Cita con la diva
La supermodelo, la diosa de ¨¦bano, la musa de los dise?adores, la superestrella glamourosa, la diva insufrible, la fiestera, la profesional de la impuntualidad, la lanzadora de m¨®viles, la eterna demandada, la adicta a los flases, la devorahombres, la incansable recaudadora de fondos, el s¨ªmbolo antirracista, la activista antipieles que viste pieles, la mujer m¨¢s bella de su tiempo, la peor cantante del mundo. Con 25 a?os de carrera, Naomi Campbell tiene un m¨¢ster en iconograf¨ªa pop. Una f¨¢brica de noticias, t¨®picos y medias verdades a la que ahora, con 39 a?os, pretende echar el freno. Pese a lo medi¨¢tico de su figura, lleva dos d¨¦cadas cultivando cierto misterio e inaccesibilidad. Y ¨¦sa es la faceta que ahora quiere explotar. "Nunca ense?o qui¨¦n soy en realidad. Y no creo que lo haga nunca", resumir¨¢ al final de la entrevista.
Llega hora y media tarde a la cita con El Pa¨ªs Semanal. En una casa espectacular en Ibiza aguardan su representante en Espa?a, una publicista portuguesa, el equipo de la sesi¨®n fotogr¨¢fica y el tr¨ªo a quien conf¨ªa su aspecto: peluquero, maquillador y "dise?adora de pesta?as", volados desde Londres para este reportaje. La acompa?a su en¨¦sima asistente. Dado el historial de demandas que colecciona de sus predecesoras, imposible no mirarla con cierto morbo (resulta ser una chica bastante normal, ni particularmente estresada ni, desde luego, v¨ªctima de ning¨²n maltrato aparente). La sala espera aterrorizada las primeras palabras de la modelo. Se quita las gafas de sol, saluda al fot¨®grafo. Ya ha trabajado con ¨¦l en dos ocasiones. Le besa. Respiro de alivio general. Se decide un¨¢nimemente que Naomi est¨¢ de buenas y se celebra en silencio. Mientras baja a maquillarse, comentan lo t¨ªpico: que est¨¢ muy guapa, que tiene la piel estupenda, que se nota que ha dormido bien, etc¨¦tera. Y que le ha encantado la casa. Que se ha interesado por ella, exactamente. S¨®lo falta un abrazo grupal.
La publicista marca un mont¨®n de l¨ªneas rojas. Entre otras muchas cosas, no se le puede preguntar por su relaci¨®n con el billonario ruso Vlad¨ªmir Doronin, el hombre que supuestamente la ha convertido en una balsa de aceite, que eventualmente podr¨ªa llevarla al altar y por quien ella estar¨ªa dispuesta a abrazar la fe ortodoxa. Todo seg¨²n la prensa inglesa. Tampoco por ninguna otra relaci¨®n anterior. Ni por sus problemas legales. Ni por qu¨¦ est¨¢ en Ibiza. Ning¨²n dato que d¨¦ alas a los ¨¢vidos paparazzi espa?oles, dice. Naomi est¨¢ en paz, feliz, tranquila, se ha volado a mucha gente para esta producci¨®n y conviene no tentar a la suerte. S¨ª se puede hablar, y mucho, de sus obras humanitarias y su colaboraci¨®n con Dolce & Gabbana. Es la nueva imagen de uno de los cinco nuevos perfumes que D&G lanza este oto?o. Una campa?a en la que comparte protagonismo con las igualmente recuperadas Claudia Schiffer (38 a?os) y Eva Herzigova (36) y que confirma el revival del fen¨®meno de las supermodelos de los noventa que tan buenos r¨¦ditos est¨¢ generando a Campbell.
