Entrenemos la gratitud

Si nos preguntaran d¨®nde est¨¢bamos o qu¨¦ hac¨ªamos el 11 de septiembre del 2001 cuando nos enteramos de los ataques terroristas contra las Torres Gemelas, la gran mayor¨ªa podr¨ªamos responder sin dificultad. Esa situaci¨®n qued¨® grabada intensamente en nuestro cerebro por el gran impacto emocional que nos?provoc¨®. Los aviones no s¨®lo destruyeron las torres, sino que derrumbaron la?estabilidad emocional de much¨ªsimos ciudadanos. Numerosos estudios indicaron un gran aumento de depresiones, ansiedad, insomnio y otras alteraciones.

Entre esa amalgama de emociones negativas parece que no pudiera haber espacio para las positivas; sin embargo, algunos investigadores como Christopher Peterson, de la Universidad de Michigan, y Martin Seligman, de la Universidad de Pensilvania, se pusieron a investigar sobre el tema. Analizaron los resultados provenientes de un cuestionario al que hab¨ªan respondido 4.817 personas de diferentes partes del mundo (la mayor¨ªa de EE UU). Se compararon las puntuaciones de las personas que hab¨ªan respondido este test antes del 11 de septiembre con los datos de sujetos que lo hab¨ªan rellenado durante los dos meses despu¨¦s del ataque. Los resultados indicaron que algunos sentimientos positivos o virtudes hab¨ªan aumentado despu¨¦s del desastre, como la espiritualidad, el amor, la amabilidad, la esperanza y la gratitud.

"Dos grandes enemigas son la soberbia y la ambici¨®n desmesurada. As¨ª resultamuy dif¨ªcil apreciar lo que ya tenemos"

Cuando m¨¢s destellan nuestras fortalezas es en los momentos m¨¢s negros. La gratitud es una de las 24 virtudes humanas detectadas por Martin Seligman, padre de la psicolog¨ªa positiva, un nuevo enfoque que tiene como objetivo estudiar las fortalezas humanas m¨¢s que las debilidades, como se ven¨ªa haciendo en psicolog¨ªa. La religi¨®n y la filosof¨ªa s¨ª han atendido a lo largo de la historia las virtudes humanas. De hecho, existe una gran convergencia entre tradiciones filos¨®ficas y religiones sobre lo que se consideran fortalezas. En estas similitudes se bas¨® Seligman para detectar 24 de ellas. Algunas son: la curiosidad por el mundo, la valent¨ªa, el amor, la generosidad, la humildad? y la gratitud. La psicolog¨ªa positiva se basa en la idea, sustentada por muchos estudios, de que la pr¨¢ctica de nuestras fortalezas es lo que nos dirige hacia la felicidad. Y una de las fortalezas que m¨¢s estrechamente se han encontrado ligadas con la felicidad es precisamente la gratitud. En general, las personas m¨¢s agradecidas son las m¨¢s felices.

?Qu¨¦ es la gratitud?

"Mientras el r¨ªo corra, los?montes hagan sombra y en el cielo haya?estrellas, debe durar la memoria del beneficio recibido del?hombre agradecido" (Virgilio)

Si nos detenemos a pensar qu¨¦ es la gratitud, podemos ver c¨®mo tiene dos aspectos diferenciados. Por un lado, es una actitud de reconocimiento de las cosas buenas que nos suceden. Y por otro, la expresi¨®n de esta gratitud.

Analizando en m¨¢s profundidad esta definici¨®n vemos que agradecer es reconocer: si no apreciamos lo bueno que nos pasa, no podemos estar agradecidos. Y el problema es que muchas veces no sabemos apreciarlo. En algunas ocasiones no somos conscientes de ver lo bueno, sencillamente porque lo damos por supuesto. Nos levantamos por la ma?ana, nos metemos en la ducha, abrimos el grifo del agua caliente y nos duchamos. Si un d¨ªa al abrir el grifo, el chorro de agua que cae sobre nosotros es fr¨ªo, entonces se nos viene el mundo abajo. ?C¨®mo vamos a poder sobrevivir sin agua caliente? As¨ª ya tendremos el mal humor pr¨¢cticamente asegurado. Cuando las cosas no funcionan como deber¨ªan, nos enfadamos, pero cuando s¨ª lo hacen nos quedamos igual. No apreciamos que tenemos agua caliente, que?vivimos en un pa¨ªs sin guerras, el caf¨¦ que nos tomamos o el sol que sale a diario. Cosas grandes y peque?as. Las personas agradecidas son obviamente quienes no las dan por supuesto y las aprecian.

