Afganist¨¢n hace frente al terror talib¨¢n
El pa¨ªs asi¨¢tico celebra hoy las segundas elecciones presidenciales de su historia - El cuarto atentado en tres d¨ªas en Kabul aumenta el temor a la baja participaci¨®n
Kabul era ayer una ciudad asustada y fantasmal. Las noticias, los bulos y las exageraciones corr¨ªan por la telefon¨ªa m¨®vil multiplicando el miedo. Hay psicosis de atentado. Los controles eran m¨¢s meticulosos que nunca y muchos polic¨ªas exhib¨ªan el dedo en el gatillo. Las calles estaban desiertas. Aunque ayudan en este vaciamiento las tres jornadas de fiesta que comenzaron ayer con el D¨ªa de la Independencia, se percibe la tensi¨®n. Los restaurantes para extranjeros est¨¢n cerrados; el personal internacional de las ONG y agencias humanitarias, con ¨®rdenes superiores de dormir en sus oficinas, y los hoteles con la guardia redoblada.
Gran parte del ¨¦xito de la estrategia pol¨ªtica y militar del presidente de Estados Unidos, Barack Obama, en Asia Central y Oriente Pr¨®ximo depende de las elecciones presidenciales y regionales que se celebran hoy en Afganist¨¢n. No es tanto el resultado lo que importa (pocos dudan de la victoria de Hamid Karzai; la cuesti¨®n es si evitar¨¢ la segunda vuelta) sino la credibilidad de todo el proceso. Sin participaci¨®n no habr¨¢ legitimidad y con bombas no habr¨¢ participaci¨®n.
La insurgencia dice haber infiltrado en la capital a 20 terroristas suicidas
La autoridad electoral asegura que en 48 horas dar¨¢ datos provisionales
Un d¨ªa antes de que abran las urnas, tres hombres armados tomaron las oficinas de un c¨¦ntrico banco en Kabul. Es el cuarto ataque de importancia en apenas tres d¨ªas dentro del per¨ªmetro de seguridad de la capital. La acci¨®n, reivindicada por los talibanes, sigue el patr¨®n de los ¨²ltimos asaltos de Logar, Khost y Gardez. Las fuerzas especiales de la polic¨ªa afgana, guiadas por asesores extranjeros, pusieron fin a la ocupaci¨®n tras un tiroteo que dur¨® varias horas. Los tres atacantes resultaron muertos.
El impacto psicol¨®gico de esta acci¨®n fue grande. Muchos de los que quieren votar, como Roohul¨¢, un joven muy religioso que cree que el instante de su muerte est¨¢ en manos de Dios, no saben a¨²n si acudir¨¢n a su colegio electoral. Son los indecisos del miedo. "Si hay atentados me quedar¨¦ en casa. Si no los hay ir¨¦ y apoyar¨¦ al presidente Karzai, que lo ha hecho muy bien pese a los grandes problemas con los que se ha enfrentado".
Seg¨²n las ¨²ltimas encuestas de un instituto demosc¨®pico estadounidense, que sin duda cree que se encuentra en Nueva York y no en Afganist¨¢n, un pa¨ªs en guerra y analfabeto fuera de las ciudades, Karzai mantiene una gran ventaja (45%-25%) pero sin lograr la mayor¨ªa absoluta. De ser necesaria la segunda vuelta, su rival ser¨ªa el ex ministro de Exteriores Abdul¨¢ Abdul¨¢, quien ha convertido la lucha contra la corrupci¨®n en su principal estandarte electoral. Un discurso que ha calado. Seg¨²n la ONG Transparencia Internacional, Afganist¨¢n es de los pa¨ªses m¨¢s corruptos del mundo: ocupa el puesto 176 de 180 en el ¨ªndice de mejor Gobierno.
Todos los candidatos han prometido mejorar la seguridad y poner fin a la guerra, pero sin entrar en muchos detalles. Tambi¨¦n, promover la reconstrucci¨®n del pa¨ªs con un dinero internacional que cuando llega se esfuma. Pocos han hablado de los derechos de la mujer. Karzai se ha rodeado de los se?ores de la guerra que destruyeron el pa¨ªs y saquearon la econom¨ªa. A su capacidad para recolectar votos entre sus comunidades ha encomendado su reelecci¨®n.