ANTES DE LA ENTREVISTA, el tr¨ªo de habituales la peina y maquilla en un silencio sepulcral. Nada hace pensar que se conocen, quiz¨¢ por eso los elige. A Naomi no le gusta que le hagan la pelota ni que le den la chapa, es evidente. Teclea dos m¨®viles que guarda en el bolso que tiene en el regazo. Con exhibicionismo, como exige el personaje. Durante la entrevista tampoco dejar¨¢ de hacerlo. Seg¨²n dir¨¢ despu¨¦s, hab¨ªa un tercer m¨®vil, pero se le cay¨® el otro d¨ªa al mar.
Iman o Naomi sims fueron un ejemplo antes que yo. Simplemente act¨²o. No busco credenciales"
Lo consigue. Todo el mundo est¨¢ nervioso. Da la sensaci¨®n de que tiene que cumplir con su fama. Ha concedido m¨²ltiples entrevistas televisivas para limpiar su imagen de diva agresiva y caprichosa, pero a primera hora de esta ma?ana de julio parece encantada con la imagen que proyecta. No eres exactamente la chica de al lado, le pregunto. "No voy a pretender algo y luego ser otra cosa. Se trata de ser honesta".
No lo tuvo f¨¢cil. Mientras en los noventa sus amigas Claudia Schiffer, Linda Evangelista o Christy Turlington -ninguna m¨¢s famosa que ella- firmaban lucrativos contratos con compa?¨ªas de cosm¨¦ticos, ella protagonizaba portadas y videoclips, abr¨ªa y cerraba los desfiles m¨¢s prestigiosos, era la musa del fin de siglo..., pero estaba vetada en la liga comercial. La de los productos que se venden en supermercados y no en escaparates de lujo. Supuestamente, Revlon, la marca que hizo millonaria a Cindy Crawford, le hizo una oferta, pero por mucho menos que a sus compa?eras cauc¨¢sicas. Naomi la rechaz¨® por injusta. "Ha habido muchas veces en mi carrera en la que me han pedido que cobrara menos... No ha sido una compa?¨ªa en particular", matiza.
A PRINCIPIOS DE D?CADA, Procter & Gamble sald¨® esta deuda hist¨®rica. Bajo el nombre de The Design House of Naomi Campbell, el gigante de la cosm¨¦tica ha lanzado siete perfumes que han sido un ¨¦xito en varios pa¨ªses de Europa, Oriente Pr¨®ximo y Asia. Su ejemplo ha pavimentado el camino para que otra modelo negra, la et¨ªope Liya Kebede, disfrutara hasta hace poco de un contrato con Est¨¦e Lauder. O que la dominicana Arlenis Sosa firmara recientemente con Lanc?me. Siguen siendo casos excepcionales. "Se podr¨ªa decir que Iman, Pat Cleveland o Naomi Sims fueron ejemplos antes que yo. En cualquier caso, creo que es la mente de la gente lo que no se puede cambiar. Yo simplemente act¨²o, no busco credenciales. Pero por m¨¢s que pienso que el a?o pasado se avanz¨® mucho en esta direcci¨®n, este a?o hemos desandado todo lo andado. Porque no veo a ninguna mujer negra, o de ninguna otra raza, en grandes campa?as publicitarias". Se refiere a la publicaci¨®n en 2008 de un n¨²mero especial de Vogue Italia que denunciaba el racismo de la industria y en el que s¨®lo aparec¨ªan mujeres de color, entre ellas, Naomi y otras modelos hist¨®ricas. "Eso hizo ruido, estuvo bien, pero desafortunadamente estamos igual que antes", reitera. "La gente, con el p¨¢nico de la crisis, no se atreve a poner a una chica de color en su campa?a, y punto. Ni de ninguna otra raza. Es una verg¨¹enza. Muy triste".
