Un pastelito con superpoderes
Pan-Pan, un personaje de dibujos animados con cara de panecillo, tiene museo en Yokohama. La segunda ciudad m¨¢s poblada de Jap¨®n sorprende con m¨²sica 'enka', historia y la arquitectura de Polo Zaera
El 8 de julio de 1853, el comodoro Matthew C. Perry se plant¨® con cuatro fragatas de la Marina de Estados Unidos en Uraga, al sur del actual Tokio, exigiendo a los caudillos de Jap¨®n la apertura de un puerto comercial en la costa del Pac¨ªfico. Amedrentado por el poder¨ªo militar de su flota, el sogunato, que hab¨ªa prohibido la presencia extranjera en el pa¨ªs hac¨ªa m¨¢s de 200 a?os, cedi¨® e instaur¨® el atracadero en 1859. Lo hizo, eso s¨ª, expresamente en Yokohama, una villa alejada de la ruta Tokaido, la principal v¨ªa comercial que un¨ªa la antigua Edo (hoy Tokio) con la capital, Kioto. Nada hizo sospechar al gobierno militar que esta aldea de pescadores de apenas un centenar de casas experimentar¨ªa tama?o desarrollo mercantil y cosmopolita, suponiendo el primer paso hacia la voraz modernizaci¨®n del pa¨ªs y tambi¨¦n hacia su derrocamiento, apenas una d¨¦cada despu¨¦s. Hoy, la segunda ciudad m¨¢s poblada de Jap¨®n (tres millones de habitantes) celebra el 150 aniversario de la apertura de su puerto, la primera gran puerta que se abri¨® entre Jap¨®n y Occidente.
09.00 De muelles y gatos
Por su valor simb¨®lico y est¨¦tico, no hay nada como arrancar la visita en Osambashi, (1) el muelle m¨¢s antiguo del puerto, posteriormente transformado en la terminal internacional de pasajeros y reconvertido en 2002 (tras 15 a?os de proyecto) en un espectacular conjunto firmado por el estudio del espa?ol Alejandro Polo Zaera y su mujer Farshid Moussavi (el estudio Foreign Office Architects). Para visitarlo lo mejor es caminar desde el apeadero Nihon Odori de la Minato Mirai, l¨ªnea de tren que une la estaci¨®n tokiota de Shibuya con la ciudad en media hora. El nuevo Osambashi sorprende por su integraci¨®n sobre la superficie del muelle, y una vez dentro, por su estructuraci¨®n plegada y fluida, rematada por un parque de c¨¦sped sobre la cubierta. Al retomar nuestros pasos, nos topamos con una estampa peculiar llegando a la esquina de Kaigan-dori: (2) varias tiendas exhiben en el escaparate fotos de un simp¨¢tico gatito. El misterio se desvela en Pilot Company, una tienda de electr¨®nica que cobija fotos y recuerdos del minino. Su due?a, Masako, explica que es un homenaje a su mascota Kasan, que vivi¨® 24 a?os y fue muy querida.
10.00 Un barco ajardinado
Tras expresar nuestras condolencias por la perdida de Kasan, tomamos la pasarela de Shinkobashi y seguimos hasta el Red Brick Warehouse, (3) las dos naves de ladrillo rojo levantadas como aduana a principios del siglo XX. La primera de ellas acoge hoy exposiciones y festivales y la segunda, una galer¨ªa comercial donde destacan tiendas de ropa alternativa como TK, Goody! LAUNDRY o CA4LA, que tiene lo ¨²ltimo en sombreros, pieza indispensable en el guardarropa de los j¨®venes nipones. Muchos de ellos se dan cita en Chano-ma, estiloso local de la tercera planta donde se puede comer, cenar o tomar una copa tendido sobre una cama. Si se sale al exterior se divisa Osambashi enmarcado por los soportes colgantes del Skywalk, el puente que atraviesa el estuario. La suma de ambas estructuras se asemeja a un enorme barco de vela con cubierta de c¨¦sped. Enfrente tienen lugar dos de los eventos m¨¢s llamativos del aniversario: el despliegue de una gigantesca ara?a mec¨¢nica a cargo del grupo franc¨¦s La Machine y el show multimedia Home (entrada conjunta, 17. http://event.yokohama150.org).
