Perera tratando de esquivar las tarascadas de su complicado oponente y, al mismo tiempo, intentado que no se le viera lo que no le importa a naide, hasta que opt¨® por enfundarse un pantal¨®n vaquero, y ah¨ª se acab¨® la presente historia del morbo al aire malague?o. Continu¨®, no obstante, la seria pelea, y la faena fue larga, muy larga, y discutible, muy discutible, porque, en verdad, fue un derroche de valor, pero no hubo dominio; qui¨¦n sabe, quiz¨¢, porque el toreo de hoy no ha llegado a esa lecci¨®n, o porque el tal toro no lo permit¨ªa. Pero abundaron los pases insulsos -tambi¨¦n buenas ver¨®nicas y unas gaoneras ce?id¨ªsimas-, y dos avisos, que emborronaron una labor que en el idioma taurino de la modernidad puede ser calificado de heroica. El sobrero quinto un marrajo descastado y manso que no mereci¨® m¨¢s que el abucheo general.
LOS RECITALES/EL CID, PERERA, LUQUE
Cinco toros de Los Recitales, -el quinto, devuelto- muy justos de presencia, blandos y descastados; el sexto y el sobrero, de Julio de la Puerta, mejor presentados, mansos y muy descastados.
El Cid: media baja y un descabello (silencio); media baja (ovaci¨®n).
Miguel A. Perera: pinchazo _aviso_, bajonazo, media estocada _segundo aviso_ y dos descabellos (gran ovaci¨®n); estocada baja (silencio).
Daniel Luque: pinchazo, estocada y dos descabellos (silencio); media estocada y dos descabellos (silencio).
Plaza de la Malagueta. 15 de agosto. Primera corrida de feria. Casi lleno.
Mejor suerte tuvo El Cid, pero no parece que el torero haya encontrado esa luz que dicen que ha perdido. El cuarto fue el m¨¢s noble y de m¨¢s calidad de toda la tarde, y lo mulete¨® con cierta gracia por naturales, pero a mucha distancia del torero profundo, plet¨®rico y magistral de anta?o. Dio muchos pases entre la pasividad general, y pec¨® gravemente de citar fuera de cacho y con precauciones impropias de su categor¨ªa torera. El primero era de una bondad cercana a la idiotez, y los intentos del torero, a pesar de la ayuda de la banda de m¨²sica, se perdieron en el aburrimiento.
Y el peor parado fue Daniel Luque, que mat¨® dos aut¨¦nticas birrias que s¨®lo se parec¨ªan a un toro en el color negro del pelaje. Imposible le result¨® torear al rajado tercero, y se estrell¨® ante el buey de carretas que se lidi¨® en ¨²ltimo lugar. Mientras tanto, Perera seguir¨¢ so?ando con su toro: ?Ay, que te cojo...!
La Maestranza. A partir de las diez de la noche del viernes se celebr¨® en la Real Maestranza de Sevilla la tradicional corrida de la Virgen de los Reyes. Los j¨®venes toreros sevillanos Oliva Soto, Antonio Nazar¨¦ y Pepe Moral lidiaron un serio, descastado y dificultoso encierro de Mart¨ªn Lorca. Los dos primeros espadas cortaron una oreja cada uno, pero los tres ofrecieron una excelente impresi¨®n por valent¨ªa, entrega y hambre de triunfo. Lo m¨¢s art¨ªstico surgi¨® de las mu?ecas de Oliva, pero los tres hicieron m¨¦ritos suficientes para volver en la Feria de Abril y merecer mejor suerte en la profesi¨®n.
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