Firmas que aspiran a ventas globales parecen ignorar que las mujeres de color consumen 20.000 millones de d¨®lares al a?o en moda, seg¨²n Targertmarketresearch.com. Hace dos a?os, en una conferencia celebrada en Nueva York bajo el nombre de La ausencia de imagen negra en la moda actual, Naomi recordaba c¨®mo la modelo Christy Turlington se plant¨® ante Dolce & Gabbana: "Si no contrat¨¢is a Naomi, no nos tendr¨¦is a nosotras". Eso tambi¨¦n inclu¨ªa a Linda Evangelista. "Linda y Christy me ayudaron mucho en los inicios. Christy, especialmente. No s¨®lo se enfrentaban a los dise?adores, era con todo el mundo", confirma. En agosto de 1988, Campbell fue la primera modelo negra en aparecer en la portada de Vogue Paris, previa mediaci¨®n de Yves Saint Laurent, que amenaz¨® con retirar la publicidad despu¨¦s de que ¨¦sta supuestamente se negara a sacar a la modelo, o a cualquier otra de color, en su portada.
Con la crisis, nadie se atreve a poner una chica negra en su campa?a. Es una verg¨¹enza
NAOMI(pronunciado Ne-you-mi) naci¨® en Streatham, un suburbio de clase media al sur de Londres. Su madre, Valerie Campbell, era una bailarina de ballet de descendencia afro-jamaicana. De acuerdo con el deseo de ¨¦sta, la modelo nunca conoci¨® a su padre (un hombre multirracial de ascendencia china, explic¨® en 1996 a Arena), que las abandon¨® dos meses despu¨¦s de nacer ella. Valerie pasaba mucho tiempo viajando por Europa con su compa?¨ªa y contrat¨® a una ni?era para que se ocupara de su hija y su hermano. A los ocho a?os, Naomi apareci¨® en el v¨ªdeo de Bob Marley Is this love? A los 10 se matricul¨® en la Academia de Artes Esc¨¦nicas de Londres y empez¨® a estudiar danza. Al tiempo, aparec¨ªa en The Wall, de Pink Floyd. A los 14, Beth Boldt, directora de la agencia Synchro, la descubri¨® mientras miraba escaparates en Covent Garden. Naomi cogi¨® la tarjeta y suplic¨® a su madre que le dejara ir a verla. En pocos meses, volaba rumbo a Nueva Orleans para hacer su primer editorial en la edici¨®n brit¨¢nica de Elle.
Azzedine Ala?a, el modista que seg¨²n los expertos mejor ha abrazado la anatom¨ªa de la mujer, recordaba en The Independent el aterrizaje de la modelo en Par¨ªs: "La primera vez que la vi pens¨¦ '?guau!'. Me record¨® a Josephine Baker. Le dije que se probara alguno de mis vestidos. Ten¨ªa 16 a?os y su cuerpo a¨²n no estaba desarrollado del todo, pero vi su maravillosa estructura muscular y le pregunt¨¦ si se pod¨ªa quedar para mi desfile. Tuve que llamar a su madre, que me dijo: 'S¨®lo puede quedarse si la acoges en tu casa". Naomi no hablaba franc¨¦s entonces, y el dise?ador no pod¨ªa expresarse en ingl¨¦s, pero consiguieron entenderse. A partir de ese momento, Ala?a la adoptar¨ªa como musa, y ella, como una de sus "tres figuras paternas", a las que se dirige como pap¨¢ (las otras dos son el fundador del sello Island Chris Blackwell y el productor musical Quincy Jones). "Al principio, Naomi dorm¨ªa en un colch¨®n en el suelo y se escapaba por la ventana para salir de fiesta", relat¨®, "as¨ª que la aloj¨¦ en la habitaci¨®n de arriba para tenerla controlada. A veces, incluso, le dejaba mi cama y yo dorm¨ªa en el colch¨®n".
