"El paciente ya se ha visto en el espejo, est¨¢ encantado y se r¨ªe"

Con atuendo africano y gesto de cansancio, como si acabara de regresar de un viaje muy largo, pero r¨¢pido a la hora de hablar, el doctor Pedro Cavadas dio ayer los detalles del primer trasplante de cara de Espa?a, efectuado entre la tarde del martes y la madrugada del mi¨¦rcoles por el cirujano y su equipo en el Hospital La Fe de Valencia. Se trat¨®, adem¨¢s, del octavo trasplante de rostro del mundo y del primero que inclu¨ªa una secci¨®n de mand¨ªbula y la lengua.

El paciente, un hombre canario de 42 a?os, estaba en planta, consciente, y ya se hab¨ªa puesto ante el espejo. ?Cu¨¢l fue su reacci¨®n? "Est¨¢ encantado", respondi¨® Cavadas, "se est¨¢ riendo, aunque no es capaz de hablar todav¨ªa. Su madre tambi¨¦n est¨¢ encantada. Es gente que ha peleado lo indecible durante 11 o 12 a?os, y el cambio es de 180 grados". "Est¨¢ hinchado", a?adi¨®, "pero tiene una cara".

"Volver¨¢ a comer y hablar; recobrar¨¢ la dignidad", dijo el cirujano

Cavadas: "Se ha violado la intimidad del donante y eso es sagrado"

El enfermo podr¨ªa recibir el alta hospitalaria en una semana o diez d¨ªas

Los m¨¦dicos asumen que sufrir¨¢ crisis agudas de rechazo

Al trasplantado le faltaba la parte inferior del rostro a causa de las sesiones de radioterapia y las operaciones a las que fue sometido para tratarle un tumor. No pod¨ªa hablar, ni tragar, y ha pasado todo ese tiempo aliment¨¢ndose con una sonda conectada directamente al est¨®mago. Cavadas calific¨® su vida de "m¨ªsera".

Suponiendo que todo salga bien, el paciente recuperar¨¢ la capacidad de hablar de forma inteligible, podr¨¢ comer, recobrar¨¢ el sentido del gusto en una parte de la lengua y en cierta forma, dijo el cirujano, la "dignidad humana". El alta podr¨ªa d¨¢rsele en una semana o 10 d¨ªas. A partir de entonces permanecer¨¢ en Valencia, durante un a?o, someti¨¦ndose a la rehabilitaci¨®n y visitando casi a diario la consulta de Cavadas.

Antes de adentrarse en los detalles de la operaci¨®n, la conferencia de prensa celebrada en La Fe, en la que casi todo parec¨ªa improvisado salvo las explicaciones del m¨¦dico, trat¨® la pol¨¦mica desencadenada por la revelaci¨®n de la identidad del donante. La quiebra de la confidencialidad, una infracci¨®n de la ley de trasplantes, se vio muy facilitada por el comunicado que difundieron el Ministerio de Sanidad y la consejer¨ªa valenciana pocas horas despu¨¦s de la operaci¨®n. En ¨¦l se indicaba el sexo, la edad, y la causa de la muerte del donante.

El consejero Manuel Cervera, que acompa?¨® ayer a Cavadas, y el cirujano, sin embargo, eludieron asumir cualquier responsabilidad y apuntaron a los medios. "Se ha violado la intimidad del donante. Y si hay algo sagrado en los trasplantes es el derecho a la intimidad y el respeto absoluto a personas que tienen un gesto de generosidad inimaginable", dijo Cavadas.

El m¨¦dico asegur¨® tener constancia de que la familia del donante, un hombre de 35 a?os fallecido a causa de un accidente de tr¨¢fico, prepara acciones legales, aunque no precis¨® contra qui¨¦n. Y adelant¨® que el paciente ha dejado claro que no tiene intenci¨®n de darse a conocer. "Por encima de mi cad¨¢ver se conocer¨¢ su identidad".

La intenci¨®n de Cavadas era explicar la operaci¨®n la semana que viene, una vez comprobado que todo hab¨ªa salido bien. La revelaci¨®n de la identidad del donante le llev¨®, sin embargo, a adelantarla.

Durante cerca de una hora el m¨¦dico fue revelando que el primer trasplante de cara de Espa?a fue la culminaci¨®n de un largo proceso. El paciente se reuni¨® por primera vez con el equipo de cirujanos (que pertenecen a la privada Fundaci¨®n Pedro Cavadas) hace un a?o. Ante la falta de experiencia los m¨¦dicos se entrenaron con "simulaciones anat¨®micas". Y debido al estado en que se encontraba decidieron someterlo, hace tres meses, a una operaci¨®n preparatoria en la que buscaron los nervios de la lengua y de la cara.

A pesar de ello, el inicio del trasplante fue m¨¢s bien precipitado. Cavadas empez¨® a operar dos horas despu¨¦s de volar a Valencia desde Kenia, donde su fundaci¨®n lleva a cabo intervenciones quir¨²rgicas "humanitarias", seg¨²n cont¨® ayer. Cuando le llamaron para decirle que en La Fe hab¨ªa un donante compatible se encontraba en una pista del aeropuerto de Nairobi, y el avi¨®n estaba a punto de intentar un segundo despegue.

Ya en el quir¨®fano utiliz¨® venas y arterias del t¨®rax. Las superiores eran inservibles por las muchas intervenciones a las que el paciente hab¨ªa sido sometido. El equipo de cirujanos repar¨® el interior de la faringe, el interior de la boca y despu¨¦s efectu¨® la costura de los nervios.

Se le fij¨® la mand¨ªbula inferior del donante, con dentadura incluida, mediante placas y tornillos. En un inciso, el cirujano explic¨® que para ser donante en una operaci¨®n de este tipo, adem¨¢s de tener el mismo sexo, un grupo sangu¨ªneo compatible, un tono de piel parecido y un tama?o similar (en todo caso, mejor un poco m¨¢s grande) al del receptor, era imprescindible contar con una "salud bucodental excelente". La dentadura superior le fue retirada, dijo Cavadas, porque se encontraba en mal estado y corr¨ªan el riesgo de que se mordiera la lengua reci¨¦n implantada, que estaba muy hinchada.

El ¨²ltimo paso consisti¨® en injertarle la piel. A continuaci¨®n, fue trasladado a toda prisa a la unidad de cuidados intensivos, donde se le suministraron medicamentos para evitar rechazo. "Contamos con que habr¨¢ crisis de rechazo agudas", se?al¨®. Pero aunque en un trasplante de cara y lengua las probabilidades de que ello ocurra aumentan, su detecci¨®n es m¨¢s sencilla (por la aparici¨®n de manchas) que en los ¨®rganos internos, y seg¨²n Cavadas es f¨¢cil controlarlas con medicamentos.

El momento m¨¢s complicado en las 15 horas que dur¨® el trasplante, cont¨®, fue la extracci¨®n de la secci¨®n de mand¨ªbula del donante, al que ya se le hab¨ªan quitado el coraz¨®n y los pulmones y se encontraba completamente r¨ªgido. Si nada falla, el trasplantado empezar¨¢ la rehabilitaci¨®n para ganar movilidad en la cara y la lengua dentro de un mes. Antes de que vuelva a deglutir, el mayor reto que tiene por delante, pasar¨¢n varios meses m¨¢s.