Ego grande, gratitud peque?a

"Un hombre orgulloso rara vez es?agradecido, porque piensa que todo se lo merece"(Henry Ward Beecher)

En el caso de las personas egoc¨¦ntricas o soberbias, su espacio mental est¨¢ permanente ocupado por ellas mismas, as¨ª que resulta muy dif¨ªcil que puedan apreciar lo que los dem¨¢s hacen por ellos; incluso si llegan a detectarlo, no lo valoran, puesto que los favores de los dem¨¢s los pueden ver casi como obligaciones. El sentimiento de superioridad les puede hacer creer que todo lo bueno que tienen lo han conseguido solos.

No experimentar gratitud puede llevar a este tipo de personas a sentirse muy solas. Los egos grandes suelen estar solos. Si no somos capaces de sentir agradecimiento, no seremos capaces de ver c¨®mo nos aprecian los dem¨¢s.

cuanta m¨¢s ambici¨®n, peor

"Todo nuestro descontento por?aquello de lo que carecemos procede de nuestra falta de gratitud por lo que tenemos" (Daniel Defoe)

Otra gran enemiga de la gratitud es la ambici¨®n desmesurada. Quienes quieren cada vez m¨¢s, no aprecian lo que ya tienen y, por tanto, no lo agradecen. La ambici¨®n que en nuestra sociedad se suele traducir en consumismo siempre nos empuja a buscar la felicidad comprando m¨¢s, lo cual impide apreciar y valorar lo que ya tenemos. El materialismo puede llevar a sentimientos retorcidos, podemos llegar a desear que se nos estropee el televisor para tener la excusa de comprar otro nuevo.

ejercicios para casa

"S¨®lo un exceso es recomendable en el mundo: el exceso de gratitud" (Jean de la Bruy¨¨re)

Si la gratitud fomenta la felicidad, hemos de procurar entrenarla. Seligman nos propone un ejercicio del que ha comprobado sus efectos positivos en much¨ªsimas personas. Sugiere que escojamos a una persona importante de nuestro pasado y a la que nunca hemos expresado nuestro agradecimiento por completo. Debemos escribir un testimonio lo suficientemente largo para llenar una p¨¢gina. Se trata de pensar en profundidad todo por lo que le estamos agradecidos y expresarlo con claridad. Debemos dar el testimonio en directo. La lectura ha de ser expresiva. Y al finalizar debemos tener tiempo para compartir los sentimientos que surjan.

Lo esencial es captar el mensaje principal del ejercicio. El a?o pasado me invitaron a dar una conferencia a personas mayores de mi ciudad. Lo que m¨¢s ilusi¨®n me hac¨ªa de la invitaci¨®n es que entre el p¨²blico se encontrar¨ªa mi madre. Cuando preparaba la charla, pens¨¦ en aprovechar la ocasi¨®n para agradecerle p¨²blicamente todo lo que ha hecho por m¨ª, pero dudaba si hacerlo porque ten¨ªa miedo de que estuviera fuera de lugar. Afortunadamente, cuando lleg¨® el d¨ªa me atrev¨ª. Ella se abochorn¨®, aunque le encant¨®. La pregunta es: ?qui¨¦n disfrut¨® m¨¢s: ella o yo? Sin duda alguna, yo.

Otro ejercicio hermoso que podemos llevar a cabo se trata de, por la noche, antes de acostarnos, repasar el d¨ªa y pensar qu¨¦ nos ha regalado. Debemos identificar los regalos que nos ha deparado la jornada. Los regalos pueden ser: un elogio que hemos recibido, la llamada inesperada de un amigo, haber aprendido algo interesante? Si nos acostumbramos a hacer este ejercicio, notaremos que estamos m¨¢s pendientes de lo que sucede positivo a nuestro alrededor.

Aprovecho la ocasi¨®n para agradecerles sinceramente haber dedicado un rato de su tiempo a leer mi art¨ªculo. Si no me prestaran su tiempo, no podr¨ªa disfrutar escribiendo.