Su amistad sigue intacta, y cuando el pasado mayo el Museo Metropolitano de Nueva York present¨® la exposici¨®n Model as muse (un recorrido a la historia de la moda a trav¨¦s de sus modelos m¨¢s c¨¦lebres) sin incluir ning¨²n vestido del creador, Campbell decidi¨® boicotear su gala inaugural liderando una retah¨ªla de sonadas ausencias de modelos invitadas. "No fui a la exposici¨®n, as¨ª que no puedo comentar nada sobre ella", replica. "He sido una musa para Ala?a y no iba a asistir a algo en lo que ¨¦l no estaba involucrado. No habr¨ªa tenido sentido. No quer¨ªa ser desleal a alguien que me ha sido leal durante 23 a?os. Me siento bendecida por tenerlo en mi vida."
Pero fue Gianni Versace quien la convirti¨® en una estrella. Presentados por Christy, sellaron una especie de alianza (que tambi¨¦n inclu¨ªa a Evangelista) que les llev¨® a firmar una de las p¨¢ginas m¨¢s memorables de la historia de las pasarelas. Naomi lo recuerda as¨ª: "Nos divert¨ªamos tanto... Nos apoy¨¢bamos, est¨¢bamos muy unidas. Y ten¨ªamos a maravillosos dise?adores detr¨¢s: Ala?a, Karl Lagerfeld... y Gianni Versace. Era diferente. Gianni fusion¨® la m¨²sica y la moda. Ten¨ªamos a Sting o a Bon Jovi tocando detr¨¢s, Prince haciendo CD especiales para ¨¦l... La gente esperaba horas en colas interminables para entrar. Hab¨ªa una energ¨ªa especial".
Las supermodelos nos divert¨ªamos tanto... est¨¢bamos muy unidas y hab¨ªa una energ¨ªa especial
LAS MODELOS SE HAB?AN CONVERTIDO en las due?as absolutas del cotarro. Decid¨ªan cu¨¢nto, d¨®nde y con qui¨¦n. Era tal la locura que en 1995, en plena fiebre de lo tem¨¢tico, alguien pens¨® que mezclar supermodelos con hamburguesas y patatas fritas era una gran idea. Elle MacPherson, Claudia, Christy y Naomi, junto al hostelero italiano Tommaso Buti, fundaron Fashion Caf¨¦, una cadena con locales en Yakarta, M¨¦xico DF, Nueva Orleans, Manila y Barcelona. Al restaurante se entraba atravesando un gigantesco objetivo fotogr¨¢fico, y los camareros descend¨ªan de una pasarela sujetando bandejas de fish and chips, el plato brit¨¢nico de la carta dedicado a Naomi. En 2000, Buti fue acusado de estafar a sus inversores, y la cadena, que nunca fue exactamente popular, pas¨® a ser un recuerdo m¨¢s de la ¨¦poca delirante en que las superchicas no se levantaban de la cama "por menos de 10.000 d¨®lares", como un d¨ªa describi¨® Linda Evangelista. ?
-?Es irrepetible el fen¨®meno de las supermodelos?
Fue algo ¨²nico, no se puede volver atr¨¢s. Era algo espont¨¢neo, no estaba planificado. Ahora todo es m¨¢s corporativo. Adem¨¢s, Gianni ya no est¨¢.
Ahora que la verdadera belleza radica en la herramienta de licuado del Photoshop, un rostro y unas medidas perfectas han perdido cuota de poder. Los anunciantes ya no pasan por el aro. Y lo que resulta es un nuevo perfil de modelo menos caprichosa y menos problem¨¢tica. Menos estrella. Sin embargo, el mismo sistema que soslay¨® la figura de la supermodelo a finales de los noventa, el mismo que se sinti¨® vampirizado, eclipsado, celoso de su supercelebridad, reivindica hoy su viejo poder¨ªo, a¨²n por superar. En las ¨²ltimas temporadas hemos visto a Evangelista en campa?as de Prada, a Schiffer en Ferragamo, a Campbell y Turlington en YSL...
