El mestizaje sure?o invade CambriRock
El festival de Cambrils se consolida como el evento musical de Tarragona
"Cubatas, calimocho, cerveza caliente". El reclamo de la caravana empleada como local de copeo junto al acceso de CambriRock resumi¨® la receta del festival anteanoche: m¨²sica zumbona, desenfadada y con marcado duende andaluz para atraer a aficionados de todo el pa¨ªs. Un plato similar al men¨² que ofreci¨® anoche el evento de Cambrils, consolidado como el principal festival de Tarragona. El descaro de bandas como Dorian y Lori Meyers coronadas por el mestizaje de Macaco, estrella indiscutible del evento. La sesi¨®n del viernes demostr¨® que la receta funciona, con cerca de 5.000 asistentes que se dejaron los pies en el arenal convertido en zona de baile. Chambao y Ojos de Brujo pusieron la melod¨ªa rumbeada; el p¨²blico se dej¨® gargantas y palmas y la fiesta aguant¨® hasta las cuatro de la madrugada.
Gust¨® la apuesta por bandas que desbordan el horizonte del rock
Gust¨® la apuesta por bandas que desbordan el horizonte del rock, principal novedad de esta edici¨®n. Los m¨¢s ortodoxos tuvieron su raci¨®n el jueves, con los rasgueos duros de Barricada y Rosendo. El viernes empez¨® el turno para un perfil m¨¢s juvenil y lejano. Desde D¨¨nia, Logro?o, Albacete y hasta Extremadura. Nuevo p¨²blico para un festival que empieza a despuntar en el terreno nacional. "El cartel nos parec¨ªa tan atractivo que decidimos venir por primera vez. Caravana y manta", expusieron con sencillez las murcianas Laura y Vanessa, dos vestidos negros mene¨¢ndose al ritmo que imprim¨ªan las luces.
"Esto no se hab¨ªa visto nunca, otros a?os actuaban grupos que ya hab¨ªan venido para las fiestas mayores. Esta noche se lo han currao", asegur¨® extasiada Mar¨ªa, joven que mov¨ªa la cintura junto a la barra del bar durante horas porque le faltaban manos para sujetar el tique del combinado. "Ol¨¦, ol¨¦", le animaba en corro su pandilla. A nadie le import¨® el atasco que gener¨® Mar¨ªa, porque el festival goza a¨²n del privilegio de los encuentros de tama?o medio. Pocas colas para adquirir consumiciones, ligera espera para acceder a la zona de ba?o, posibilidad de acercarse al escenario sin excesivo miedo a los codazos.
Un aspecto que cuidar si la afluencia sigue en aumento. A Jaime, padre de familia de 46 a?os, la aglomeraci¨®n ya empez¨® a molestarle. "Esperaba que fuera m¨¢s tranquilo. Otros a?os era un festival m¨¢s familiar", protest¨® entre los alaridos juveniles. Marc, su hijo de nueve a?os, se tapaba los o¨ªdos seg¨²n las indicaciones paternas, pero parec¨ªa dar palmas con los pies. "Chambao me gusta, pero ellos me asustan", se sincer¨® ante una panda de j¨®venes que saltaban empleando vasos llenos de cerveza como baquetas. CambriRock tambi¨¦n deber¨¢ ajustar los excesos sure?os con el auditorio de corte familiar, perfil que asume buena parte de la concurrencia.
"Nos parece mejor este a?o que el anterior. Por eso ha venido m¨¢s gente", confirmaron Rebeca y Javier, barceloneses de 19 a?os con experiencia en el festival. Que Rebeca lamentara la ausencia de artistas como David Bisbal da una idea del giro emprendido por el evento y tambi¨¦n de sus riesgos ¨²ltimos.
El experimento se queda por ahora en la muy sonriente Chambao, estrella de una noche en la que dispar¨® con sus mejores armas: la potente voz dulcificada con el deje cordob¨¦s que invadi¨® CambriRock. Tom¨® el relevo Ojos de Brujo, que levantaron al auditorio al recorrer durante m¨¢s de dos horas todas las diagonales del escenario. Toque salsero, rumba catalana con aroma funky y una trompeta que rasg¨® la noche hasta la alta madrugada. Mestizaje en estado puro.
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