Thierry Jonquet, novelista franc¨¦s en rojo y negro
Mezclaba la cr¨ªtica social y la fascinaci¨®n por la maldad
"Escribo novelas negras. Intrigas donde el odio y la desesperaci¨®n se llevan la mejor parte y no paran de machacar a pobres personajes a los que no concedo ninguna oportunidad de salud". As¨ª se presentaba Thierry Jonquet en el libro autobiogr¨¢fico Rouge c'est la vie (Roja es la vida, 1998). Con su muerte, el 9 de agosto, a los 55 a?os, la novela negra francesa pierde a uno de los mejores.
T¨ªmido y barbudo, fumador en pipa, Jonquet nace y muere-sus allegados no han informado de la causa de su fallecimiento- en Par¨ªs. Hijo de obreros, milita en la extrema izquierda francesa, primero en Lutte Ouvri¨¨re (Lucha Obrera) y despu¨¦s en la Ligue Communiste R¨¦volutionnaire (Liga Comunista Revolucionaria). Durante su juventud, alterna en sus lecturas a Dashiell Hammett con Trotsky. Se trata, en sus propias palabras, "de casar el rojo y el negro" para evitar "un lumbago mental, una luxaci¨®n ideol¨®gica".
Tras licenciarse en filosof¨ªa, Jonquet pasa por varios trabajos, entre ellos el de vendedor de jabones, hasta que un accidente de coche le cambia la vida. Durante su convalecencia, decide formarse como ergoterapeuta (profesional que trata trastornos corporales y ps¨ªquicos mediante actividad f¨ªsica y manual). Es contratado en un geri¨¢trico y all¨ª se obsesiona con la vejez, cayendo en una profunda depresi¨®n. En 1997 escribe sobre esa ¨¦poca en una revista literaria: "Aparc¨¢bamos a los peque?os ancianos, esperando a que muriesen. Mi vida profesional se confund¨ªa con mis lecturas: negro, verdaderamente negro".
Deja el geri¨¢trico por un hospital para ni?os con amputaciones, donde encuentra "monstruos sin brazos ni piernas, un concentrado de horror". De all¨ª a un psiqui¨¢trico. Despu¨¦s, profesor en una banlieu (barriada) del extrarradio parisino. Para ¨¦l nada es casual: "Nunca he cre¨ªdo en el azar. Era yo el que se sent¨ªa atra¨ªdo, como un amante, por esos entornos mal¨¦ficos". La muerte, la locura y la pobreza inspiraron sus libros, escritos como v¨ªa de escape a la angustia cotidiana.
En p¨¢ginas de sucesos
Jonquet mezcla en sus novelas la cr¨ªtica social y la fascinaci¨®n por la maldad. Busca historias en las p¨¢ginas de sucesos de los peri¨®dicos, de las que era ¨¢vido lector. Esta pasi¨®n le lleva a los tribunales en 1998. Ese a?o publica Moloch, en la que una madre envenena a su hija con inyecciones de insulina. Un abogado cree ver reflejado el caso, a¨²n no juzgado, de una de sus clientes y Jonquet es acusado de violar el secreto de instrucci¨®n, pero demuestra ante el juez que se ha basado en los recortes acumulados en carpetas durante a?os.
Autor de m¨¢s de 30 libros, en ocasiones publica bajo el seud¨®nimo de Ram¨®n Mercader (el esp¨ªa que asesin¨® a Le¨®n Trotsky). Recibe premios como el 813 de novela policiaca (en 1985, 1993 y 1998) y el Myst¨¨re (1993 y 1999). Entre sus libros destacan Ad vitam aeternam (2002), La Bella y la Bestia (1985) y Tar¨¢ntula (1984), del que Pedro Almod¨®var prepara una adaptaci¨®n al cine bajo el t¨ªtulo La piel que habito.
Jonquet concibe su escritura como complementaria a un mundo injusto al que combatir. "La barbarie est¨¢ ah¨ª, entre nosotros, delante, detr¨¢s, estamos rodeados. La novela negra es su fiel compa?era". En los ¨²ltimos a?os abandona la militancia pol¨ªtica, pero nunca se rinde: "Como tantos otros, he aprendido a envejecer poniendo el freno, pero sin renegar a nada, sin olvidar".
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