No trato de cambiar la opini¨®n que la gente tiene de m¨ª. que piensen lo que quieran
Mientras sus compa?eras se retiraban gradualmente de los focos, seren¨¢ndose en el papel de madres y empresarias, Campbell, acaso la m¨¢s impresionable de todas, segu¨ªa al pie del ca?¨®n. Y encontr¨® en los proyectos ben¨¦ficos el objetivo en el que volcar toda su c¨¦lebre energ¨ªa. Como embajadora global de la ONG White Ribbon Alliance (WRA), denuncia que "cada minuto alguna madre muere embarazada o en el parto en los pa¨ªses en v¨ªas de desarrollo. Casi siempre muere tambi¨¦n su hijo. En esos lugares, las mujeres son a menudo los l¨ªderes familiares. La WRA trata de recaudar fondos y concienciar sobre esta causa". Pero su labor trasciende aqu¨ª a las representativas. La modelo tira de agenda personal y monta, a golpe de m¨®vil, desfiles de moda para recaudar fondos. Como el que organiz¨® durante la Semana de la Moda de Londres de septiembre de 2008.
Pero ?c¨®mo casan trapos y mortalidad maternal?
Hay muchas cosas que pueden ayudar a concienciar sobre el asunto; yo simplemente pens¨¦: la moda es lo que yo hago. Cojo el tel¨¦fono y llamo a las modelos, a los dise?adores, a todo el mundo. No es f¨¢cil, pero todo el mundo se identifica con la causa. Y el p¨²blico paga la entrada y se siente involucrado.
?Considera que a veces se banaliza injustamente su dimensi¨®n p¨²blica?
Ha habido muchas veces en mi carrera en las que me han pedido que cobrara menos que mis compa?eras
No hago obras solidarias para que la gente lo sepa. Llevo haci¨¦ndolas desde 1993. Me gusta. Todo el mundo me dec¨ªa: "Oh, tienes que hacer algo de eso", y es porque no ten¨ªan ni idea de que ya lo estaba haciendo. Pero no trato de cambiar la opini¨®n que la gente tiene de m¨ª. Eso me da igual. Sea la que sea. Que piensen lo que quieran.
-?Qu¨¦ le ha impresionado m¨¢s en el desarrollo de su trabajo humanitario?
No soy f¨¢cilmente impresionable. Si voy a Soweto, en Johanesburgo, s¨¦ con qu¨¦ me voy a encontrar. Puedo controlar mis emociones: es mejor no llorar. Intento marcar la diferencia, y la conmoci¨®n, desde luego, no marca la diferencia.
Campbell ha desarrollado una relaci¨®n especial con Sur¨¢frica. Nelson Mandela ha premiado p¨²blicamente su amistad y sus esfuerzos recaudatorios nombr¨¢ndola "nieta honor¨ªfica", pero tambi¨¦n ha mostrado malestar por algunas de sus publicitadas salidas de tono. Hace un a?o, cuando se celebraba un concierto en Londres con motivo del 90? cumplea?os del l¨ªder anti-apartheid, varias cabeceras brit¨¢nicas informaban de que la diva desaparec¨ªa de la lista de presentadores del acto tras ser arrestada por presuntamente agredir a dos polic¨ªas en el aeropuerto de Heathrow. Sin embargo, el afecto parece inquebrantable. "Habl¨¦ con ¨¦l el pasado s¨¢bado [por el 18 de julio], cumpl¨ªa 91. Es una persona asombrosa, humilde, sincera. Ha sacrificado mucho por su gente y todo el mundo le quiere", explica.
Sus problemas con la justicia han hecho las delicias de la prensa amarilla. En 2000, una asistente la acusaba de asaltarla con un m¨®vil en una habitaci¨®n de hotel y de amenazar con empujarla de un Peugeot en movimiento. Cuatro a?os despu¨¦s, Campbell ganaba un juicio contra The Daily Mirror por violar su derecho a la intimidad al publicar unas im¨¢genes en las que sal¨ªa de una cl¨ªnica de Narc¨®ticos An¨®nimos. Pero fue en 2007, tras una denuncia de una nueva asistente, cuando Campbell le dio una interesante vuelta a la tortilla.