11.30 La antigua nave
Cruzando el puente Bankokubashi y girando en Kaigan-dori se llega a Bank Art Studio NYK,(4) una antigua nave de la todopoderosa naviera NYK que ahora sirve de sede a la asociaci¨®n art¨ªstica Bank Art 1929 (www.bankart1929.com). Este moderno espacio acoge muestras de vanguardia que tocan desde la arquitectura hasta la cocina. Tomar una copa al anochecer en la White Limousine Yatai, su sofisticada terraza junto al canal, es una delicia. Caminando por Hon Cho Dori, alcanzamos la siguiente parada: el Museo Mar¨ªtimo de Yokohama (5) (www.nippon-maru.or.jp. 4,50 euros), que repasa los 150 a?os de historia de la ciudad, incluyendo los estragos provocados por el terremoto de 1923 y los bombardeos estadounidenses de la Segunda Guerra Mundial.
13.30 Pececitos en las alturas
Frente al Nippon Maru se erige la torre Landmark (6) (www.yokohama-landmark.jp), el edificio m¨¢s alto de Jap¨®n con 295 metros. Pagando 7,50 euros se puede tomar el ascensor hasta el piso 69 para divisar la bah¨ªa, Tokio, el monte Fuji o el cercano Museo de Arte de Yokohama, proyectado por Kenzo Tange. En la misma planta podemos someternos a un original tratamiento de peeling, introduciendo las manos en un tanque donde unos peque?os peces doctor se pegan un fest¨ªn con las c¨¦lulas muertas de nuestra piel. La Landmark se levanta en la moderna zona de Minato Mirai 21, con rascacielos, centros comerciales y dos espacios para los m¨¢s peque?os: el parque de atracciones Cosmo world (7) y el Museo de Anpanman, (8) un divertido personaje de dibujos animados japon¨¦s que en Espa?a fue conocido como Pan-Pan, un pastelito antropom¨®rfico, relleno de mermelada y con superpoderes.
14.30 'Gyunabe' y teatro 'noh'
Cuando el hambre acecha hay dos opciones. Una es tomar el metro hasta la estaci¨®n de Shin Yokohama y entrar en el Museo del Ramen (9) (www.raumen.co.jp. 2,25 euros), recinto ambientado como el Tokio de finales de los cincuenta que rinde homenaje al ramen, plato japon¨¦s callejero por excelencia (fideos chinos en sopa), con nueve restaurantes. La otra es poner rumbo al barrio de Noge, (10) plagado de a?ejos restaurantes donde se deber¨ªa probar el gyunabe (guiso de carne t¨ªpico de Yokohama) antes de visitar el Teatro Noh (11) (0081 452 633 055. Visitas guiadas los d¨ªas que no hay funci¨®n), una hermosa sala erigida a finales del XIX.
16.00 El aroma europeo
Regresando a la zona de Nihon Odori, podemos pasear por el parque de Yamashita, (12) erigido sobre los escombros que dej¨® el terremoto de 1923, y llegar a Yamate, (13) el antiguo barrio occidental. Una buena manera de captar su esp¨ªritu internacional es leer las l¨¢pidas del laber¨ªntico Cementerio Extranjero (14) (www.yfgc-japan.com), donde se descubren romances mestizos, heroicidades b¨¦licas o nombres como Mar¨ªa Taki Gunther o Ludwig Goldfinger (s¨ª, como el archienemigo de James Bond).
19.00 Jazz en Chinatown
Deambular por los bulliciosos callejones del Barrio Chino, (15) plagados de restaurantes y bazares, tiene su encanto al anochecer. Aqu¨ª est¨¢ Windjammer, (16) club de jazz fundado en los setenta por Jimmy, un soldado de la Marina estadounidense, y su mujer japonesa, Atsuko. Si no hay m¨²sica en directo esa noche, tal vez pueda pedir una melosa canci¨®n de estilo enka como Blue light Yokohama, de Ayumi Ishida, o cualquiera de la gran Hibari Misora, natural de Yokohama. Recl¨ªnese degustando un Bamboo (c¨®ctel a base de Jerez amontillado, verm¨² seco y Angostura inventado en 1890 en el m¨ªtico Yokohama Grand Hotel) mientras se deja envolver por el elegante esp¨ªritu de esta ciudad.
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![El barrio chino de Yokohama (Jap¨®n).](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/SE5NLJXVPEP7NCWFGKOBKHODMU.jpg?auth=38d4cd38865d96ed5b66426eb7d5218b935ab0fa48050d151376122841d1f09d&width=414)
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