Un rinoceronte en Triacastela
Arque¨®logos hallan en una cueva de Lugo vestigios de hasta 84.000 a?os de antig¨¹edad y restos de animales
Los rinocerontes campaban por la monta?a lucense. Pero hace 32.000 a?os. Y sus restos, cazados por los Homo sapiens, han aparecido en la cueva de Eir¨®s, en Triacastela. Ninguna otra caverna posee tres niveles documentados de edades tan diferentes (uno del Paleol¨ªtico Medio y dos de Paleol¨ªtico Superior) concentrados en s¨®lo 11 metros cuadrados. La gruta, en la que trabajan arque¨®logos de la Universidad de Santiago junto a personal de la Universidad Rovira Virgill y voluntarios de Cantabria y Burgos, fue sometida a dos catas que destaparon un nuevo nivel desconocido, correspondiente al Paleol¨ªtico Superior. Este fragmento tiene unos 30.000 a?os de antig¨¹edad y recoge los primeros registros de actividad del Homo sapiens. El nivel inmediatamente anterior data de hace 84.000 a?os.
En la gruta se puede hacer un recorrido desde el 'Neanderthal' al 'Homo sapiens'
"En muy pocos lugares de toda Europa", defiende el arque¨®logo director de la excavaci¨®n, Arturo de Lombera, "se puede comparar en un mismo paraje c¨®mo se gestionaba el territorio y c¨®mo evolucionaban tecnol¨®gicamente y conductualmente los humanos". Tampoco existe ninguna otra gruta documentada de entre 30.000 y 17.000 a?os. Este silencio arqueol¨®gico puede deberse a falta de investigaci¨®n o estar relacionada con los per¨ªodos de glaciaciones, seg¨²n argumenta el corresponsable de Eir¨®s, Xos¨¦ Pedro Rodr¨ªguez.
Desde la gruta de Eir¨®s puede hacerse el recorrido que va de un Neanderthal caracter¨ªstico del Paleol¨ªtico Medio, hace 84.000 a?os, a un primitivo Homo sapiens, propio del Paleol¨ªtico Superior, hace 32.000 o 30.000 a?os. En los 11 metros cuadrados de Eir¨®s se han encontrado herramientas l¨ªticas en cuarzo y las m¨¢s evolucionadas de cristal de roca o s¨ªlex, utilizadas en el Paleol¨ªtico Superior. El Neanderthal y el Homo sapiens tambi¨¦n han dejado restos de los animales que cazaban y consum¨ªan, entre ellos el rinoceronte, como ciervos, corzos, rebecos, cabras o incluso vestigios de animales extintos como el oso de las cavernas.
Seg¨²n De Lombera, s¨®lo la cueva da Gali?a (Castroverde), donde tambi¨¦n se han documentado rinocerontes o hienas, y la cueva de Valdavara (Becerre¨¢) pueden hacer sombra a la fosa de Eir¨®s. "Pero la de Triacastela es ¨²nica para conocer los momentos finales del Paleol¨ªtico Superior", explica. El arque¨®logo jefe se mostr¨® "sorprendido" por los hallazgos y por lo que a¨²n pueda aparecer. "Hay todo un potencial material". Esta segunda etapa de investigaci¨®n en la cueva Eir¨®s concluy¨® ayer, despu¨¦s de establecer 700 registros, a los que deben sumarse las 1.000 piezas obtenidas en el mismo lugar durante dos semanas en 2008. Importantes arque¨®logos han manifestado que "en cinco o seis a?os, Eir¨®s ser¨¢ una referencia obligada sobre el Paleol¨ªtico en Europa".
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