UN JUZGADO LA CONDEN? a atender un curso para controlar su temperamento y a pasar cinco d¨ªas de servicio comunitario barriendo suelos en un edificio p¨²blico de Nueva York. Un diario relatado por Campbell a la revista W recoge sus impresiones sobre la experiencia: "A lo mejor hacer este servicio estaba planteado como un castigo humillante, pero no lo es en absoluto (...). Tengo que decir que barriendo encuentro consuelo. No tengo otras responsabilidades. No tengo tel¨¦fono. Tengo tiempo para pensar. S¨®lo encuentro, ya sabes, paz (...). No digo esto para excusarme. Tir¨¦ el tel¨¦fono -lo tir¨¦, pero no pegu¨¦ a nadie con ¨¦l- y eso est¨¢ mal. Soy culpable. Asumo la responsabilidad (...). La gente de los servicios sanitarios estaba contenta con mi trabajo. Es todo lo que quer¨ªa o¨ªr. Siento que he pagado mi deuda con la sociedad". La modelo hizo buenas migas con el resto de trabajadores, a los que invit¨® a comer en varias ocasiones. Con todo, no consigui¨® evitar que la sentencia se convirtiera en un circo medi¨¢tico. La prensa y los internautas puntuaban diariamente los looks con los que iba a cumplir condena. Dise?adores y estilistas la llamaban para que vistiera sus prendas.
CUANDO HASTA UNA CA?DA de pesta?as te convierte en noticia, desaparecer no tiene por qu¨¦ ser la ¨²nica opci¨®n. Campbell ha disfrutado mucho del centro de atenci¨®n. En ocasiones lo ha exprimido en exceso. Publicar una novela de juventud con la ayuda no acreditada de un tercero quiz¨¢ no fuera la mejor idea. Lanzar un disco (cruelmente considerado por la revista Q como el sexto peor de la historia), tampoco. Pero su en¨¦sima reinvenci¨®n profesional le ha llevado a entrevistarse con Hugo Ch¨¢vez y Cristina Fern¨¢ndez de Kirchner para la edici¨®n brit¨¢nica de GQ, y la repercusi¨®n ha sido global (y, salvo por el rumor de alg¨²n romance poco cre¨ªble, no necesariamente negativa). "No puedo decir que la manera en que conduje la entrevista con Cristina coincidiera con lo que sali¨® impreso", se queja; "pero la que hice con Ch¨¢vez, s¨ª". Naomi no se amilana ante nadie. "Cristina es adorable. Intenta hacer su trabajo lo mejor posible. Con Ch¨¢vez, la conversaci¨®n fue muy fluida. Son l¨ªderes sujetos a mucha presi¨®n. Su gente les mira buscando liderazgo, quieren que les lleven en la buena direcci¨®n".
Su faceta filantr¨®pica, adem¨¢s, le ha llevado a trabajar mano a mano con Sarah Brown, esposa del premier brit¨¢nico, o a cenar con Michelle Obama y varios l¨ªderes pol¨ªticos durante el ¨²ltimo G-20 celebrado en Londres. Est¨¢ orgullosa, pero no se siente c¨®moda hablando de ello. Desde luego, Campbell tiene una relaci¨®n dif¨ªcil con su celebridad. Se repelen tanto como se necesitan. Pero hoy, en la sesi¨®n de fotos de Ibiza, ha acabado imponi¨¦ndose su mejor versi¨®n. Intercambiando tel¨¦fonos, an¨¦cdotas, compartiendo el catering en el set. De las dos fotos inicialmente acordadas, se ha pasado a siete. Porque a ella le ha dado la gana. Al despedirse, se lo agradecemos. "Cuando el equipo es bueno, el trabajo tambi¨¦n lo es. Cuando no, me largo", responde, escueta, mientras besa a todo el mundo.
Que pocas semanas despu¨¦s, The Daily Mail informara que la modelo presuntamente hab¨ªa tenido un nuevo altercado con un fot¨®grafo en la isla de Lipari (Italia), hace prever que queda Naomi para rato.