Los talibanes aseguran que han infiltrado 20 atacantes suicidas en la capital, que se har¨¢n estallar hoy para impedir el desarrollo de las elecciones. Tambi¨¦n anuncian que cortar¨¢n carreteras secundarias en las zonas rurales y alertan que los que viajen por ellas lo har¨¢n bajo su responsabilidad. "Los talibanes no buscan impedir las elecciones, s¨®lo quieren que la abstenci¨®n sea alta para decir: '?sta es mi fuerza", asegura un observador extranjero.
El Gobierno de Karzai no ha encontrado mejor argumento para desmontar el p¨¢nico que dictar una prohibici¨®n a todos los medios de comunicaci¨®n, nacionales y extranjeros, de informar sobre atentados y actos de violencia que pudieran tener un efecto negativo en el ¨¢nimo de la poblaci¨®n. Ayer, en vez de corregir o matizar esta orden hecha p¨²blica el martes, a?adi¨® otro giro. Ahora amenaza con expulsar del pa¨ªs a quienes la incumplan. La ONU ha pedido su anulaci¨®n.
La Comisi¨®n Electoral Independiente ha anunciado que ofrecer¨¢ resultados preliminares 48 horas despu¨¦s del cierre de los colegios y que los definitivos estar¨¢n en una semana. Una de las muchas preocupaciones de la ONU, que apoya pero no dirige este proceso electoral, es que ante la ausencia de datos, Abdul¨¢ proclame su victoria y saque a su gente a la calle para festejar el ¨¦xito o, dado el caso, para protestar por el fraude. Es el temido escenario iran¨ª.
El fantasma del fraude
En las elecciones afganas pueden votar 16,6 millones de personas, las que se inscribieron previamente en el registro electoral. El 35% son mujeres.
- Censo. No existe un censo nacional. El ¨²ltimo intento de censar a la poblaci¨®n data de la ¨¦poca comunista durante la invasi¨®n sovi¨¦tica. Para inscribirse en el registro basta la acreditaci¨®n del cabeza de familia y su palabra sobre el n¨²mero de mujeres mayores de edad a su cargo. Nadie puede comprobarlo. S¨®lo el marido y quien ¨¦l decida pueden ver su rostro. Algunos ni siquiera pronuncian el nombre de su esposa en p¨²blico.
- Identificaci¨®n. La tarjeta de voto carece de fotograf¨ªa. Se pueden comprar en el mercado negro por siete euros. El ex ministro de Exteriores, Abdul¨¢ Abdul¨¢, que aspira a forzar una segunda vuelta con el presidente Karzai, dice que existen decenas de miles. Ashraf Ghani, ex ministro de Finanzas y tambi¨¦n candidato, cree que el sistema ha generado 800.000 votos ficticios para Karzai.
- Resultados. Gana el candidato que supere el 50% de los votos. Si nadie lo logra, los dos m¨¢s votados van a una segunda vuelta. Podr¨ªa celebrarse a mediados de octubre, un mes despu¨¦s de los resultados oficiales.
- Fraude. Para evitar la doble votaci¨®n se proceder¨¢ a marcar con tinta el ¨ªndice. Las acusaciones de fraude en 2004 se centraron en que ¨¦sta se borraba con facilidad. Los talibanes han amenazado en algunas provincias con amputar el dedo a los que desobedezcan su orden de boicot a las urnas.
- Distritos. De los 364 distritos del pa¨ªs, 10 est¨¢n bajo control talib¨¢n y 156 est¨¢n amenazados. La ONU cree que no abrir¨¢n 600 colegios, un 10% del total.
- Seguridad.
La presencia militar extranjera en Afganist¨¢n est¨¢ repartida en dos misiones. La de la Fuerza Internacional de Asistencia y Seguridad (ISAF), dirigida por la OTAN y con 64.500 soldados de 42 pa¨ªses, entre ellos Espa?a (1.230). Y Libertad Duradera, que depende s¨®lo de EE UU y que tiene 28.000 unidades. Su misi¨®n es la frontera paquistan¨ª.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.