Una mujer, muchas caras: incombustible, ha experimentado con todas las facetas de la fama durante un cuarto de siglo. Un repaso a los hitos que han marcado la vida p¨²blica de Naomi .
Pionera.
Se convierte en la primera modelo negra en aparecer en la portada de Vogue Paris, en su n¨²mero de agosto de 1988. Fruto de la cancelaci¨®n a ¨²ltima hora de otra modelo y gracias a la presi¨®n del propio Yves Saint Laurent, que a su vez fue el primer dise?ador en contratar a mujeres de color en un desfile de moda. Campbell tambi¨¦n es la primera modelo negra en aparecer en las portadas de Vogue Jap¨®n y Time.
Superamigas.
Aparece en 1990 junto a Linda Evangelista, Cindy Crawford y Christy Turlington en el videoclip de George Michael Freedom! '90, dirigido por David Fincher. Para muchos, aqu¨ª arranca el reinado de las supermodelos.
Michael
. Con su aparici¨®n en 1992 del videoclip de Michael Jackson In the closet (dirigido por el tambi¨¦n amigo y fallecido fot¨®grafo Herb Ritts) se da a conocer en los pocos rincones del planeta donde a¨²n no la conocen. "Crec¨ª con Michael Jackson, era un buen amigo", revela tras su muerte; "el artista m¨¢s innovador de la historia del entretenimiento. Nadie lograr¨¢ lo que ¨¦l consigui¨®. Y se lo devolvi¨® a la gente con sus obras de caridad. Fue un padre y un ser humano incre¨ªble. Su rol en la cultura popular es imposible de superar".
Sexual.
Se suelta la melena. En 1992 aparece desnuda en Sex, el libro er¨®tico de Madonna fotografiado por Steven Meisel, donde comparte juegos sexuales con los raperos Vanilla Ice y Big Dady Kane, la estrella porno gay Joel Stefano y la arist¨®crata Tatiana von F¨¹rstenberg. Repetir¨¢ desnudos en el v¨ªdeo de Erotica (en la imagen) y en la revista Playboy.
Musical.
Despu¨¦s de colaborar con Vanilla Ice y Quincy Jones, publica su primer y ¨²ltimo disco, Babywoman. Un ¨¦xito en Jap¨®n y un desastre en el resto del mundo. El recochineo fue brutal, pero una mirada desprejuiciada descubre temas m¨¢s que interesantes (fenomenalmente facturados por productores estrella de la ¨¦poca como Gavin Friday) y una voz humeante altamente disfrutable.
Empresaria.
Junto a otras supermodelos, funda Fashion Caf¨¦, con una curiosa carta (el bistec con patatas de Claudia Schiffer y el fish & chips de Naomi) y una calidad digna. Adem¨¢s, el merchandising de rigor (con chaquetas de cuero a casi 1.000 euros). Tras el fervor inicial, la cadena pas¨® a mejor vida. En 2001 inicia una aventura con Procter & Gamble para vender perfumes con su nombre que s¨ª se convierte en un ¨¦xito.
Reivindicativa.
En 2008 es portada de un n¨²mero de Vogue Italia que denuncia el racismo en la moda. Un leit motiv en su carrera. Andr¨¦ Leon Talley, de Vogue USA, la eleva a la categor¨ªa de s¨ªmbolos como Oprah Winfrey.
Ahijada.
El dise?ador Azzedine Ala?a (arriba), el fundador del sello discogr¨¢fico Island Chris Blackwell y el productor Quincy Jones se convierten en una suerte de padres adoptivos honor¨ªficos. "Me siento bendecida por su amistad", dice ella. Con el benepl¨¢cito de su madre, Valerie, durante sus 25 a?os de viajes por el mundo le han dado consejos, la han alojado en sus casas y, en ocasiones, hasta le han controlado salidas o citas.
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